í‰ste, el tercer año de crisis, ha sido un año de transformaciones sociales. Dejando a un lado la profundidad de éstas, que en parte todavía está por ver o madurar, lo cierto es que la portada del primer número del 2011 se ha mostrado, doce meses después, más que acertada.
En aquel número de Enero de este año que acaba, la película que había resultado felizmente triunfadora de los Goya, Celda 211, sirvió para sintetizar lo que después ha sido una tendencia en aumento mes a mes. Junto a la pequeña ventana abarrotada de una celda, con un par de barrotes serrados y una sábana colgando, como si alguien acabara de escapar, se podía leer: “Celda 2011. Construyendo medios independientes”.El año ha sido terrible en lo que se refiere a las condiciones de vida y libertad del país, de la mayoría de ciudadanos. Y lo ha sido, en consecuencia, para el mundo de la cultura, el arte y la ciencia. Sin duda la crisis, en el 2011, ha sido una auténtica cárcel.Pero simultáneamente, y en respuesta, las alternativas han crecido como setas, configurando, cada vez más, los trazos de un cauce colectivo. Todo está por hacer, pero los primeros kilómetros del camino son prometedores.A mediados de mayo se organizaba en toda España un movimiento espontáneo ante la situación que vivimos. Cientos de miles de personas abrieron una brecha que ha ido agrandándose y ramificándose en multitud de iniciativas en torno a una serie de puntos básico comunes, que recogen el sentir de la mayoría de la población. Al mismo tiempo que el 15-M se extendía como la pólvora, sirviendo incluso de ejemplo en muchos otros países, o como referencia de movimientos similares, se hacían visibles cientos de realidades que habían estado madurando durante años: editoriales, discográficas, artistas… e incluso avances científicos en pugna con los intereses monopolistas. Pese a asistir al mayor proceso de concentración de poder en el sector de la información, la arena se les escapa de las manos. «La sociedad española se ha mostrado “viva y llena de fuerza de resistencia”»El 2012 se presenta crudo, porque hemos de ser conscientes que las condiciones han de empeorar, pero esperanzador por las condiciones en las que lo empezamos. Como se gritaba en las manifestaciones, “somos más, muchos más…” y también más fuertes. Todos los demócratas, conservadores o progresistas, y revolucionarios, debemos también desde el ámbito de la cultura, seguir contribuyendo a abrir cien brechas que busquen un camino común y de unidad, alternativas independientes de los monopolios y los principales centros de poder.Sin independencia, sin soberanía nacional, no es posible defender la libertad, ni el desarrollo del país, ni la mejora de nuestras condiciones de vida, a las que contribuye, de forma determinante, el progreso científico. Sin independencia de los principales monopolios, sin capacidad de decisión independiente, tampoco es posible hacer que se abra camino la ingente cantidad de riqueza creativa de la que son capaces nuestros artistas. Por eso debemos saber identificar a aquellos que coartan nuestra soberanía como país y nuestra independencia como pueblo, denunciarlos, y desde ahí, desarrollar las alternativas. Esperamos que la portada que inaugura el 2012 se muestre igual de acertada, y así esperamos poder valorarlo dentro de un año.