Chocolates Hueso es una fábrica que se creó en el año 1862 en el pueblo de Ateca (Zaragoza), en los años setenta se crearon los Huesitos. Estas barritas de galleta y chocolate rápidamente se hicieron populares y se llegaron a vender, no sólo en España, sino también en el resto de Europa e incluso llegaron a Japón y a la zona de Oriente Medio.
En 1994 la empresa Hueso S.A. fue comprada por la multinacional Cadbury-schweppes y en el 2010 la adquirió el holding de la alimentación norteamericana Kraft Foods, hoy Mondelez Internacional.
Un producto de éxito creado en España es comprado por un monopolio extranjero y cuando lo han exprimido al máximo se lo llevan a otro lugar para extraer más beneficios. Cierran la fábrica pero se llevan las marcas que allí se fabrican, Huesitos, Tokke y los caramelos Respiral. Se deslocaliza la producción, los Huesitos pasarán a producirse en Cieszyn (Polonia) y los caramelos en otra fábrica que tienen en Valladolid. Por lo tanto la fábrica sí que da rentabilidad. Entonces, ¿por qué se la llevan?
“Para ellos somos una línea en un Excel”, esta frase, dicha por una trabajadora de Huesitos en un periódico dominical resume la situación de los 107 trabajadores, más otros 20 indirectos, que van a ser despedidos. Los trabajadores somos para los monopolios y multinacionales una mercancía más, de usar y tirar, según sus cuentas de beneficios. Daños colaterales. Llegan, compran, nos exprimen y cuando les interesa cierran, se quedan la marca y deslocalizan la producción a otro sitio… y no pasa nada, es legal, un robo legal.
«¿Por qué no se les expropian las marcas, como Huesitos, con las que se han forrado?» Para la comarca de Calatayud este es un golpe demasiado duro, tras la marcha de la también deslocalizada Kimberly-Clark, que supuso la pérdida de 230 empleos. ¿Pero cómo el Gobierno de Aragón y el Gobierno central pueden permitir esto?
Existen alternativas si hubiera independencia y voluntad política para tomar las medidas necesarias, para establecer leyes que blinden las empresas que trabajan en nuestro país en manos de multinacionales, que estén obligadas a invertir parte de sus ingentes beneficios en el desarrollo de la producción y la creación de empleo, que no sea tan sencillo deslocalizar una empresa. Y si se van, ¿por qué no se les expropian las marcas con las que se han forrado? Huesitos es una marca española, pues se queda aquí; se lo pensarían dos veces antes de irse.
Sólo hay dos opciones, o defiendes los intereses de los trabajadores, de la gente y del país, o defiendes los intereses de los que toman las decisiones en sus despachos de Wall Street. Una es el futuro de comarcas y pueblos como Ateca, la otra la de los pueblos muertos en vida.