Tenemos un nuevo gobierno encabezado por Rajoy que aspira a mantener los recortes ejecutados durante la pasada legislatura. Pero también existe una mayoría social progresista que ha avanzado que, tanto en las movilizaciones en la calle como en las discusiones en el parlamento, tiene capacidad para imponer un cambio de políticas si hay unidad y voluntad política.
Los tiempos de la mayoría absoluta han pasado a la historia. Hay una nueva correlación de fuerzas parlamentaria donde el cerrojo bipartidista ha saltado por los aires, existe una nueva mayoría en el Congreso que representa el avance de la mayoría progresista, y crea las condiciones para poder echar abajo muchas de las leyes que se impusieron durante la pasada legislatura para recortar salarios, derechos sociales o libertades.
Los líderes de CCOO y UGT unieron las movilizaciones en la calle con el trabajo de esta nueva mayoría progresista en el parlamento.
José María Alvarez, secretario general de UGT, afirmó que “podemos y queremos cambiar las políticas, depende de todos”, añadiendo que “nuestras propuestas pueden abrirse camino en un Parlamento plural que tiene que hacerse eco de ellas”.
Y Toxo, secretario general de CCOO, remachó que “hay motivos para cambiar leyes. Por eso acabo mi discurso diciéndoles a los partidos que nos acompañan, que este acompañamiento sea con propuestas parlamentarias para cambiar leyes. Que se pongan de acuerdo. Hay una mayoría parlamentaria que debe ser sensible a la mayoría ciudadana”.
Los hechos confirman estas palabras. La nueva correlación de fuerzas parlamentaria surgida del 2-D y el 26-J, con un PP en minoría en el Congreso, ha permitido avanzar en derogar o cambiar algunas de las leyes más lesivas para los intereses de la mayoría.
Se han aprobado tres mociones para derogar la reforma laboral, la ley Mordaza y la LOMCE.
Acaba de aprobarse por amplia mayoría una moción para cambiar el Estatuto de los Trabajadores, poniendo límites a la subcontratación -que permite hundir los salarios- o eliminando la preeminencia de los convenios de empresa sobre los convenios colectivos -mecanismo clave de la reforma laboral para recortar las condiciones laborales-.
También se ha aprobado por aplastante mayoría una proposición para subir las pensiones este año un 1,2% -equiparable al incremento del IPC- que permitiría evitar la pérdida de poder adquisitivo que supone la subida máxima de un o,25% aprobada en solitario por el PP.
El gobierno de Rajoy intenta contener este avance de la mayoría progresista. Ofreciendo cambiar, punto por punto, la LOMCE o la ley Mordaza, para evitar su derogación completa. O intentando “blindar” la reforma laboral a través de algunas concesiones -como la subida del salario mínimo de un 8%-.
Pero en cada votación en el Congreso se evidencia que el PP está en minoría, y que existe una amplia mayoría progresista. En la que también se incluye Ciudadanos, que se ha sumado, vía abstención, a muchas de las mociones que reclamaban la derogación de las leyes impuestas por la pasada mayoría absoluta del PP.
Hay condiciones para cambiar las políticas en beneficio de la mayoría. Debemos aprovechar la nueva situación parlamentaria, mucho más favorable para los intereses populares que la vivida en los cuatro años anteriores.
Y para ello es necesario llegar a acuerdos amplios, que incluyan a todos los representantes y sensibilidades de esa mayoría progresista. Dentro y fuera del parlamento.