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Lejos de los lógicos roces entre sindicatos que ha impedido en algunos sitios actuaciones unitarias, hay que remontarse años para recordar una unidad sindical como la vivida en esta Huelga General. Unidad que ha señalado el camino por el que hay que andar para ganar esta batalla y que sólo la impide una minoría que saca réditos de la división.
En toda la geografía española se han visto multitud de siglas en banderas y pancartas, desde la CIG (Confederación Intersindical Galega) en Galicia hasta el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), USTEA (Unión de sindicatos de trabajadores andaluces), SF (sindicato ferroviario) o la UPAG (Unión de pequeños agricultores y ganaderos) en Andalucía.
Incluso el llamado bloque crítico, en el que se han englobado muchas asociaciones y sindicatos como CGT, CNT o 15-M, ha confluido con las manifestaciones de UGT y CCOO en muchas ciudades.
Unidad que se ha extendido también a asociaciones de todo tipo (estudiantes, feministas, ecologistas….) y partidos (EQUO, Anticapitalistas, JOC, UCE….) como expresión de una necesidad social que trata de abrirse paso.
Y, como colofón, unidad que se ha completado con la asistencia a las manifestaciones de muchísima gente sin adscripción, jubilados, autónomos, estudiantes… que es lo que ha dado a la mayoría de manifestaciones su carácter multitudinario.
Crear ámbitos donde seguir fortaleciendo esta unidad es lo que puede hacer al pueblo español protagonista y dueño de una lucha tan combativa como democrática para que España y nuestras condiciones de vida no sean depredadas.
Esta Huelga ha sido tan sólo el principio. El primero de Mayo es la siguiente demostración de fuerza.