Disturbios en Ferraz

Todo el peso de la ley contra las protestas fascistas

La justicia debe perseguir y detener a los escuadrones neonazis y a sus nada ocultos instigadores, los dirigentes de Vox y de Revuelta

En su decimoctava noche consecutiva frente a la sede del PSOE en Ferraz, las protestas y disturbios de grupos neonazis, falangistas, radicales de equipos de fútbol y ultraderechistas de distinto pelaje parecen estar aminorando y languideciendo.

En ellas, durante tres semanas, hemos visto banderas nazis -de grupos como Democracia Nacional, España 2000, Falange, etc…- cánticos de odio de todo tipo, amenazas contra periodistas y políticos.

Nada tienen que ver estas algaradas de intimidación y exaltación fascista, que noche tras noche han acabado en violencia y disturbios, con las legítimas manifestaciones pacíficas contra la Ley de Amnistía, que convocadas por el PP, han reunido a medio millón de ciudadanos en su derecho a protestar.

Las que desde finales de octubre se han sucedido en Ferraz, aunque instigadas y alentadas por una parte del PP -Aznar o Esperanza Aguirre- llevan la inequívoca firma de Vox, y son un ejercicio de violencia antidemocrática, de señalamiento y amenaza contra los militantes y cuadros del PSOE, y contra la mayoría social progresista, que no debemos tolerar.

Más alarmante es aún si cabe, la detención de un primer manifestante ultra portando un arma de fuego -un alférez del ejército- y el manifiesto del medio centenar de mandos retirados que llamaron al Ejército a destituir a Pedro Sánchez y dar un golpe de Estado.

Es preciso que los demócratas aislemos y combatamos -con serenidad y firmeza, con los instrumentos democráticos- esta amenaza a la convivencia.

La justicia debe perseguir, detener y hacer caer todo el peso de la ley a los escuadrones neonazis que han amenazado y propagado el odio y la violencia, pero también a sus instigadores: la ultraderecha de Santiago Abascal y su organización juvenil Revuelta.

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