Grecia vuelve a estar en el punto de mira de la troika. El pueblo griego está empeñado en decidir su propio destino, y en liberarse del inhumano saqueo al que lo han sometido el FMI o la UE. Pero Washington y Berlín han «apretado las tuercas» para intentar quebrar la resistencia del pueblo griego. No se van a salir con la suya. Grecia, con la victoria de Syriza, se convirtió de «Estado paria» a referencia de lucha de todos los pueblos de Europa. Muchas de las movilizaciones del pueblo griego estaban presididas por pancartas donde se leía, en español, «¡No pasarán!». Todos los pueblos europeos decimos junto al pueblo griego, la troika, el FMI, Merkel… ¡No pasarán! El gobierno de Syriza, con su defensa de los intereses nacionales ante la troika, se apoya en la movilización de todo el pueblo griego. Y que nadie dude de que será el pueblo griego quien gane esta batalla contra unos enemigos que también son los nuestros.
Nueva ofensiva de saqueo contra Grecia
¿Por qué hemos llegado a un callejón sin salida donde se han todo las negociaciones entre Grecia y la UE? ¿Por la “intransigencia del gobierno de Syriza”, como pregonan los grandes medios? ¿O l la realidad, que esos mismos medios ocultan, es justamente la contraria? «El gobierno de Syriza ha defendido la dignidad y los intereses nacionales de Grecia y de su población, negándose a convertirse en poco menos que un vasallo de la troika»
El gobierno de Syriza ha puesto todo de su parte para poder alcanzar un acuerdo. Pero eso sí, ha defendido la dignidad y los intereses nacionales de Grecia y de su población, negándose a convertirse en poco menos que un vasallo de la troika.
Hace una semana, el gobierno de Syriza presentó una propuesta a la troika que, en palabras del Financial Times, nada sospechoso de izquierdismo, tenía “el contenido suficiente para conseguir un acuerdo en cuestión de días”.
No era un signo de debilidad del gobierno griego. Formaba parte de unas negociaciones para defender los intereses nacionales frente a las condiciones impuestas por la troika.
El gobierno de Syriza ofrecía concesiones para desbloquear los tramos pospuestos de la entrega del dinero de los dos primeros “planes de rescate”, sorteando así la asfixia financiera a corto plazo, y ganaba tiempo para negociar una reestructuración de la deuda que incluya quitas significativas.
En la oferta del gobierno griego había concesiones pero también “linea rojas”.
La propuesta del gobierno griego incluía el cumplimiento de los objetivos de superavit hasta 2017. El retraso progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años y la reducción de las prejubilaciones, pero negándose a tocar las pensiones más bajas. Aceptaba una subida del IVA pero sin eliminar el tipo superreducido para productos básicos, como quería la troika. Atenas impulsaría un plan de privatizaciones pero dejando fuera las “joyas de la Corona” – la gestora de energía de propiedad estatal (ADMHE) así como la empresa eléctrica (Public Power Corporation, PPC) y la de telecomunicaciones, OTE-. E imponiendo condiciones, como un plan de inversión o la presencia significativa de un accionariado público.
El gobierno griego también planteaba equilibrar las cuentas públicas no principalmente con nuevos recortes sino aumentando la recaudación: elevando el impuesto de sociedades, un nuevo impuesto del 12% para los beneficios en 2014 de las empresas a partir de los 500.000 euros, subir el impuesto sobre productos de lujo (del 10 al 13%), un aumento de la Tasa Solidaria para los hogares con ingresos superiores a 50.000 euros al año, mientras se rebajaría la de los hogares con menos de 30.000 euros de ingresos, así como otra Tasa de Solidaridad, del 8%. a quienes declaren ingresos superiores a los 500.000 euros anuales.
Incluyendo en su propuesta la apertura de negociaciones para ejecutar una reestructuración de la deuda -alargando plazos y reduciendo intereses- que incluyera también quitas significativas.
La posibilidad de un acuerdo, que muchos daban por hecho, se ha quebrado ante la intransigencia del FMI y especialmente de Alemania.
Han utilizado las imperiosas necesidades de financiación de la economía griega -creadas por años de saqueo- para intentar quebrar la resistencia del gobierno de Syriza.
Grecia tiene que pagar solo este mes 1.541 millones al FMI y 3.600 millones en vencimientos de deuda. Entre julio y agosto debe pagar 11.397 millones al FMI, al BCE y en vencimientos de la deuda. Mientras la troika mantiene retenidos 8.700 millones del segundo “plan de rescate”, a pesar de que Grecia ha cumplido todas las condiciones.
Para llegar a un acuerdo la troika no solo exigía un endurecimiento de las condiciones propuestas en el plan de gobierno griego, abriendo paso a una nueva batería de recortes. También imponía una ampliación de cinco meses del segundo plan de rescate, sometiendo el desembolso del dinero a la ejecución de un “plan de reformas”, es decir de recortes, controlado en cuatro tramos.
Estas eran unas condiciones de entrega absoluta de Grecia a la troika, que el gobierno griego ha rechazado.
Se ha desatado también una ofensiva económica para estrangular a Grecia y debilitar al gobierno de Syriza. La decisión del BCE de no ampliar la línea de ayuda de emergencia a los bancos griegos, junto a una nueva fuga de capitales, ha obligado al gobierno griego a imponer controles de capitales y limites de retirada de depósitos y efectivo.
La respuesta del gobierno griego ha sido a la ofensiva. Apelando directamente al pueblo griego con la convocatoria del referéndum, auténtico anatema para la troika (ya uno de los anteriores gobiernos griegos fue destituido por proponer la convocatoria de un referéndum donde el pueblo griego pudiera pronunciarse sobre el plan de recortes). Y si lo han hecho es porque esa es una “carta ganadora”. En la última encuesta -del 21 de junio- Syriza ganaría las elecciones con el 47,5%. Nueve puntos más que en las últimas elecciones. Y más del doble que el siguiente partido, Nueva Democracia, con el 19,5%. Y el 62% de los griegos apoyan a Tsipras en las negociaciones, frente a solo el 34% que estaría dispuesto a ceder ante los acreedores.
EEUU y Alemania, la misma pero diferente posición ante Grecia
Ante esa situación en la troika se diferencian dos posiciones. EEUU y Alemania coinciden en la necesidad de asegurar la continuidad del proyecto de intervención y saqueo en Europa, y en quebrar la resistencia del pueblo griego y el gobierno de Syriza, cuyo “efecto contagio” a otros países más importantes, como España, generaría mayores problemas.» En España, mientras crece la solidaridad y el apoyo a Grecia entre la sociedad, los círculos oligárquicos y bipartidistas manifiestan una sumisión vergonzosa«
Pero EEUU está obligado a considerar necesidades estratégicas para su hegemonía mundial. Mientras Alemania parece dispuesta “apretar las tuercas” del saqueo económico.
Según todas las informaciones, el acuerdo con Atenas se paralizó porque Alemania y sus satélites trasladaron a la troika que se habían flexibilizado demasiado las condiciones a Grecia. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, criticó “la facilidad de liquidez con la que el BCE mantiene a los bancos griegos”, y exigió que el plan griego no se basara tanto en nuevos impuestos sino en mayores y más duros recortes.
La posición de EEUU ha sido bastante diferente. La Casa Blanca ha publicado un comunicado oficial desvelando que Obama llamó a Merkel, y en el que se deja claro que “el Gobierno estadounidense ha instado este domingo a Grecia y a los prestamistas internacionales a dar un nuevo impulso para intentar llegar a un acuerdo sobre una deuda griega que incluya una posible quita”.
El gobierno norteamericano también ha informado que el secretario del Tesoro, Jack Lew, ha hablado con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y con el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin. Y que en estas conversaciones Lew transmitió a los demás dirigentes que Estados Unidos “sigue vigilando de cerca la situación” y que “lo mejor para Grecia, Europa y la economía global es que Grecia y los acreedores logren una solución sostenible que ponga de nuevo a Grecia en la vía de la reforma y la recuperación dentro de la eurozona”.
La directora del FMI ha anunciado también “la posibilidad de reabrir las negociaciones”, aceptando que “una reestructuración de la deuda griega será necesaria”.
EEUU no puede permitir una crisis, con una salida del euro, en un país miembro de la OTAN como Grecia y que ocupa una posición estratégica en el Mediterráneo Oriental; no puede permitir una crisis política en la UE en el momento donde necesita reforzar el encuadramiento de sus “Estados vasallos” europeos en proyecto global, económico (TTIP), político, militar (mayor presencia en primera línea…); no puede permitir que el estallido de todas las contradicciones en un país como Grecia, cuyo PIB es un 20% del español, ponga en peligro su proyecto de intervención y saqueo en toda Europa, o traslade la inestabilidad política a países mucho más importantes, como España.
La posición de Alemania, que contempla incluso la posibilidad de una salida de Grecia del euro, reforzaría el acercamiento griego hacia Rusia (Tsipras acaba de visitar Moscú para firmar importantes acuerdos comerciales, y su gobierno se reunió antes con el embajador ruso que con el norteamericano, violando una norma no escrita en la política griega) atacaría la nueva ofensiva de Washington contra Moscú, un punto clave dentro del debilitamiento de los BRICS y su estrategia de cerco a China. Alemania no está en condiciones de poner en cuestión esta estrategia norteamericana.
En esta partida juega el pueblo griego frente a Washington y Berlín, pero hay también una contradicción abierta entre EEUU y Alemania.
El gobierno de Syriza es consciente de ello, y está manejando hábilmente las contradicciones interimperialistas, manteniendo al mismo tiempo la firmeza, apelando directamente al pueblo griego, y construyendo en los hechos un frente amplio a izquierda y a derecha.
Vergonzosa sumisión
En España, mientras crece la solidaridad y el apoyo a Grecia entre la sociedad, los círculos oligárquicos y bipartidistas manifiestan una sumisión vergonzosa.
Las declaraciones de PP y PSOE han sido una expresión del bipartidismo hegemonista, culpando al gobierno griego y apoyando sin fisuras a la troika y a la UE.
Los editoriales de El País o El Mundo son expresión, “a izquierda y a derecha” de esta sumisión. El País editorializa “Corralito en Grecia”, y anuncia “el preludio de un desplome a la argentina, salvo si Tsipras pierde el referéndum”. Y El Mundo titula “Tsipras, un irresponsable que aboca a Grecia a salir del euro”.