Juan Francisco Martín Seco es licenciado en Ciencias Económicas, ha sido profesor en la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid y en la Autónoma. Miembro de los cuerpos de Intervención y Auditores del Estado. Nombrado en 1990 interventor delegado en el Ministerio de Cultura, fue cesado por firmar un manifiesto contra la Guerra del Golfo. En 1984 dejó la Secretaría de Estado de Hacienda por diferencias con el gobierno de Felipe González. Miembro en 1996 del Tribunal Internacional para Crímenes Contra la Humanidad cometidos en Irak.
Articulista en distintos diarios y revistas. Entre sus obras cabe destacar: ¡La economía, estúpidos, la economía! (1993), La farsa neoliberal (1995), La pinza. Dos partidos distintos y una sola política económica verdadera (1997), Réquiem por la soberanía popular (1998), La trastienda de la crisis (2010), ¿Para qué servimos los economistas? (2010) y Contra el euro. Historia de una ratonera (2013).
Las noticias sobre el agotamiento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social han colocado las pensiones en la agenda política inmediata. ¿Por qué se ha llegado a esta situación?
El Fondo de Reserva no sirve para nada, no tiene ningún sentido que las pensiones dependan de eso; porque no se puede aceptar la trampa que hace depender las pensiones exclusivamente de las cotizaciones sociales. Ahí el Pacto de Toledo fue nefasto, porque separó la Seguridad Social y el resto del Estado, cuando realmente son lo mismo y cuando las pensiones tienen que financiarse con todos los ingresos del Estado, como cualquier otro gasto, como la sanidad, la educación o la dependencia…
La trampa viene al hacerlo depender exclusivamente de las cotizaciones sociales, la trampa de la demografía, de la pirámide de población, del número de trabajadores, de que las cotizaciones no son suficientes, etc.
El problema no es cuántos producen, sino qué es lo que se produce. Es decir mientras la renta per cápita aumente no hay ninguna razón para que las pensiones tengan que peligrar, para que haya que reformarlas reduciendo la cuantía, como no hay que reducir la cuantía de la sanidad, de la educación, de la dependencia o de cualquier otro gasto social.
Ahora toda la clase política habla de la urgencia de tomar medidas para “garantizar las pensiones”. Con esa misma bandera se hicieron las reformas de Zapatero y Rajoy. ¿Qué podemos esperar de quienes las reformaron para recortarlas?
No podemos esperar mucho, pero no podemos esperar mucho porque la sociedad está intoxicada. Todo el mundo te dice que las pensiones no se pueden mantener como están porque resulta que el aumento de la esperanza de vida, la reducida tasa de natalidad…, hacen que cada vez haya más pensionistas y menos activos. Pero lo importante, insisto, no es el número de activos y el número de pensionistas. Lo importante es si la renta per cápita se incrementa. Y si se incrementa como se ha venido incrementando -hemos subido un 30% o un 40% en pocos años- no hay ninguna razón para que ningún colectivo, sea el de pensionistas o sea otro, tenga que reducir su poder adquisitivo.
Ahí está el problema, en que se ha logrado intoxicar a toda la sociedad y todas las reformas, desde Felipe González a Zapatero y Rajoy, encuentran una cierta justificación en la sociedad porque piensan que el sistema público de pensiones no se puede mantener.
¿Qué le parecen las medidas que proponen sacar fuera de la SS una parte de las pensiones, como las de viudedad y orfandad; o la propuesta de la ministra de la S.Social, Fátima Bañez ,de hacer compatible el empleo con el 100% de la pensión?
Las dos están desorientadas. La primera, que puede ser más aceptable, porque sigue manteniendo el tema de la separación de la Seguridad Social con el Estado y con los ingresos del Estado, No es cuestión de que determinadas prestaciones se pasen al Estado sino de que el Estado disponga de todas las prestaciones de la Seguridad Social y se responsabilizase de cubrir el déficit de la SS, como cubre el déficit de Educación o de otros gastos.
Sacar determinadas prestaciones como la viudedad no va a resolver el problema, aunque momentáneamente se equilibren las cotizaciones con las pensiones. En cinco años estaremos igual. Porque lo que va a seguir funcionando es que la esperanza de vida se alarga, la tasa de natalidad se reduce o que la pirámide de población se invierte. Y estaremos exactamente en lo mismo, diciendo que el sistema público no es sostenible.
El sistema público es sostenible si hay impuestos para sostenerlo, ese es el tema. Y lo que hay que hacer es plantear un sistema fiscal que sea capaz de grantizar las pensiones, la sanidad, la educación y todo lo demás.
En cuanto a la ministra de Seguridad Social, es una boutade. Una cosa es que se sea flexible y los jubilados puedan tener unos ingresos adicionales que de alguna manera puedan completar sus bajas pensiones. Y otra que se diga en un país con millones de parados mire usted no se jubile que yo además le pago la pensión.
Entonces, ¿a qué tipo de medidas nos podemos enfrentar con una nueva reforma?
La reforma de Zapatero fue muy mala pero la última reforma es nefasta.
Lo único bueno que tenía el Pacto de Toledo era la actualización anual por el IPC. En los últimos años ha tenido poca importancia porque la inflación es bajísima. Pero cuando adquiera un cierto ritmo se ha comido las pensiones y su cuantía en cinco, seis o siete años, y tendremos las pensiones a un nivel de beneficencia,
Hay que dar la batalla para que se siga manteniendo al menos la actualización de las pensiones por el coste de la vida. No hay ninguna razón no ya que no se actualicen con el IPC, sino para que no participen en los incrementos en la renta per cápita.
La renta per cápita de los españoles casi se ha duplicado en los últimos 30 años. Cuando las pensiones no participan en la misma proporción de ese incremento de riqueza ¿qué está ocurriendo? No es que no haya fondos, es que se la están llevando otros colectivos, fundamentalmente las rentas del capital. Si la renta incrementa en un 10 y las pensiones no, significa que alguien se está llevando un 20.
Las reformas que ya se han hecho han provocado tanto daño que poco más se puede hacer. Yo creo que van a intentar por todos los medios ver cómo se sostiene el sistema actual, pero es un sistema tan dañado por las reformas que en el momento en que la inflación vaya un poco más fuerte las pensiones van a quedar reducidas a prácticamente a unas prestaciones de beneficencia.
¿Hay una búsqueda deliberada de recortar el sistema para abrir paso a una mayor privatización y a los grandes fondos privados de pensiones?
Hay una ofensiva desde hace 30 años muy fuerte contra las pensiones. Primero porque el liberalismo económico está en contra del gasto social, la mejor forma de que no haya impuestos.
Segundo porque, efectivamente, las entidades financieras veían un chollo en potenciar los fondos de pensiones, porque es un dinero que termina cautivo en la banca que pueden manejar como quieren y para la finalidad que quieren. Han sido las entidades financieras las que más han presionado y forzado la reforma de las pensiones.
Y tercero, y ahí tienen responsabilidad los partidos de izquierda y los propios sindicatos al haber aceptado la lógica nefasta del Pacto de Toledo de separar la SS del resto del Estado y que se tienen que financiar directamente con cotizaciones sociales.
Esa lógica nos lleva claramente a que el sistema es inviable. En cuanto la Seguridal Social se integra como una parte más en el Estado, deja de existir el problema, que ya no es un problema de las pensiones, es un problema de la fiabilidad del Estado en su conjunto y eso remite a si somos capaces o queremos tener un sistema fiscal moderno y progresivo. Pero esto ya no es un tema económico se convierte en un problema ideológico. ¿Qué queremos, una economía de bienestar financiada con impuestos o por el contrario un Estado liberal donde los impuestos se reduzcan a la mínima cuantía y una economía de beneficencia?
Usted habla de una fiscalidad progresiva para financiar, entre otras cosas, las pensiones. ¿Pero quién ha de pagar más impuestos?
Todos hemos de pagar impuestos. Entre recortar gasto social o subir impuestos siempre en principio prefiero subir impuestos. Ahora bien, indudablemente hay unos impuestos que deberán subir más que otros y aquí hay un tema clarísimo: las reformas del IRPF tanto del Partido Socialista como del Partido Popular no han sido progresivas
A principio de los años 80 el tipo marginal máximo del IRPF era del 65%, y afectaba tanto a las rentas del trabajo como a las rentas del capital, y ahora están diciendo que el 45% nos parece muchísimo. Exactamente igual pasa con el Impuesto de Sociedades, se ha reducido muchísimo, por debajo del 30%, y sobre todo porque hay cantidad de exenciones de beneficios que hacen que el tipo real que se está aplicando en muchas empresas sea el 3%.
Tenemos un amplio margen para subir impuestos. Porque además es indudable que no se pueden subir los impuestos a las clases más bajas, por muy pequeña que sea la cuantía, cuando al mismo tiempo no subimos en una gran cuantía a las clases altas.
Sólo se pueden mantener pensiones, sanidad, etc.si somos capaces de hacer una reforma fiscal progresiva en serio.
Entiendo que la alternativa al tema de las pensiones que usted propone es que el Estado vía impuestos se haga responsable del sistema público de pensiones y no que se cargue únicamente sobre las cotizaciones sociales en la Seguridad Social.
Efectivamente, pero es que así estaba en los Pactos de la Moncloa cuando se decía que el Estado debería ir haciéndose cargo de los déficit de la SS y entonces en la SS estaba también la sanidad. ¿Qué pasó con los Pactos de Toledo? Que absurdamente se separaron. La sanidad se metió en el Estado y las pensiones se dejaron en la SS separando las fuentes de financiación y se dijo que las pensiones tienen que financiarse exclusivamente con cotizaciones sociales.
Lo fundamental es cambiar la mentalidad de que las pensiones no se tienen que financiar con todos los impuestos incluidas las cotizaciones sociales.
Pero además es una falacia cuando dicen que el sistema público actual es inviable porque cada vez hay menos activos. No, el asunto es cuánto se produce, porque si se produce el doble de lo que se producía antes no hay ninguna razón para que no haya dinero, por mucho que los que lo produzcan sean muchos menos y la relación entre pasivos y activos haya empeorado.
Antes en la agricultura trabajaba el 70% de la población activa y ahora con el 4,5% de la población activa trabajando en la agricultura produce más o cuanto menos lo mismo que antes. Este es el tema, si hay menos activos pero se produce mucho más que antes no hay ninguna razón para que no podamos seguir manteniendo las pensiones, la sanidad, los seguros de desempleo, la educación y los gastos sociales.
No caigamos en la trampa de separar la SS del resto del Estado. Esa es la gran trampa donde nos cogen y automáticamente te llevan a la conclusión de que las pensiones son inviables. Lo que hay que hacer de una vez por todas es integrar la Seguridad Social en el Estado financiarla con el conjunto de impuestos.
Anónimo dice:
Que asi debia ser
Anónimo dice:
Impuestos progresivos, que paguen las grandes fortunas (SICAV adiós), y las multinacionales explotadoras y expoliadoras, que inviertan un 50% de los beneficios en el país o que se vayan.
Anónimo dice:
acabando con la impunidad y la corruipcion de los miles de politicosos sin oficio ni beneficio ,,,que gobiernan para la delincuencia economica de este pais …
Anónimo dice:
..Se fundieron el dinero de las pensiones ,,,en comprar la deuda ,,que ellos mismos habian generado,,rescatando bancos ,,regalando miles de millones a sus electricas y petroleras,,las amnistias fisvcales de los mayores defraudadores ,,o la tremenda corrupcion e impunidad de sus esbirros ….