Oncologí­a avanzada

Entrevista a Salvador Harguindey, médico e investigador en oncologí­a

Encontrar nuevos caminos para investigar viejas enfermedades es todo un reto y una necesidad. Aprender del cáncer para combatir el Alzheimer y viceversa. Dos de los grandes males que asolan nuestra sociedad actual podrí­an contener uno la solución del otro. Encontrar las ví­as y mediadores comunes de enfermedades que van en direcciones opuestas. Una basada en la muerte celular exagerada, la enfermedad neurodegenerativa; la otra en la resistencia celular a morir, la enfermedad oncológica. Tal es la lí­nea de investigación y tratamiento propuesta por un grupo de oncólogos, entre los que está el oncólogo e investigador Salvador Harguindey, Hoy hemos hablado con él para profundizar en esta nueva forma de pensar, en definitiva sobre la posibilidad de desarrollar lí­neas de investigación independientes dentro de la oncologí­a fuera de los canales por los que la industria farmacéutica monopoliza la investigación y el tratamiento fármacos altamente tóxicos y de eficacia reducida.

DVd: ¿En qué se basa vuestra lí­nea de trabajo? SH: Hasta ahora el aradigma orotodoxo que ha dominado la oncologí­a y la investigación desde los años cuarenta, cuando salió el primer agente quimioterapéutico como consecuencia de la guerra de Corea, que fueron las mostazas nitrogenadas, se llamaba el paradigma del anti-DNA. Eso es, atacar el DNA de las células. Esta forma de concebir el cáncer ha dado lugar a que, como dicen los oncólogos de hoy en dí­a, el cáncer sea la suma de 200 enfermedades distintas que hay que tratar con 200 formas de quimioterapia distintas. Es un paradigma muy poco sensible. Si uno profundiza en la bioquí­mica, el metabolismo, en la etiologí­a y en la biologí­a molecular del cáncer te das cuenta que todos los tumores tienen más cosas en común que cosas les diferencian. DVd: ¿Por ejemplo?SH: En cuanto a la etiologí­a de la transformación celular cancerosa hay un factor común a todas las células de todos los tumores y es la alcalinización intracelular, ya sea por virus, o por proteí­nas intracelulares, o por oncogenes activadores o por falta de función de oncogenes inhibidores. Claro, algo tan sencillo como es un aumento de la alcalinización intracelular parece como un chiste o un juego de niños, pero es lo que induce la malignización de las células y esto se ha demostrado varias veces a lo largo de la historia.DVd: ¿En qué se diferencia vuestro modelo?SH: Es un modelo integral e integrado que trata de inducir apoptosis celular (muerte celular) especí­fica y selectiva con una serie de productos que son los inhibidores de las bombas de protones o transporte de protones. Algo que afectarí­a selectivamente a las células tumorales de prácticamente todos los tumores y posiblemente leucemias. Es un modelo integral que rompe con el reduccionismo del modelo anterior. En esta lí­nea están trabajando investigadores de prestigio mundial.Por otra parte la alcalinización intracelular produce una acidificación extracelular en los tumores y la combinación produce un cambio en el gradiente de hidrogenioniones entre el interior y el exterior de la célula. Por eso si se halla la utilización concertada de los inhibidores de las bombas de protones, capaces de producir el colapso de las células cancerosas y la curación de muchos tumores.DVd: Se trata en definitiva de bloquear los transportadores que eliminan los iones de hidrógeno del interior de la célula aumentando así­ su pH y disminuyendo (acidificando eel exterior). ¿Qué tiene que ver eso con el Alzheimer? SH: La forma de investigar que va de la investigación básica a la clí­nica, a la oncologí­a del paciente, se llama investigación traslacional. Pero hay otra forma de investigación, que yo personalmente he creado el término, que es la investigación transversal que consiste en utilizar lo que sabemos de la apoptosis para inducirla en las células cancerosas. Sabemos lo que hay que hacer pero no el cómo. Hemos derivado en la investigación transversal al estudio de la enfermedad de Alzheimer y otros procesos neurodegenerativos. Y nos hemos dado cuenta que lo que estamos intentando hacer por diferentes mecanismos en las células cancerosas, atacarlas modificando la homeostasis y los caminos de señalización intracelular, no es más que lo que ocurre de forma espontánea en la enfermedad de Alzheimer, en la que las células del sistema nervioso central mueren por apoptosis espontánea. La acidificación celular precede a la apoptosis en cáncer pero también en el mal de Alzheimer. En el caso de esta enfemedad la pregunta es qué hay que hacer para impedir la muerte celular, en el caso del cáncer es ver cómo inducirla. Son enfermedades opuestas…»

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