El número de personas paradas en el primer trimestre del año se ha situado, según la EPA, en 6.202.700, lo que supone una tasa del paro del 27,2%, que es 1,1 puntos superior a la del trimestre anterior, 2,8 puntos más que hace un año y 19,2 puntos más desde el inicio de la crisis. Tanto la cifra de personas paradas como la de la tasa de paro son los máximos históricos.
El aumento del número de parados en el trimestre asciende a 237.400. A esta cifra se llega con un descenso intertrimestral del empleo de 322.300, compensado parcialmente con un retroceso de la población activa de 85.000 personas.En relación con un año antes, el paro crece en más de medio millón de personas (563.200), como consecuencia de una destrucción de prácticamente 800.000 empleos netos y de una disminución de la población activa de más de 200.000 personas.En relación con los efectos de la reforma laboral hay que tener en cuenta que prácticamente todo el descenso intertrimestral de la ocupación se registra en el empleo asalariado (312.800 empleados menos) y que este descenso se reparte en 118.400 asalariados indefinidos y 194.400 temporales, por lo que la tasa de temporalidad se sitúa en el 22,12%, nueve décimas menos que el trimestre anterior. En términos interanuales, el empleo indefinido desciende en más de 380.000 y el temporal en más de 400.000. Hay que resaltar que en el primer trimestre el descenso del empleo es generalizado: en todos los grupos de edad, entre mujeres y hombres, así como en todos los sectores.Por otra parte, el empleo del sector público disminuyó en el trimestre (71.400 empleos menos), pero el descenso es superior en el sector privado (251.000 empleos menos). Un dato que refleja la intensidad de los efectos de la crisis en el mercado de trabajo y en la vida de los ciudadanos es el estremecedor número de hogares en que todos los activos están parados, que sigue creciendo hasta situarse en más de 1,9 millones.En resumen, esta situación tan desfavorable del mercado de trabajo, que mantiene un empeoramiento iniciado hace 21 trimestres, es consecuencia de una política basada exclusivamente en la austeridad, que ha provocado un descenso del consumo y de la inversión, y de una reforma laboral que lo único que ha producido es un cambio drástico en las relaciones laborales, debilitando la negociación colectiva y disminuyendo fuertemente el salario de los trabajadores. Además, al facilitar y abaratar el coste del despido, ha empeorado aún más la situación del mercado de trabajo.A la vista de todo lo anterior, cabe hablar de una situación de emergencia económica y social.Economistas Frente a la Crisis hace un llamamiento a las organizaciones políticas y sociales para promover un cambio en la política económica y de empleo, así como a las instituciones europeas, para que se adopten políticas de crecimiento y se abandonen las políticas de falsa austeridad que están produciendo un dolor insoportable a millones de ciudadanos europeos, al tiempo que se está desnaturalizando el modelo y la idea de Europa (…)
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