La Ertzaintza retira de las calles la propaganda de ETA

Ya se quitan los carteles de ETA

No hay mejor respuesta a las palabras de Urkullu, presidente del PNV, intentando cortar las crí­ticas sobre la falta de actividad de la policí­a vasca contra ETA y su entorno polí­tico. La Ertzaintza ha empezado a retirar de las calles, comercios y lugares públicos de Euskadi toda clase de pancartas, sí­mbolos, carteles, fotos o cualquier imagen que haga propaganda de ETA. En los últimos dí­as, han incautado diversas pancartas y fotografí­as de presos etarras en tabernas y casetas en zonas de fiestas locales que las organizaciones polí­ticas de ETA tienen en Santurtzi. Ha detenido en San Sebastián a dos personas por colocar pancartas. Ha obligado al Ayuntamiento de Mondragón (Guipúzcoa), a retirar carteles homenajeando a etarras. Esto está ¡bien, muy bien! Pero hay que seguir avanzando y terminar, completamente y en todos los órdenes, con la impunidad del nacionalismo étnico y del terrorismo etarra.

Algunos medios, que siemre destacaron por su connivencia con el nacionalismo obligatorio y excluyente, que representan el “progresismo” por antonomasia, han expresado su preocupación por el posible “malestar” del PNV ante los elogios a la primera respuesta de firmeza democrática realizada desde las instituciones vascas ante un atentado de ETA. Esta conducta ejemplar de las instituciones y organismos vascos ha sido el resultado del cambio iniciado tras haberse desalojado a Ibarretxe y a su camarilla étnica de Ajuria Enea. De no haberse dado esos cambios en la presidencia del Parlamento vasco, en la EiTB (la televisión vasca), y en la Ertzaintza, la televisión pública vasca no hubiera retransmitido, por primera vez a todos los hogares de Euskadi, la ceremonia donde la viuda de Eduardo Puelles, héroe, como su hermano, con toda justicia y fortuna, le ha denominado, ha dicho las verdades, con palabras cargadas de dolor y de ira, verdades dichas ante centenares de miles de personas. Este es su profundo miedo. Que se haya empezado a decir en voz alta, públicamente, lo que sólo se decía en voz baja, en pequeño círculo. Que se pueda seguir diciendo. Y que cundan y calen esas verdades en los sectores sociales vascos que todavía están narcotizados y silenciados con el veneno étnico inoculado todos estos años. Lo que llevará al PNV a perder su hegemonía política y social, porque el rechazo a los terroristas se trasladará también a los que han condescendido con ellos. Respecto a la Ertzaintza, hay dos cosas claras. Una, los hechos van a demostrar qué buenos resultados obtiene la policía vasca en la lucha contra ETA y su entorno. Ya ha empezado a verse algún resultado, con sus intervenciones contra las actividades del entorno etarra, que hasta ahora no se hacía. Dos, si acabar con ETA y sus actividades terroristas en el País Vasco era el objetivo prioritario de la Ertzaintza, la policía autónoma vasca, sólo se tiene que aportar los datos sobre cuántos comandos de ETA ha desarticulado; cuántos miembros de los grupos organizados para quemar autobuses y aterrorizar a sus ocupantes, organizados para incendiar oficinas y comercios poniendo en peligro las vidas y los hogares de los vecinos, organizados para crear el caos y todos los destrozos posibles en las calles vascas, han sido detenidos; cuántos de estos miembros han pasado impunemente del terrorismo callejero a formar parte de los comandos de ETA.Que la Fiscalía General del Estado se ponga a investigarlo. Si resulta que existían órdenes y actividades para impedir la actuación de la Ertzaintza contra ETA y su entorno, la justicia debe actuar para que respondan quienes desde el gobierno vasco han ayudado a prolongar el sufrimiento y el dolor del pueblo vasco, en nombre de un “conflicto político” del que tantos y tan buenos réditos políticos y electorales han sacado durante décadas.

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