Mientras los ojos del planeta están puestos en las explosiones y las muertes de civiles en la Franja de Gaza, los palestinos de Cisjordania sufren la mayor expropiación de tierras de las últimas tres décadas. Haciendo caso omiso a la legalidad internacional y a las resoluciones de la ONU, el ultrasionista ejecutivo de Netanyahu expropia a las familias cisjordanas 1.200 hectáreas en el fértil Valle del Jordán, donde proyecta construir 5.300 nuevas viviendas para colonos en una nueva ampliación ilegal.
Según la ONG israelí Peace Now, que monitoriza y denuncia la permanente anexión y colonización de tierras palestinas en Cisjordania, el gobierno Netanyahu ha aprobado una nueva expropiación -completamente ilegítima ante el derecho internacional– de 12,7 kilómetros cuadrados en el Valle del Jordán. De este modo, ascienden ya a 23,7 kilómetros cuadrados el territorio palestino anexionado este año por un gobierno Netanyahu donde la ultraderecha y los colonos tienen una enorme influencia.
Y de hecho, el representante de los colonos en el gobierno de Tel Aviv, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha acelerado la política de expansión, asumiendo nuevas competencias sobre el desarrollo de los asentamientos y ha afirmado que su objetivo es consolidar el control de Israel sobre el territorio e impedir la creación de un Estado palestino.
Los observadores de Peace Now han señalado que esta nueva anexión busca conectar diferentes asentamientos israelíes a lo largo de un corredor clave que limita con Jordania, una medida que socava la perspectiva de un Estado palestino con un territorio continuado.
Desde enero, y aprovechando el estruendo del genocidio gazatí, Israel ha batido todos los récords de expropiaciones en Cisjordania, declarando más de 2.300 hectáreas palestinas «tierras estatales» de Israel, un mecanismo el Estado sionista emplea, junto a la denominación de reservas naturales y áreas de entrenamiento, para expulsar a la población palestina y controlar el territorio, procediendo luego a aprobar nuevos asentamientos ilegales
Se trata de la mayor ocupación ilegal desde la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993 entre Arafat e Isaac Rabin, que pretendían dar comienzo al proceso de paz, y que fueron saboteados por la derecha sionista tras el asesinato del líder laborista en 1995 a manos de un fanático ultra.
Tras el asesinato de Rabin y ya como primer ministro, en 1998 Netanyahu retomó la anexión de tierras cisjordanas, y desde entonces, se han colonizado más de 4.000 hectáreas palestinas en los territorios ocupados.
Esta política de hechos consumados es tan flagrante que ha recibido la condena de Bruselas.- «La política de Israel de construir asentamientos en los territorios palestinos ocupados constituye una grave violación del derecho internacional, exacerba las tensiones y socava los esfuerzos por lograr una solución de dos Estados», ha denunciado el saliente Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell.