El sábado 28, cinco días después del terremoto, Ossa de Montiel volvió a convertirse en epicentro, esta vez, de un clamor popular contra el «fracking». Bajo el lema: «Queremos un futuro sostenible y saludable en nuestra comarca», a los ciudadanos de Ossa se unieron cientos llegados de El Bonillo, Munera, Villarrobledo, Ruidera, Hellín, Albacete o La Roda y organizaciones de todo tipo, partidos, sindicatos, organizaciones agrarias, como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha, y colectivos sociales y ciudadanos.
El terremoto ha puesto de manifiesto los peligros de una técnica de fractura hidráulica en una zona recorrida por la falla activa de la Meseta Sur, y el riesgo de que se incremente el número de terremotos y más fuertes. Tal y como ha ocurrido con con el almacén submarino de gas “Castor” en la costa de Castellón que ha obligado al gobierno a cerrarlo.
El “fracking” consiste en fracturar la roca mediante inyección de agua a presión junto con arena y productos químicos, muchos de ellos muy tóxicos y cancerígenos, altamente contaminantes para liberar gas y petróleo almacenado en esas rocas.
El éxito de la manifestación demuestra que el seísmo ha multiplicado el rechazo social al “fracking”, sumando el riesgo de terremotos inducidos al impacto medioambiental de una técnica tan agresiva que contamina los acuíferos y el aire, libera elementos radiactivos de las rocas y tiene alto riesgo de vertidos en superficie. Todo ello con graves consecuencias para la salud de los habitantes de la zona y para las actividades en el medio rural, agricultura, ganadería, apicultura o el turismo rural.
«El “fracking” es una técnica tan agresiva que aumenta el riesgo de terremotos, contamina los acuíferos y el aire, libera elementos radiactivos de las rocas y tiene alto riesgo de vertidos en superficie»El “fracking” en Castilla-La Mancha
En la comunidad hay dos proyectos. En septiembre de 2012 la Consejería de Industria de Castilla-La Mancha adjudicó un proyecto de “fracking” a la empresa Oil & Gas Capital, formada por ex altos cargos de Repsol, con tres permisos por seis años en la comarca Campo de Montiel, “Esteros”, “Almorada” y “Nava”, que abarcan un total de 70.000 hectáreas. Afecta a los términos municipales de Viveros, Villarrobledo, Munera, Ossa de Montiel, El Bonillo, Lezuza, Tiriez y El Ballestero, en la provincia de Albacete y Alhambra en Ciudad Real. El proyecto está en la misma zona que el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y puede afectar los acuíferos 23 y 24. La empresa ya ha iniciado catas y tareas exploratorias.
El segundo es el proyecto “Cronos”, concedido por el gobierno de Rajoy a a Frontera Energy Corporation, S.L. por otros seis años. Este proyecto afecta a 20.000 hectáreas de ocho municipios en la provincia de Guadalajara. Una zona protegida de alto valor ambiental, dentro de la Red Natura 2000 que comprende los parques naturales del Alto Tajo y del Río Dulce, con varias zonas de especial protección de aves (ZEPA) y donde nacen el Dulce y el Tajuña, que abastece de agua a 35 municipios.
El terremoto ha sacudido no sólo la tierra sino a los ciudadanos castellano-manchegos y reactivado las plataformas contra el “fracking” que ya convocan nuevas movilizaciones en otros pueblos de la región, dispuestos a abortar los proyectos antes de que se inicien las auténticas prospecciones al grito de “¡No al “fracking”, queremos un futuro sostenible y saludable”!