En pocos días Trump ya habrá tomado posesión como nuevo presidente de los Estados Unidos.

En España la política nacional se mueve entre la crispación política, alimentada por el enfrentamiento entre los dos partidos del bipartidismo, PSOE y PP, y sus propios cálculos partidistas. Aunque el verdadero metrónomo que marque la próxima legislatura va ser el inminente inicio de la nueva época Trump al frente del imperio norteamericano.

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El Partido Popular, medios de comunicación de la derecha y sectores de la propia oligarquía han judicializado su enfrentamiento con el gobierno, con un claro objetivo: reducir al mínimo la capacidad de un gobierno de coalición de progreso bajo la influencia de las demandas y exigencias del viento popular. Un enfrentamiento construido en base a los presuntos casos de corrupción que de una u otra forma afectan al gobierno. Ese es el principal eje de ataque y desgaste del gobierno.

El ‘caso Koldo’, convertido ya en el ‘caso Ábalos’, tras la decisión del Tribunal Supremo de investigar al diputado, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luís Ábalos, es el eje principal de los ataques al gobierno, un caso de corrupción confeso al menos por el corruptor, el empresario Víctor de Aldama. Junto con los intentos hasta ahora discutibles de implicar en otros casos DE corrupción a la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, y al hermano del presidente.

Los pactos y concesiones a los aliados nacionalistas del gobierno, con la amnistía a Puigdemont y los procesistas catalanes, son el segundo frente de enfrentamiento. Y el tercero, la última propuesta de Sánchez para cambiar la acusación particular y que no se admitan querellas basadas en recortes de prensa por motivos políticos.

Sin embargo el mayor frente abierto que tiene el gobierno en la legislatura es el de la desigualdad, el malestar de amplios sectores de la población que sufren carencias económicas o ven recortado su poder adquisitivo mientras bancos, energéticas y grupos monopolistas aumentan sus millonarios beneficios.

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Movimientos en la orilla del gobierno

En las filas del gobierno y su flanco izquierdo no solo se responde a los ataques de la derecha, hay una intensa agitación política. Enfrentamientos en el seno del gobierno. ¿Por qué un desembarco de ministros como candidatos autonómicos? Y mientras Puigdemont amenazando con no aprobar los presupuestos si no se cumplen completos los acuerdos de investidura, como la amnistía para todos.

Los enfrentamientos entre los dos socios de gobierno, Sumar y el PSOE, son cada vez más abiertos. Un Sumar en retroceso necesita aparecer como una fuerza relevante que consigue sacar adelante sus propuestas, Yolanda Díaz denuncia el boicot del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a la ley para reducir la jornada laboral pactada con los sindicatos. Y se esfuerza por anunciar como propia la subida del Salario Mínimo 50 euros, hasta los 1.184 euros.

Mientras Sánchez ha lanzado un movimiento para renovar los liderazgos del PSOE en las autonomías desde el Consejo de Minitros. La vicesecretaria general del PSOE, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero en Andalucía. Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno en Aragón, y Óscar López, exjefe de gabinete del presidente y ministro para la Transformación Digital, en Madrid…

Este movimiento no puede tener como objetivo ganar las elecciones autonómicas, algo muy poco probable sobre todo en Andalucía y Madrid, sino otro mucho más ambicioso: crear las condiciones para ganar otra vez el gobierno de España. ¿Qué condiciones?

El objetivo de Sánchez sería generar un movimiento para unir y movilizar a la militancia socialista en los territorios y recuperar los votos necesarios para llegar al 35% en las elecciones generales. En las anteriores generales el PSOE sacó un 31,6%. Y ahora las encuestas le dan el 29,5% según el barómetro del Instituto 40dB para el País). Tendría que subir 5,5 puntos. Un objetivo que el PSOE aspira a lograr recogiendo los votos que perdería Sumar según las encuestas.

El 35% de los votos es la base necesaria para buscar el apoyo desde fuera a un gobierno del PSOE (frente al PP y Vox) con otras fuerzas de la izquierda sin necesidad de que entraran en el gobierno.

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Tic-Trump

En las últimas semanas hemos podido ver el tono moderado del presidente del gobierno Pedro Sánchez con Trump a pesar de las preocupantes exigencias y el apoyo a la ultraderecha europea que llegan del otro lado del Atlántico.

Hasta ahora Sánchez ha evitado el enfrentamiento directo con Trump para referirse a Elon Musk en el acto de presentación del ‘50 aniversario de la muerte de Franco’: “La internacional ultraderechista liderada por el hombre más rico del planeta ataca abiertamente a nuestras instituciones”.

Al mismo tiempo, ha iniciado la búsqueda de aliados hablando con líderes europeos y latinoamericanos para reforzar la unidad ante la ofensiva que viene de la adinistración trumpista. En Europa con la socialdemocracia alemana, los laboristas ingleses, el gobierno de Dinamarca o la propia presidednta de la Comisión Europea, Von der Leyen y el postugués Antonio Costa presidente del Consejo Europeo. Y con Lula como su principal referente en Latinoamérica…

Todo lo que nos está llegando de la nueva élite dirigente norteamericana nos está mostrando una disposición a dominar el mundo de paises bajo la cadena imperialista de Estados Unidos sin consensos ni acuerdos. A la espera de las sacudidas que las exigencias norteamericanas van a provocar en cada uno de los países. También en España. Algunas ya se están poniendo sobre la mesa.

El impuesto imperial del 5%. Es la exigencia que el equipo de Trump ya ha hecho llegar a los países de la OTAN para aumentar los gastos de Defensa. Para España supondría un aumento de 40.000 millones anuales.

En el terreno político se avecinan varios frentes que pueden trastocar la actual situación de las fuerzas políticas internas . Trump-Musk hará más fuerte a Vox. Se abre la veda para acabar con la “excepción española”, el único gobierno progresista en Europa, con una fuerza dentro a la izquierda de la socialdemocracia. Y se abre el frente contra la política internacional del gobierno, especialmente con la denuncia del genocidio en Gaza y el reconocimiento del Estado Palestino. Trump ha escogido para su Gobierno a toda una serie de sionistas convencidos. Por ejemplo, a Pete Hegseth, el próximo secretario de Defensa.

Y los aranceles en el terreno económico. Trump ha amenazado con imponer aranceles de entre el 10% y el 20% a los productos europeos. Durante su primer mandato impuso aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio. Y del 35% a la aceituna negra española. Esta amenaza podría sacudir la economía nacional. Y especialmente uno de los sectores estratégicos como es el de las energías renovables, poniendo en peligro, por ejemplo, los miles de millones (4.500 en Aragón) de inversión de una empresa china para la fabricación de baterías para vehñiculos eléctricos.

A partir de ahora la posición ante cada una de estas y otras sacudidas se va a convertir en la línea de demarcación que va a definir de qué lado están las distintas fuerzas políticas.