Apenas siete meses después de que un enérgico movimiento popular en Senegal lograra la victoria electoral del combo progresista Diomaye Faye / Ousmane Sonko en las presidenciales, los resultados de las elecciones legislativas en el país africano -con un aplastante triunfo para su partido, el Pastef- les otorgan un enorme capital político para acometer profundos cambios constitucionales y legales, y para poder implementar un ambicioso programa que busca ganar soberanía e independencia para Senegal, zafándose de la dominación imperialista al tiempo que recuperar el control de las riquezas naturales del país en beneficio de su propio desarrollo.
Hace ahora un año las dos grandes figuras de Senegal, el primer ministro Ousmane Sonko y su «discípulo», el presidente Bassirou Diomaye Faye -ambos reconocidos en su país y toda África como representantes del panafricanismo más progresista y antiimperialista- estaban en la cárcel por orden del anterior presidente -el corrupto Macky Sall, alineado con los intereses de Francia y EEUU- que trataba de perpetuarse en el poder ante la creciente ola de protestas.
Pero no pudo. Presionado por la lucha de millones de senegaleses, Sall tuvo que dejar concurrir a las presidenciales a Diomaye Faye, que en apenas quince días pasó de dormir en una celda a proclamarse ganador con más del 54% de los votos.
Pero el Pastef, el partido de Faye y Sonko no tenía mayoría en el Parlamento, donde aún dominaba la «vieja política». Por eso, el aplastante triunfo del Pastef en las elecciones legislativas de Senegal sabe a miel. Han obtenido el 80% de los escaños, o 132 diputados de 165 en la Asamblea Nacional, y quedan en primer lugar en 47 de los 54 colegios electorales.
Una abrumadora mayoría absoluta que les permite llevar adelante sus ambiciosas reformas legislativas e implementar a fondo sus políticas.
El tándem Faye-Sonko luchan por llevar adelante su plan de desarrollo económico de Senegal, impulsando la industrialización y tratando de desembarazarse de la maraña de imposiciones económicas, comerciales y políticas con la UE (especialmente con Francia) y con EEUU. Por ejemplo, Senegal -al igual que otros países africanos como Malí, Burkina Faso y Níger- trata de desembarazarse del uso de una moneda, el franco CFA, que los vincula a Francia y al euro.
El gobierno antiimperialista del Pastef busca el control nacional de las materias primas, desarrollando la formación de la mano de obra y de los expertos técnicos en todo el país. Impulsando la creación con recursos estatales de cadenas de valor agrícolas autóctonas, y promocionando las empresas locales en detrimento de las extranjeras, especialmente en los sectores estratégicos.
Además, el gobierno de Dakar trata de renegociar las concesiones de gas y petróleo a empresas multinacionales, así como los acuerdos de pesca con la UE y otras potencias extranjeras, que arruinan a los pescadores tradicionales y las poblaciones costeras, sumiéndoles en la miseria y empujándoles a coger un cayuco para tratar de llegar a Canarias en una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. El gobierno Faye-Sonko ha devuelto a los pescadores una zona reservada para ellos a 20 km desde el litoral.
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La lucha por la verdadera independencia de Senegal
Los líderes de la izquierda senegalesa, como Khady N’diaye, de la Organización de los Pueblos de África Occidental (OPAO), han valorado este contundente resultado como «una victoria contra el neocolonialismo y una fase importante en el camino hacia la liberación nacional”.
Así lo valora también Diagne Fodé Roland, miembro del consejo de redacción del periódico comunista Ferñent. «El impago de impuestos por parte de las empresas multinacionales, la corrupción y la venta de los recursos naturales del país son consecuencias de años de políticas neoliberales, un legado construido desde la independencia de Senegal en 1960. Todos los sectores económicos estratégicos están en manos de multinacionales. El agua está con las multinacionales. Las telecomunicaciones pertenecen íntegramente a la empresa francesa Orange”, denuncia Roland.
“Las consecuencias de esta dictadura neoliberal fueron dramáticas en nuestro país. La más visible en nuestro tiempo es esta migración forzada que ha transformado el Atlántico y el Mediterráneo en un vasto cementerio para nuestros jóvenes”, subraya.
Por eso, sostiene el comunista, «el resultado de las elecciones representa una gran victoria para el bando que lucha por la soberanía nacional en este país de África occidental». El movimiento Pastef «fue creado en 2014 con el protagonismo y la rebelión de la juventud senegalesa contra el neoliberalismo y la influencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en el rumbo del país».