Y otra vez: nuevo récord en el atraco eléctrico

Pocos dudaban que fuera a pasar. Este lunes 9 de agosto, el récord del 21 de julio (106,57 €/MWh) ha sido de nuevo sobrepasado por una nueva cima histórica en el precio de la luz: 106,74 euros/MWh. Y nada hace pensar que antes de que acabe el verano -con el consumo eléctrico disparado en las olas de calor- el atraco monopolista de las grandes eléctricas sobre el bolsillo de la población triture su propia marca y alcance un nuevo tope. ¿Hasta cuándo piensa el gobierno seguir permitiendo este saqueo legal?

El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista ha vuelto a superar los 106 euros por Megavatio y hora. Por franjas horarias, el precio máximo será entre las 22.00 y las 23.00, con 114,07 euros por MWh, a pesar de que esa hora no es de «horario cima», sino de «horario llano».

Basta una comparación con las cifras de hace un año para descartar -como algunos voceros monopolistas quieren hacernos creer- las causas «técnicas» o «meteorológicas». En el segundo lunes de agosto de 2020, el precio medio de la electricidad fue de 38,09 euros el MWh. ¿Cómo es que la factura se ha triplicado? ¿acaso se ha triplicado la demanda de electricidad desde el verano pasado? ¿en serio piensan que es creíble que el coste de producción del Megavatio se ha triplicado entre 2020 y 2021?

Nos fijan la mirada en impersonales causas meteorológicas o «de mercado» para que aceptemos con estoica resignación el atraco. Y lo hacen para que no miremos a las razones de clase. Porque el sablazo para los bolsillos de todos -y causa de pobreza energética para entre el 10 y el 12% de los hogares españoles- significa un enorme lucro para unos pocos.

De conjunto, y gracias a una factura de la luz que no para de subir, las tres mayores empresas eléctricas de nuestro país facturaron algo más de 1.900 millones de euros en el primer trimestre de 2021: Iberdrola obtuvo 1.025 millones de euros; Endesa, 495 y Naturgy, 383 millones.

No son beneficios fruto de su mayor competitividad, sino de un atraco monopolista con reglas amañadas, hechas para permitirles -de forma tan legal como inmoral- inflar los precios de la electricidad muy, muy, muy por encima de su coste de producción real.

Subastas mayoristas… amañadas “legalmente”

Lo hacen a través de múltiples mecanismos, pero el más señalado es un sistema de subasta mayorista de la electricidad que permite a las grandes compañías cobrarnos toda la energía que se produce esa hora… al precio de la más cara.

Cada día, Red Eléctrica calcula cuánta electricidad va a hacer falta mañana en todo el país. A partir de ese cálculo, pide energía a las grandes empresas eléctricas, que la venden en una subasta. Hay 24 subastas, una por cada hora del día siguiente. Las eléctricas empiezan a ofrecer y hay algunos tipos de energía que son más baratas -las renovables, la hidroeléctrica o la nuclear, por ejemplo- y esas son las primeras que compra Red Eléctrica. Pero a veces, con los miles de megavatios que ofertan esas energías «baratas», no se llega para cubrir la demanda estimada… y entonces hay que comprar energías más caras. ´

Nos hablan de impersonales causas meteorológicas o «de mercado» para que aceptemos con estoica resignación el atraco. Y lo hacen para que no miremos a las razones de clase. Porque el sablazo para los bolsillos de todos significa un enorme lucro para unos pocos.

La más cara es la de las centrales térmicas, especialmente las de gas: queman hidrocarburos importados, cuyo precio no para de aumentar; y emiten CO2, teniendo pagar los impuestos medioambientales de la UE. Impuestos que repercuten sobre los consumidores.

Pero aquí está la trampa, un mecanismo perverso que la ley les permite: porque el sistema está montado de tal manera que toda la electricidad que se compre para una hora, se paga siempre al precio de la más cara, aunque la porción que se haya adquirido de la más cara para completar la demanda sea mínima.

Y así nos venden electricidad hidroeléctrica -cuyas centrales hace mucho que están amortizadas- a precio de la generada por gas, quedándose con enormes márgenes de beneficios.

¿Y qué hace el gobierno?

Para evitar esta dimensión aberrante del atraco eléctrico, el Ejecutivo rebajó el IVA de la factura eléctrica del 21% al 10% y suspendió temporalmente el impuesto a la generación eléctrica (7%). Pero como muchos le advirtieron, estos parches no consiguieron bajar la escalada de los precios

Además el gobierno ha propuesto recortar por ley los beneficios de las eléctricas y hasta ha propuesto a Bruselas una reforma del mercado. Pero nos dicen que las cosas de palacio van despacio, y que en el corto plazo, se espera que en lo que resta de 2021 los precios se mantengan en niveles históricamente altos.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha justificado la escalada del precio de la luz en las «razones de mercado» y -aludiendo al impuesto por generación de CO2 de las centrales de ciclo combinado que utilizan gas- ha dicho que «hay que pagar la ambición en la lucha contra el cambio climático». El ministro de consumo y líder de IU, Alberto Garzón, dijo que el alza en el precio de la energía se explica por «razones y factores internacionales», y ha dicho que gobierno ya adoptó medidas «extraordinarias» bajando los impuestos de la electricidad, y ha asegurado…que están «monitorizando» el precio de la luz… «por si hiciera falta tomar medidas».

Unas más que tibias medidas y declaraciones, que contrastan con lo insoportable que para el conjunto de la población es una factura que ya ha batido todos los récords de atraco monopolista.