No habrá paz para los malvados

Una pelí­cula justo a tiempo

www.nohabrapaz.com

Son pocos los thrillers que se hacen en España y menos aun policiacos que se atrevan con el aquí y ahora. “No habrá paz para los malvados” se llevó todos los aplausos en el Festival de San Sebastián. Vivimos tiempos apasionantes, agitados, llenos de incertidumbres que son un filón para el cine.

Enrique Urbizu es uno de los mejores directores y guionistas de nuestro cine. Domina el silencio como nadie. Enrique Urbizu, Mikel Gaztambide y José Coronado, trío de ases hacen de esta película uno de los mejores títulos del años. No habla del 11 M, pero ahí están los trenes de cercanías, la calle Tribulete; la realidad reciclada en ficción. La inspiración de la película nace de un versículo de la Biblia: «No habrá paz, dijo mi Dios, para los malvados». Después de de 7 años sin rodar Urbizu nos regala un thriller contemporáneo lleno de guiños al mejor western. Coronado interpreta uno de sus mejores si no el mejor papel de su carrera: Santos Trinidad, un vaquero en Lavapiés que se convierte en un héroe sin quererlo. Un tipo que por salvar su culo acabará por salvar a todos.

Con Todo por la pasta Urbizu logró su primer éxito. A partir de este soberbio trabajo Urbizu realizó una serie de encargos que resultaron un fracaso de taquilla. Urbizu entonces se alejó de las cámaras, iniciando una etapa de redactor de guiones. Por ejemplo, junto a John Brownjohn y Roman Polanski, adaptó la novela El club Dumas de Arturo Pérez para La novena puerta. Poco después Urbizu sorprendió con un nuevo largometraje “La vida mancha” cuando todavía duraban los ecos de su éxito anterior. Urbizu presentó su nuevo proyecto como un «western de emociones». Y es que la trama, un hombre solitario y misterioso que tras una larga ausencia y dejando atrás un pasado oscuro regresa a su lugar de origen para visitar a su hermano, guardaba paralelismos con esquemas de corte similar manejados en clásicos del oeste americano. Personajes desarraigados como los de Raíces profundas o Centauros del desierto que no acaban de encajar en ningún sitio por más que lo intentan. Largometraje lleno de emoción, realizada en muchos momentos a base de miradas como un sentido homenaje al cine mudo.

«Santos Trinidad es un nombre que estaba esperando a su personaje»

Santos Trinidad es un nombre estupendo para un protagonista. ¿Por qué escogió ese nombre?

Santos Trinidad es un nombre que estaba esperando a su personaje, es un nombre muy memorable, que recuerda a una cruzada, a una guerra santa. Jugar con los nombre puede resultar muy divertido. Ya en la Caja 507 intentamos poner un nombre a los personajes que anclara el sentido como el personaje de Resines, Modesto. Ayuda a memorizar al espectador y a no perderse con tantos personajes.

John Ford llama a uno de sus villanos Libertad en uno de sus mejores títulos “El hombre que mató a Liberty Balance”

Es cierto, no había caído en ese detalle. En el western es muy frecuente que los personajes tengan nombres bastante significativos

De policía a héroe sin buscarlo. A medida que retrata a Santos avanza la historia. ¿Por qué cree que funciona tan bien este personaje?

La personalidad que le ha dado José al interpretar su personaje contribuye bastante a que el público acabe teniendo cierta afinidad con él. Es un hombre destrozado, un canalla, pero intuyes el tipo que fue en otra época. De hecho esa es la maniobra de la película, conseguir que el espectador se ponga del lado de un asesino. Ese es el juego.

Que sea un asesino te polariza más que si la protagonista fuese la jueza, representante de la ley y el orden.

Yo creo que sí, lo trabajamos mucho en el guión. Resultó muy estimulante ¿Cómo iba a reaccionar el espectador?

Porque enfrente esta la jueza Chacón, que es muy eficaz, seria y pulcra pero sin embargo esa eficacia y frialdad la aleja del espectador al contrario de Santos.

Porque no son los servicio secretos, ni la jueza, el sheriff si estuviésemos en el Oeste, los héroes. Al contrario, como actúan los servicios secretos archivando el caso, la red de confidentes… abre preguntas muy inquietantes.

Sí, todo está sacado de acontecimientos reales, no son literales, pero son paralelos, son espejos de cosas que han ocurrido recientemente. Lo que más sobrecoge es ese caos de departamentos, de personajes oscuros, intrigas… vivimos tiempos de incertidumbre y eso se refleja en la película.

Construyes una intriga tan complicada con un personaje tan silencioso como Santos. ¿Cómo definiría su estilo?

Ese es la parte más interesante de la película. Es un personaje sin interlocutores, apenas habla, son escenas muy silenciosas. Es importante escuchar los ambientes, en el cine español hay quizá demasiados diálogos. Me gusta dejar huecos en la historia. Me interesa hacer avanzar un relato más o menos policiaco solo con estas herramientas.

«El thriller es la intrahistoria, te permite rebuscar en la basura»

Compartes siempre la mirada con Santos y no hay más información. Santos y el espectador componen el puzle al mismo tiempo.

Y sin embargo todos los personajes están muy bien definidos. Juzgas al personaje sólo por lo que hace, sin más explicaciones ¿no le da eso más libertad al espectador?

Sí, también corres un riesgo porque no sabes cómo va reaccionar el público. Debes saber dar pistas sin ser obvio. Depende también de la atención del espectador.

Has reconocido en muchas entrevistas tus influencias del western. ¿Qué lo convierte en un género tan clásico?

De alguna manera es el género que me hace sentir más niño. Es un género sensorial: el polvo, el sudor, los caballos, el paisaje, el sonido de la madera. Es un género luminoso y tiene las virtudes de cualquier género consolidado, puedes tratar cualquier tema desde lo más lúdico a lo más transcendente. La puesta en escena de la película está llena de guiños al género. La película empieza con una imagen explicita que remite al wenster.

La trama terrorista, la red de confidentes…Un buen thriller ¿no cuenta más verdades reciclando la realidad que wikileaks o que el periodismo de investigación hoy porque no quieren o no se atreven?

Sí, la ficción te da mayor libertad; una libertad que lo real no te permite. Creo que el periodismo tiene hoy un papel muy distinto.

El thriller es quizá ahora el género más comprometido, más político.

Tal como yo lo entiendo sí. El thriller es la intrahistoria, te permite rebuscar en la basura. Averiguar cómo funciona la política, la economía…Puedes hablar de moral, de corrupción… Esa es su raíz.

La referencia a los atentados hace la película muy atractiva. Hay un centenar películas ambientadas en la posguerra pero solo unas pocas que ambientadas en el periodo que va desde la transición hasta hoy. ¿Por qué ocurre eso?

Hay algunas películas sobre el terrorismo vasco, algunas notables, pero no han conseguido ganarse la confianza de los productores. Funciona muy mal en taquilla. Yo lo he intentado en alguna ocasión, pero no encontré ningún productor interesado. Yo creo que el cine español está más comprometido con la actualidad de lo que parece. El cine tiene que ser testigo de su tiempo, no se puede estar a por uvas sino saber en el aquí y el ahora que vivimos. Para mi es fundamental.

Estas preparando una película sobre el espía Francisco Paesa que no tiene nada de James Bond. ¿Podrías adelantarnos algo de la película?

Paesa es un personaje real que es alucinante. El recorrido que abarca la película son los últimos treinta años del país desde la transición democrática. Tiene muchos tonos, su biografía es muy fragmentaria. A ver que sale

«El cine tiene que ser testigo de su tiempo, no se puede estar a por uvas»

Notas del director

“Cuando se pone el sol en los cruces de caminos, a Santos Trinidad, nuestro protagonista, se lo llevan los demonios. Santos está perdido, no tiene ni busca ningún tipo de salvación. Avanza en línea recta hacia la perdición. Y así, una noche cualquiera, en cualquier sitio , Santos pierde el control, implanta el caos, las consecuencias son imprevisibles. En Santos se reactiva el instinto de supervivencia. El hombre caído se levanta y se pone en marcha. Imparable. Hasta el final a sangre y fuego. En paralelo, una mujer eficaz, una juez al servicio de la razón, investiga el origen y las razones de la violencia generada por Santos. No prevé las consecuencias. El cruce de ambos recorridos, el de Santos y el de la juez, revela una amenaza insospechada. Personajes anónimos, ocultos, errantes, que habitan en el caos y cuyos pecados deciden nuestros destinos y conforman nuestro orden. “No habrá paz para los malvados “es cine negro, febril y contemporáneo basado en el miedo, el desconcierto, el desorden, en definitiva, en definitiva, el caos en que nuestras vidas parecen desenvolverse.»Enrique Urbizu .

One thought on “Una pelí­cula justo a tiempo”

Deja una respuesta