Compostela desbordada. Más manifestantes que residentes en Santiago. Así de multitudinaria ha sido la manifestación en la capital gallega contra la instalación por parte de Greenfiber, filial de la multinacional portuguesa Altri, de una macroplanta de celulosa en Palas de Rei (Lugo).
Un proyecto de enorme impacto ambiental, que amenaza gravemente no sólo la cuenca del Rio Ulla -de gran valor ecológico y sentimental, al ser enclave del camino de Santiago- sino la Ria de Arousa.
Contra este atentado, impulsado por la Xunta de Alfonso Rueda, se opone una inmensa y trasversal mayoría social de toda Galicia.
Santiago de Compostela tiene más de 99.000 habitantes según el Instituto Galego de Estadística (IGE). La masiva movilización del pasado 15 de diciembre en Santiago de Compostela, al grito de «¡Altri NON!» congregó a más de 100.000 participantes llegados de toda Galicia según las organizaciones convocantes, y a 40.000 según la Policía Local.
Se mire por donde se mire, estamos ante una de las movilizaciones populares más masivas y multitudinarias de la historia reciente de Galicia, comparable a las marchas del «Nunca Mais» tras la catástrofe del Prestige.
La manifestación, convocada bajo el lema “A Xunta non pode calar a todo un país. Altri Non!” (La Xunta no puede callar a un país. Altri No) por la Plataforma Ulloa Viva y En Defensa da Ría de Arousa (PDRA), ha sido respaldada por más de 50 organizaciones sociales, sindicales, políticas y ecologistas. Los asistentes han llegado desde toda Galicia, algunos de ellos en los 40 autobuses fletados por la organización, otros por sus medios particulares.
En declaraciones a los medios, los portavoces de la Plataforma Ulloa Viva, Marta Gontá, y de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), Xaquín Rubido, cargaron duramente contra la instalación de la macrocelulosa de Altri en Palas de Rei.
“Somos vecinos y vecinas que mandamos un mensaje a Altri, a Greenalia y a la Xunta: nuestras hijas van a heredar una ría productiva, una tierra fértil y aire y agua limpios. Esto no es negociable», dijo Marta Gontá. «La Xunta carece de legitimidad para imponer unilateralmente este modelo productivo» que por su impacto ecológico en el Rio Ulla y en la Ria de Arousa «pone en peligro a miles de familias del sector agroganadero, del mundo del mar y del sector turístico», asevera Xaquín Rubido. «Esto va en contra de la mayoría social de Galicia».
En un ambiente reivindicativo y al mismo tiempo festivo, miles de gallegos portaron numerosos carteles y pancartas y cantaron consignas como «Si es tan buena que la lleven a Moncloa / Si es tan buena que la lleven a Lisboa», «Rueda, recula, el agua no es tuya»; «El agua es nuestra y no de celulosa» y «Galicia entera rechaza la pastera».
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Altri: un brutal impacto ecológico
El proyecto de instalación de la macrocelulosa ha recibido ya más de 23.000 alegaciones en contra, y cuenta con numerosos estudios e informes negativos, incluyendo los de un órgano asesor de la Xunta, el Consello da Cultura Galega.
El llamado Proyecto Gama, impulsado por Greenfiber, una sociedad participada por las empresas Altri (75%) y Greenalia (25%), prevee la instalación de una macroplanta de celulosa en el lugar de A Vacariza, en el ayuntamiento de Palas de Rei (Lugo). La factoría ocuparía 360 hectáreas -cuatro veces el tamaño de la celulosa de ENCE en Pontevedra- y producirá al año 400.000 toneladas de celulosa y 200.000 de lyocell.
Para ello, la macrofábrica de Altri consumirá 1,2 millones de metros cúbicos de madera de eucalipto al año (alrededor del 20% de todo lo que se tala en Galicia) y 46 millones de litros del río Ulla al día -el equivalente a toda la provincia de Lugo- de los que devolverá 30 millones, a 27 grados de temperatura, en un punto del cauce por encima del que utilizará luego para la captación.
Esto no solo puede alterar gravemente el equilibrio ecológico del rio, exterminando a numerosas especies, sino que impactaría de lleno en su desembocadura de la Ria de Arousa, de gran actividad mariscadora. Y además afectaría a la calidad del agua potable que beben 145.000 vecinos de la zona.
Además de su impacto extraordinariamente negativo en el agua y el aire de la cuenca del Ulla la plantación masiva de eucaliptos para extraer celulosa -una especie invasora que acidifica y degrada los suelos, dañando a otras especies autóctonas como el carballo o el castaño -agravaría los ya notables efectos del cambio climático sobre los bosques atlánticos, multiplicando el riesgo de macroincendios forestales.
Este atentado ambiental y económico contra un paraje considerado como el corazón de Galicia, de enorme belleza paisajística y valor ecológico, cuenta con la oposición trasversal de la inmensa mayoría de la sociedad gallega.