Elsa Moreno, poetisa

Un recital de cuerpo

Elsa Moreno, a quien entrevistamos recientemente, ofreció un recital de poesía que acabó con un debate sobre poesía, creación artística, identidad y moral

El público acabó el recital rompiendo a aplaudir y puesto en pie. Vale la pena ver el debate completo posterior (detalles en la editorial del presente número). Aquí ofrecemos solo algunos apuntes que dibujan la concepción artística que Elsa desarrolla en sus recitales:

.

El cuerpo que habla

Yo estudié danza en el conservatorio. Primero empecé a bailar y luego empecé a escribir. En el conservatorio teníamos una asignatura de composición y a mí me parecía lógico introducir poesía en mis solos de danza. Entonces, sin ser consciente de lo que estaba haciendo, empecé a mezclar las dos cosas, el recitar a la vez que bailo y me muevo, y junto esos dos lenguajes.

Con el tiempo me he ido metiendo más en la poesía, y la danza se ha quedado en otro lugar, es más una relación personal lo que tengo con la danza, pero sí que me ha dejado un rostro, me ha dejado un cuerpo despierto, un cuerpo disponible.

Cuando escribo poesía, que al final escribo desde mi experiencia y desde mi sentir, la respuesta a la que llego es que a mí el mundo, la vida, me afecta en el cuerpo. Tengo el cuerpo despierto, poroso, y todo lo que sucede tiene una afección corporal. Después a la hora de escribir se vuelca.

Esa cosa que ha entrado en el cuerpo después aparece en el papel. Escribo desde ese sentir corporal. Muchas veces aparecen en mis poemas, las partes del cuerpo, o sensaciones del tacto, ese tipo de sinestesias, y a la hora de recitar es lo mismo.

Cuando bailas, la música se te mete en el cuerpo y es una vibración, y el cuerpo responde a esa vibración. Y poco a poco voy investigando, voy descubriendo distintas maneras de moverme.

Lo que habéis visto ahora es este recital, pero también estuve trabajando en una pieza de danza-teatro con todos los textos del libro, y ahí sí que aparece el cuerpo mucho más desplegado, como abarcando todo el espacio, y es la investigación artística que me quita el sueño. Ver cómo dialoga el cuerpo con la palabra.

Lo que ha entrado en el cuerpo aparece en el papel’

Lo inesperado

A mí lo que me interesa de la poesía es que haya una ruptura con el lenguaje y con los significados, que haya una especie de revelación. Si me quiero descubrir mientras escribo, no tengo que pensar en lo que escribo, porque entonces ya sé lo que voy a escribir y no me sorprendo. Hay trabajo de flujo.

Empiezo a escribir desde una idea preconcebida de la que voy a tirar, pero en el momento en el que planto esa semilla aparecen caminos que no tenía previstos. Y lo que me ayuda a generar ese flujo es el ritmo. Mientras escribo, recito, por eso la cadencia del poema es la que me da la siguiente palabra. No es tanto ¿qué quiero decir con este poema?, porque muchas veces no sé qué quiero decir con mis poemas.

Ese discurso lo construyo después para poder justificarlo y para poder decirle a la gente de qué va mi libro.

Deja una respuesta