El complicadísimo rescate de Julen a contrareloj demuestra como la voluntad y determinación hace remover literalmente una montaña. En el rescate se han involucrado cientos de personas que con su dedicación incansable y su trabajo desinteresado están cada vez más cerca de Julen.
El equipo de técnicos ha trabajado día y noche sin descanso en el rescate de Julen salvando todas las dificultades. El rescate de Julen esta siendo una obra de ingeniería sin precedentes. Se han movido 55.000 toneladas de material, equivalente a 17 piscinas olímpicas de tierra, una obra que en circunstancias normales tardaría meses. El Cerro de la Corona de Totalan, la montaña que se tragó a Julen ha desaparecido tal y como se le conocía
Totalan se vuelca con el rescate de Julen. La pequeña localidad de Málaga, con apenas 700 habitantes, ha acogido a los padres de Julen y al operativo de rescate. El equipo de ingenieros y los mineros de la Brigada de Salvamento preparados para intervenir reciben la fuerza de todos los vecinos y todos los españoles que siguen con esperanza el rescate. “Julen ya es hijo de todos” dijo García Vidal, responsable del Colegio de Ingenieros de Málaga en unas sentidas declaraciones.
Volcados sin descanso en la búsqueda de soluciones técnicas el equipo multidisplinar no se ha rendido ante cada nuevo revés del terreno. El rescate ha movilizado a 300 personas.
Además de los 8 mineros especialistas en el operativo han colaborado un centenar de operarios y técnicos dirigidos por 13 ingenieros. El grupo, liderado por Ángel García Vidal, está conformado, entre otros, por: Francisco Javier Cañada Ruiz, Mauricio Delgado Duarte, José Vicente Fossi Armijo, Jorge Gil Muñoz, José Luis Gómez Vargas, Antonio Moreno Sánchez y Mario Muñoz-Atanet Sánchez. Junto a ellos trabajan un director técnico de la Junta de Andalucía, Antonio Nieto, y cuatro ingenieros más de su confianza.
Además, 50 agentes de la Guardia Civil; unos 40 bomberos; 30 profesionales de Protección Civil, 112 y Grupo de Emergencias de Andalucía; 80 voluntarios de Protección Civil; así como un equipo de 18 psicólogas.
Las dificultades y la dureza del terreno han demorado los trabajos. Y desde Chile Rodrigo Reveco, el ingeniero civil que diseñó la cápsula Fénix que permitió rescatar con vida a los 33 mineros que permanecieron 17 días atrapados en San José, manda toda la fuerza.
La brigada de especialistas liderada por Sergio Tuñón ha relevado a la gigantesca perforadora que ha construido un pozo de 1,5 metros por el que cabe la cápsula de hierro construida ad hoc para que los mineros desciendan, por parejas, a 73 metros de profundidad, y excavar unos cuatro metros en dirección hacia donde se cree que está el niño. Bajarán en una cápsula de rescate diseñada por el director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga, Julián Moreno, y fabricada por herreros del municipio malagueño de Alhaurin de la Torre. Los mineros excavarán manualmente la galería horizontal de unos cuatro metros para conectar con el pozo donde esta Julen, en el que pueden emplear unas 24 horas.
La dureza del terreno exige tres microvoladuras y un intenso trabajo de los mineros a 60 metros bajo tierra
A menos de un mes después del cierre de las de minas de carbón en España, la casualidad ha querido que el país entero se vuelva hacia estos ocho mineros asturianos, un grupo de élite de rescatadores bajo tierra. La Brigada, creada en 1912, es una leyenda en las Cuencas Mineras asturianas.
Son especialistas en diferentes ámbitos, como excavar en zonas de carbón u otros minerales con el reloj en contra y en espacios diminutos.
“Son los más cualificados. Los que más destacan de todos nosotros, los más hábiles. Unos somos mejores para picar, otros para postear… Los mineros de la Brigada son hábiles y rápidos en todos los terrenos: pueden picar, postear la madera y tienen unas cualidades sobresalientes para hacer cualquier cosa que surja ahí abajo”, dice José Ángel Quirós, un minero con 21 años de experiencia en el Pozo María Luisa de Langreo.