Es una penosa tarea, pero alguien tiene que hacerla. Se lo deben a los muertos, pero también a los vivos.
Desde el 24 de febrero de 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tiene una misión en Ucrania, con varios investigadores encargados de hacer un exhaustivo recuento de muertos y heridos entre la población civil, y de recabar información sobre crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos.
Su último informe, cerrado a pocos días de que se cumpliera un año del inicio de la invasión imperialista de Putin, revela que la guerra de Ucrania se ha cobrado hasta el momento 21.793 víctimas civiles, entre fallecidos y heridos, concretamente 8.173 civiles muertos y 13.620 heridos.
Al menos 3.624 hombres y 2.149 mujeres han perdido la vida en poco más de 12 meses de guerra. A ellos hay que añadir al menos 492 niños, y 1.908 adultos cuyos cadáveres estaban tan destrozados que es imposible determinar el género.
La mayoría de muertes y heridos civiles -3.951 y 2.974 respectivamente- se registraron en el mes de marzo, justo cuando la invasión rusa desplegaba toda su crudeza. Y el informe da un dato muy significativo: el 90,3% de las víctimas y el 82% de las muertes civiles fueron causadas por armas explosivas. Hasta el 5 de marzo, este armamento con efectos de área amplia, incluidos proyectiles de artillería, drones, misiles de crucero y balísticos, y ataques aéreos, mató a 6.736 civiles. Este es el reguero de sangre de las bombas de Putin.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también ha informado de que -sin lugar a dudas- la mayoría de las bajas civiles son atribuibles a los invasores. La enorme mayoría de muertos y heridos, al menos 6.322 y 11.159 respectivamente, se han contabilizado en territorio controlado por Ucrania cuando se produjeron las bajas.
Pero este número de bajas no es el real, no expresa en absoluto la cantidad real de muerte, de vidas segadas o rotas para siempre por la criminal agresión del Kremlin.
En cada balance semanal que ha publicado en todo este tiempo, el personal de la ONU ha escrito la misma frase: «sabemos que las cifras reales de víctimas civiles son mucho más elevadas».
El recuento es conscientemente conservador porque se atiene a las muertes fehacientes y documentadas. Pero sabe que bajo los escombros han quedado muchos más cuerpos sin encontrar, o que detrás de las líneas rusas, los invasores han extendido un manto de ocultación y silencio para que no se pueda conocer el tamaño y la hondura de sus crímenes.
Estos datos, estos trágicos números de sangre y muerte, vuelven a demostrar la obscena dimensión de los crímenes de guerra rusos contra la población civil ucraniana.
La invasión de Ucrania es una guerra de agresión imperialista y los únicos responsables son Putin y la oligarquía rusa, que pretende imponer a sangre y fuego el dominio sobre los países y pueblos de las antiguas repúblicas soviéticas.
Ante una invasión imperialista no se puede ser neutral. O se está con los invasores o se está con los invadidos.
Unificación Comunista de España denunciamos a la potencia invasora, el imperialismo ruso, y apoyamos sin reservas al país y al pueblo invadido.
Fuera tropas imperialistas rusas. Solidaridad con Ucrania