Música y solidaridad. Una docena de artistas, encabezados por Miguel Ríos, han llenado con su música una iniciativa que volcará toda su recaudación al proyecto ‘Aid for Gaza’ resultado del esfuerzo conjunto de varias entidades humanitarias, da educación y alimenta diariamente a 420 niños y niñas gazatíes. Incluso les proporcionan ropa y cualquier otro tipo de ayuda. En las últimas semanas, la escuela-comedor ha conseguido instalar hornos nuevos y placas solares para abastecerse de electricidad.

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Voces por Palestina nace de la voluntad y la amistad de tres profesionales: el músico valenciano Jonathan Pocoví, colaborador habitual del programa ‘No es un día cualquiera’, el médico Raúl Incertis, que estuvo cuatro meses trabajando en dos hospitales en Gaza y sigue difundiendo lo que ha vivido allí, y el periodista Joanen Cunyat, que es portavoz de PararLaGuerra.es, una plataforma que reúne a 135 organizaciones de todo el país, además de una larga lista de profesionales destacados del mundo de la cultura.
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Junto al rockero granadíno, en el auditorio de Riba-roja actuaron artistas como Nacho Mañó y Gisela Renes, Neus Ferri, el pianista Luis Prado, los cantautores Jonathan Pocoví, Nacho Pereda, Ainoa Buitrago y Àgueda Segrelles, y las artistas palestinas Sara Dowling y Salma Al Hakim.
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Un proyecto educativo en medio de enormes amenazas y dificultades

El proyecto ‘Aid for Gaza’ podrá continuar su funcionamiento, que actualmente se desarrolla en medio de condiciones muy precarias, y siempre bajo la amenaza de las bombas y los drones de Israel. La ONG sobre el terreno ha hecho llegar a los organizadores de «Voces por Palestina» su gratitud, y ha asegurado que el alumnado va en aumento porque atienden a quince campos de refugiados que hay alrededor.
La escuela asegura que una comida con arroz les cuesta 1 euro por niño, y con carne 5 euros; que han conseguido la colaboración de Unicef para empezar a tratar a los menores que han perdido el habla como consecuencia del trauma de la guerra; que están produciendo pan en los hornos de la Escuela para abastecer a los desplazados que vienen de otras partes de la Franja; han empezado a realizar talleres de apoyo psicológico entre mujeres; tienen muchas dificultades por las bajas temperaturas y las lluvias, y agotándose las últimas donaciones que han recibido.
Por todos estos motivos, se incide en la necesidad de colaborar con esta causa humanitaria y se espera que, con lo recaudado, se pueda mantener la escuela abierta estas Navidades y darle visibilidad para que surjan más oportunidades de colaboración y pueda seguir abasteciéndose.
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