Las declaraciones de Hervé Falciani «el ex-empleado de la oficina de Ginebra del banco HSBC que huyó con la ficha de 130.000 clientes» a la prensa española el pasado domingo no tienen desperdicio. Más allá de su rocambolesca huida de la justicia suiza, de sus intenciones originales al sustraer los documentos e incluso del contenido de éstos, su relato pone de manifiesto el grado y la capacidad de intervención de EEUU sobre Europa y el control preciso, milimétrico, que Washington posee sobre los principales aparatos del Estado español.
Desde la primera respuesta de Falciani se ve el claro interés de EEUU por tenerlo bajo su “padrinazgo”, a pesar de que entonces Falciani colaboraba ya con la justicia de Francia, país que no posee tratado de extradición con Suiza y por tanto era imposible que fuera entregado. Bajo el argumento de que su vida puede correr peligro al desvelar cuentas ocultas de narcotraficantes y terroristas, EEUU le indica que “el único sitio seguro en Europa sería España”. ¿Por qué? ¿Es que acaso la policía o la justicia española son más eficaces que las francesas? Nada de esto. La razón que mueve a Washington a trasladar a Falciani a España es muy distinta.En primer lugar, porque EEUU posee tal grado de información, conocimiento y control de los principales aparatos de Estado en España que es capaz de decirle a Falciani de forma milimétrica qué día tiene que entrar ilegalmente en España para que sea detenido por un juez “favorable a nuestra estrategia”. «Desde la primera respuesta de Falciani se ve el claro interés de EEUU por tenerlo bajo su padrinazgo» Y los funcionarios norteamericanos no hablan a humo de pajas. Saben que ese día estará de guardia el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. El mismo juez que, según revelaron hace un año los papeles de Wilileaks, se ofreció a transferir a Estados Unidos el caso de las torturas de Guantánamo que comenzó a instruir Garzón. Transferencia que se hizo efectiva en abril de pasado año, después que el juez Velasco archivara la causa porque la justicia norteamericana “estaba investigando las presuntas torturas cometidas en la prisión de la base de Guantánamo”. Instrucción que desde entonces, como todo el mundo sospechaba, duerme el sueño de los justos. Pues bien, los mismos funcionarios del Departamento de Justicia de EEUU que maniobraron contra Garzón y consiguieron que la Audiencia Nacional se desentendiese del caso son los que han guiado los pasos de Falciani en España. Mostrando un grado de influencia y control sobre la justicia española (o al menos sobre una parte de ella) sin límites.Ese grado de influencia y control es precisamente la razón principal que movió a EEUU a sacar a Falciani de Francia y enviarlo a España. Con el convencimiento de que aquí encontrarían más facilidades y funcionarios más favorables a su estrategia. Estrategia que está directamente relacionada con el valor de los archivos que posee Falciani y que sólo él es capaz de desencriptar. Archivos que afectan directamente a miles de banqueros, altos empresarios y grandes fortunas europeas que utilizan Suiza para ocultar o blanquear sus cuentas multimillonarias. Y que “en manos adecuadas” son un precioso instrumento de intervención sobre las finanzas europeas.
Sacar a Falciani del control de Francia para entregarlo a un país como España, infinitamente más intervenido y maleable a la influencia norteamericana es disponer de infrmación de primera mano sobre algunos, o muchos, de los personajes más importantes del mundo de la política y las altas finanzas europeas. Material de primera calidad para vencer resistencias y doblegar voluntades en el corazón de los Estados y los sistemas financieros de media Europa.