Cargando...Según un informe de Pimec (asociación que representa la pequeña y mediana empresa en Catalunya), la creación de empresas industriales en Catalunya no creció en el periodo 2000-2008 sino que más bien disminuyo su saldo en unas mil unidades en ese periodo. Al mismo tiempo, debido al auge del sector de la construcción, el 46% de las empresas creadas en el mismo periodo son empresas constructoras o inmobiliarias.
Este decrecimiento de las emresas industriales catalanas no se corresponde en general a la situación detectada en el resto de España donde crecen ligeramente. Las razones hay que buscarlas en los mayores costes de suelo y mano de obra en Catalunya respecto a otras Comunidades Autónomas o también en el menor número de subvenciones del Gobierno o Administraciones para su instalación. La crisis actual está afectando a la creación de empresas, tanto en Catalunya como en el resto de España, esta ralentización se cifra en el 2006 cuando se crearon 27.749 nuevas sociedades catalanas, mientras que en el 2008 hubo 9.209 menos. En España la caída fue de más de 46.000 empresas, puesto que el pasado año se crearon 102.429, frente a las 148.946 del 2006. El informe de Pimec detecta igualmente que en el 2008 la creación de sociedades en Catalunya disminuyó el 27,2% respecto del año anterior, mientras que también bajaron el 24,8% el número de empresas disueltas el año pasado en relación con el 2007.La patronal catalana de la pequeña y mediana empresa también hace notar que en el periodo de los años 2000 a 2008 el número de empresas ´creadas en Catalunya de consrucción y del sector inmobiliario creció en un 46%. Este factor también contribuyó a desincentivar la creación de empresas industriales. Con ese entorno poco favorable a la inversión productiva será difícil que el país pueda salir de la crisis económica actual de una forma activa, estable y solvente.Otros factores, como el dinero del rescate bancario que el Gobierno utiliza para apoyar los bancos sería un factor de gran ayuda para pymes, autónomos y familias. Son 240.000 millones de euros que bien administrados permitirían salvar muchas empresas, a través de créditos de bajo interés. De esta forma, el tejido productibo industrial sería capaz de crear nuevo capital de forma distribuida y más justa para poder salir de la crisis.