El 13 de diciembre, más de 100.000 personas volvieron a manifestarse en San Sebastián convocados por la plataforma ciudadana Basta Ya. Un nuevo éxito de la rebelión ciudadana democrática contra el fascismo y el nacionalismo étnico confirmando que hay un frente de resistencia popular en Euskadi dispuesto a movilizarse y a no dejar pasar los planes del nazifascismo.
Allí estaban personalidades significativas de las plataformas ciudadanas: Fernando Savater, Agustín Ibarrola, Elías Querejeta o Carlos Martínez Gorriarán de Basta Ya; Vidal de Nicolás presidente del Foro de Ermua; Edurne Uriarte y Teo Uriarte de la Fundación para la Libertad. Las asociaciones y víctimas del terrorismo como Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, la viuda de Gregorio Ordoñez, Irene Villa joven brutalmente mutilada por ETA…
Una amplia representación de alcaldes y concejales socialistas y populares especialmente amenazados por el terrorismo y perseguidos por el nazifascismo: Ana Urchueguía, alcaldesa de Lasarte, y el alcalde de Vitoria Alfonso Alonso, Maite Pagaza, Gotzone Mora, María San Gil,É Profesores de la universidad: Rafael Aguirre, Victor Urrutia, Francisaco Llera, el historiador Fernando García de Cortazar…
Periodistas: José María Calleja, Rosa Montero, Isabel San Sebastián, Carmen Gurruchaga, Germán Yanke, Raúl Guerra Garrido,É Dirigentes históricos y significativos de la izquierda: José Bono, presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, Nicolás Redondo, ex secretario general de UGT, Nicolás Redondo Terreros, ex secretario general del PSE, Rosa Díez, europarlamentaria del Partido Socialista, Jon Azkue de CCOO, Javier Rojo…
Los hermanos Emilio Guevara, juntero y Javier Guevara, del nacionalismo democrático. Y otros dirigentes políticos de la derecha democrática (Ramón Rabanera, diputado general de álava, Mayor Oreja, Carlos Iturgaiz o Rajoy) y la izquierda (Zapatero, Patxi López, secretario general del PSE, Txiqui Benegas, Jesús Eguiguren, José Antonio Pastor o Rubalcaba) , estos últimos situados en un segundo plano de la manifestación.
Pero sobre todo decenas de miles de vascos levantando un muro frente al fascismo. La manifestación, una de las más vivas y combativas, se transformó desde el comienzo en una auténtica marea humana que transmitía ese sentimiento de rebelión y firmeza que sólo la lucha por la Libertad es capaz de generar. El «No pasarán» coreado en la manifestación, no fue sólo una consigna sino una auténtica barricada que el plan del nazifascismo no podrá superar. Y ellos lo saben; en frente tienen a la mejor gente vasca y luchadora, que si no claudicó ante la dictadura de Franco no lo va a hacer ahora ante la cobardía del terror nazifascista.
Tan vascos como españoles
La cuarta convocatoria ha sido también un éxito de contenido. Lo que hace un año comenzó a denunciarse en la anterior convocatoria de Basta Ya, fue este 13 de diciembre un clamor general: el plan Ibarretxe es el plan del nacionalismo étnico y excluyente, con el no cabe ninguna negociación, sólo denunciarlo. Se cantó en consignas y lo decían decenas de carteles, «Plan malaleche», «Nacional-talibán», «El plan divide a los vascos», etc.
Pero lo que especialmente recorrió la columna vertebral de la manifestación fue la posición y la convicción de que Euskadi es España, y España es Euskadi. Lo concentró Sabater en el cierre de la manifestación: «Aquí hemos venido vascos de todas las partes de España y españoles de todas las partes del País Vasco». Y estaba escrito en la cara de cada manifestante y la determinación de las consignas, somos tan vascos como españoles y nadie nos va a hacer extranjeros en nuestra propia tierra.
El 13 de diciembre ha dejado otra enseñanza, la necesidad de un frente amplio para acabar con el régimen del terror y el fascismo impuesto en Euskadi. Fue general el llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas y sociales para crear una alternativa capaz de «mandar fuera del gobierno vasco» al nacionalismo étnico, como una exigencia ineludible para devolver la libertad y la democracia al País Vasco. Así lo destacó Fernando Savater en el manifiesto que cerró la manifestación, «es necesaria la unidad en lo esencial de las fuerzas políticas, por encima de las lógicas diferencias políticas».
La propia manifestación era la expresión viva de ese frente, de que esas fuerzas existen y esa unidad política para las elecciones es tan necesaria como posible: desde la derecha a la izquierda, con personalidades de todos los sectores y todas las sensibilidades políticas, socialistas, comunistas, nacionalistas democráticos, populares, sindicalistas, intelectuales, periodistas, abogados, universitarios, concejales, etc.
Como dice en la entrevista Nicolás Redondo: «Donde hay terrorismo y falta de libertades, es preciso superar las diferencias para hacer una alternativa unitaria». Es un clamor general, ¿entonces por qué no hacerlo?