Hace dos años, la escritora granadina Antonina Rodrigo ingresó en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona con el discurso ‘La persistencia de la memoria’. En una entrevista con motivo del homenaje, la escritora anarquista fue preguntada por la situación en Cataluña: ‘Muy mal. Yo fui una de las firmantes por el no` a la independencia y leí el manifiesto delante de 17 cámaras de televisión. Se me criticó por eso, pero hay que ser coherente. Yo soy anarquista y los anarquistas no queremos fronteras para ningún pueblo del mundo’.
Antonina Rodrigo, a parte de muchos otros honores, es la biógrafa de Federico García Lorca en Cataluña. Hombre y poeta de manifiestos. El Lorca del ‘canto a España y la siento hasta la médula’ que firmaba un manifiesto en defensa del catalán – ‘el idioma hermano’ – dirigido a Miguel Primo de Rivera, que se unía a muchos artistas firmando otro en defensa de los escritores alemanes encarcelados por el nazismo, que se sumaba a la denuncia de la dictadura de Salazar en Portugal, o que se adhirió al manifiesto para crear una Asociación de Amigos de la Unión Soviética.
Federico García Lorca se definía como un español integral, catalán aficionado, y recordaba lo del ramo de azucenas y el fango, porque, decía, un poeta debe reír y llorar con su pueblo.
La gente mejor
Los pobres en Cataluña son más pobres hoy. Nada diferente al resto de España, salvo por la vanguardia. Cataluña ha sido la primera en aplicar los recortes que después se han sufrido en toda España, la primera en parir un modelo de Sanidad mixto, no público sino mixto, en el que la inversión decrece y los pacientes son derivados a hospitales en manos de los fondos de capital riesgo norteamericano. Mientras, el 75% de los catalanes prefieren la gestión pública de los servicios públicos. La Cataluña del molt honorable, la primera, la vanguardia.
Los barrios pobres de Barcelona, lo son cada vez más. Lo dice Ada Colau. Pero el Parlament aprueba unos presupuestos que reducen el gasto social, mantienen sueldos ignominiosos para los altos cargos y protegen a un pequeño grupo de privilegiados.
Los privilegiados en Cataluña viven en el barrio de Pedralbes en Barcelona, pero también en Munich y en Wall Street. En el fango y recogiendo azucenas está la gente mejor, que diría el pintor Antonio López.
No hay futuro en estos despachos
Puigdemont dice que no va a presentarse a la reelección cuando Doménech llama a convocar nuevas elecciones porque ve imposible un referéndum pactado con el Estado. La trinchera se inunda de fango, justo cuando creían haber superado la etapa del 9-N. El partit de Artur Mas también se hunde en las encuestas – ¡pierden casi 50 escaños! -, como lo hacen los apoyos a la independencia.
Junqueras prepara una ‘conferencia nacional’ para junio en la que abordarán el programa para la recta final cara a la amenaza de referéndum de septiembre, que antes era desconexión. Puede que sea un programa electoral, aunque se saben, hoy por hoy, incapaces de liderar el procés en solitario, sin Mas.
La izquierda se fractura en torno a las migajas de los presupuestos en el Parlament y habla un idioma que no se entiende, que la mayoría no reconoce porque no defiende de forma clara y sin matices la unidad del pueblo trabajador y el ‘no’ a la independencia.
No hay futuro en estos despachos. El futuro está en el fango y las azucenas. Resolver el problema en el que nos han metido en Cataluña, frenar la división y el enfrentamiento permanente creado de forma artifical, no puede hacerse por arriba. Debe hacerse por abajo. Porque existe un rastro de unidad que deja la mayoría cuando el cinturón rojo vota a Ciudadanos en las autonómicas y a En Comú Podem en las Generales. Sin duda el voto es inteligente para gestionar lo que tiene. Existe un rastro de unidad que no se puede borrar.
Una misma moneda
Antonina Rodrigo leyó ante 17 cámaras un manifiesto que se titulaba ‘Por la Unidad del Pueblo Trabajador. Decidamos No a la Independiencia’. Porque es anarquista. Ha llegado el momento de volver a leerlo ante las cámaras. Aquel manifiesto dejó un rastro de unidad que conecta con un sentir mayoritario del pueblo trabajador catalán, el que le une entre sí y con el resto del pueblo trabajador español. Parafraseando al manifiesto… porque Puigdemont (Artur Mas) y Rajoy son dos cara de una misma moneda. Y frente a ellos, la unidad.
Anónimo dice:
Esta claro que el pueblo catalán al igual que el resto de gente del pueblo de todo el territorio de norte a sur y de este a oeste reclaman primero las personas y luego lla se irá viendo el camino a seguir