Los herederos de la URSS están convencidos de la necesidad de impulsar el desarme mundial. Rusia, que conservó parte de su estatus de gran potencia -con sillón a medida en el G8- tras su colapso económico en los 90, gracias a su enorme arsenal nuclear, insiste en «no dejar pasar esta ocasión» para avanzar en el proceso de desarme, tras la fructífera reunión que mantuvieron la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, la semana pasada.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, afirmó en Ginebra que, el mundo, or primera vez desde el fin de la Guerra Fría, tiene la oportunidad de avanzar en el proceso de desarme. "La llegada del presidente Obama ha cambiado la situación porque ahora el desarme multilateral es considerado una prioridad, lo que no se había visto en la Administración anterior", dijo el responsable de exteriores ruso en rueda de prensa. Lavrov, que había convocado una reunión extraordinaria de la Conferencia de Desarme de Naciones Unidas en la ciudad suiza, sostuvo que esta situación crea una ocasión para dar "pasos reales comunes que rebajen las tensiones" y establecer "nuevas limitaciones en los regímenes (internacionales) existentes" para evitar la proliferación de armas de destrucción masiva. “No hay que dejar pasar esta oportunidad”, subrayó insistentemente. Lavrov garantizó que Rusia asumirá sus responsabilidades "como un estado nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU", y aseguró que el Gobierno de Moscú está dispuesto a "reiniciar" su relación bilateral con Estados Unidos, como propuso la secretaria de Estado, Hillary Clinton. El ministro insistió que la conclusión de un nuevo acuerdo entre ambos países sobre armas estratégicas ofensivas "podría constituir una prioridad en esa dirección".EEUU y Rusia buscan un acuerdo que sustituya y amplie al actual Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START 1), suscrito en 1991 con el fin de disminuir la cantidad de armas nucleares y que expira el próximo 5 de diciembre. Según Moscú, el nuevo pacto debe limitar tanto los portadores como las cabezas nucleares. Además, el ministro hizo un llamamiento a impedir la militarización de espacio y no instalar armas allí. Lavrov también instó a la Administración de Obama a ratificar el tratado que prohíbe las pruebas nucleares subterráneas.Lavrov también se refirió a la necesidad de reforzar el régimen de no proliferación nuclear en Oriente Medio y lograr que esta región quede libre de armamento de ese tipo, lo que lleva a pensar que Rusia ha aceptado el trato propuesto por la secretaria de Estado: EEUU retirará el escudo antimisiles de Europa del Este si Rusia coopera decididamente con occidente en impedir que Irán se haga con el arma atómica. Sin embargo que se promoviera un Tratado de No Proliferación Nuclear en Oriente Medio significaría un problema para Israel, potencia nuclear encubierta. Siria ya promovió tal tratado en 2003 y la administración Bush lo torpedeó.Pero resulta extraño tanto énfasis y energía por parte de la militarista Rusia en impulsar el desarme. ¿Se ha vuelto el Kremlin pacifista, después de la demostración de poderío bélico en la guerra de Georgia, apenas hace siete meses?. ¿Anhelan ahora la “paz mundial” los herederos de una superpotencia que junto a Washington colocaron al planeta al borde de un holocausto nuclear?.Evidentemente son otras las razones que les mueven, al igual que a sus colegas del Pentágono. Unas semanas después de que las tropas rusas cortaran las carreteras de Georgia, la devastación entraba en los parqués de las bolsas. El cataclismo financiero no sólo ha golpeado brutalmente a la economía norteamericana, dejándola al borde del abismo, sino que son abundantes los indicadores fiables que alertan que la economía rusa está cerca del colapso. Eliminar el costosísimo mantenimiento de parte de las miles de cabezas nucleares que tienen ambas potencias podría ser un alivio considerable en los presupuestos del Estado ruso y del norteamericano. Su “pacifismo” llega hasta donde le dictan sus intereses, agobiados ahora por los gigantescos agujeros de sus arcas.