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Ganar las elecciones en la capital nacional es siempre una victoria política importante, incluso decisiva. Pero lo es mucho más si hablamos de un país como Argentina, donde la provincia de Buenos Aires -el «conurbano bonaerense» o «Gran Buenos Aires», formado la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los diferentes conglomerados que la rodean-, con sus 17,5 millones de personas, suponen casi el 39% de la población total del país.
Este es el escenario donde el ultraderechista gobierno de Milei ha cosechado una rotunda derrota electoral a manos de la coalición de las izquierdas, que vaticina lo que puede ser una recta aún más abrupta y descendente hacia el final de su mandato.
Sacando 13,6 puntos de diferencia, y canalizando el masivo rechazo popular a las políticas ultrareaccionarias, turbocapitalistas y extremadamente agresivas y empobrecedoras de Milei, la coalición Fuerza Patria, encabezada por Axel Kicillof, ha obtenido una incontestable victoria en el conurbano: el 47,2% de los sufragios, y la victoria en seis de las ocho secciones electorales
En Fuerza Patria -continuadora de coaliciones frenteamplistas como Unión x la Patria o Frente de Todos- confluyen fuerzas muy distintas, desde los distintas facciones peronistas y kirchneristas a partidos comunistas como los maoístas del Partido del Trabajo y del Pueblo (Partido Comunista Revolucionario) de Juan Carlos Alderete, pasando por fuerzas cooperativistas, socialdemócratas o católicas. Con la expresidenta Cristina Kirchner en prisión domiciliaria, el gobernador peronista de izquierda Axel Kicillof emerge como la principal figura de la oposición contra Milei.
Como si fuera un gol de la selección albiceleste en La Bombonera o en El Monumental, la alegría estalló al conocerse el resultado en el búnker de Fuerza Patria, en el Hotel Grand Brizo. «Una elección histórica y una victoria aplastante», dijo Kicillof. «En las urnas quedó claro que no se le puede quitar el presupuesto a una provincia, y hoy lo reclamó». «Hay otro camino y hoy comenzamos a recorrerlo».
Las inmediaciones del hotel estallaron. Los festejos se escucharon a lo largo y ancho de calle 51. La gente se abrazaba mientras miraba de reojo los resultados en cada sección electoral.
El júbilo y las lágrimas de gozo de la izquierda contrastan con las caras largas de Milei y sus seguidores. Una sonora derrota que ya se barruntaba cuando el ultra tuvo que salir apedreado de un mitin en los barrios periféricos.
Mientras se iban conociendo los detalles de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) con Karina Milei como una de las principales responsables, las encuestas mostraban que la distancia entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza se acrecentaba.
El ultra no tuvo otra que tragarse los resultados. «Sin duda en el plano político tuvimos una clara derrota. tenemos que aceptar los resultados y no fueron positivos y debemos aceptarlos», dijo Milei, para añadir a renglón seguido que «más allá de este resultado, quiero señalar a todos los argentinos, que el rumbo no se va a modificar sino a redoblar».
La batalla por Argentina continúa, pero la correlación de fuerzas ha comenzado a cambiar.