Primero fue el FMI quien avisó de que el estancamiento se prolongará durante más tiempo de lo previsto y llegará a 2012. Un día después, el miércoles, este organismo trasladó el foco de atención sobre la banca, dado que si nadie le pone remedio, los problemas de liquidez derivados de la crisis fiscal del euro pueden dejar al sector al borde del colapso. Y por si esto fuera poco, ayer la Reserva Federal cerró el círculo al advertir de que los riesgos a la baja sobre la primera potencia mundial son «significativos».
En la deuda, or su parte, también domina el pesimismo. Tras las paulatinas subidas en la presión contra los periféricos del euro, sobre todo contra España e Italia, que copan ahora la atención de los inversores, hoy ha tocado volver a sufrir, sobre todo a los títulos del Tesoro italiano. Así, en los primeros minutos de la sesión, la prima de riesgo de Italia ha rozado durante unos instantes el que hasta ahora sigue siendo su máximo histórico: los 416 puntos básicos. Para España, su prima de riesgo ha repuntado a 374. PÚBLICO.- Hablar de clase capitalista o burguesía, pequeña burguesía, clase media y clase trabajadora (la mayoría de la población) se considera ser muy anticuado. Las ciencias sociales, sin embargo, son ciencias. Y la clase social es una categoría científica. Y en ciencia no debe confundirse antiguo con anticuado. La ley de la gravedad es muy antigua, pero no es anticuada. Si lo duda, salte de un cuarto piso y lo verá. Y esto es lo que está ocurriendo a gran parte de las izquierdas gobernantes. Están saltando del cuarto piso y están cayendo en picado. LA VANGUARDIA.- Un editorial ayer del Financial Times, el diario de la City londinense, instaba a los acreedores públicos de Grecia, la UE, el FMI y el BCE, a no aportar el nuevo tramo de dinero que el país necesita para hacer frente a sus obligaciones inmediatas, los 8.000 millones de euros. Según el rotativo, ahora las víctimas no serían los mercados de bonos, no hay vencimientos inmediatos, sino los funcionarios y los pensionistas griegos, que se quedarían sin cobrar. "La penuria de la clase media griega no desencadenará el derrumbe del mercado financiero, pero podría finalmente forzar a la clase política griega a encarar la verdad", rezaba el salmón económico. Muchos, no sólo en Grecia, no ven las cosas de la misma forma que los editorialistas del FT, los cuales creen que un accidente así ayudaría a solucionar los problemas. La mayoría opina que puede ser la vía más rápida hacia la cruenta desintegración del país. Economía. El País Las Bolsas se desploman ante el sombrío panorama de la economía internacional El rosario de malos augurios sobre la situación económica internacional que se ha conocido esta semana ha dado nuevos bríos a la tendencia bajista en los mercados financieros, que tampoco acaban de creer en la efectividad de las medidas que se están anunciando a ambos lados del Atlántico para detener la hemorragia. Primero fue el FMI quien avisó de que el estancamiento se prolongará durante más tiempo de lo previsto y llegará a 2012. Un día después, el miércoles, este organismo trasladó el foco de atención sobre la banca, dado que si nadie le pone remedio, los problemas de liquidez derivados de la crisis fiscal del euro pueden dejar al sector al borde del colapso. Y por si esto fuera poco, ayer la Reserva Federal cerró el círculo al advertir de que los riesgos a la baja sobre la primera potencia mundial son "significativos". Ante este sombrío panorama, los inversores, que la semana pasada recuperaron una pequeña parte de su optimismo volviendo a entrar en las Bolsas, han cambiado de opinión y han optado por descontar que el frenazo será más intenso de lo esperado. Esta tendencia, que ya ayer provocó caídas en los principales parqués de referencia, se ha intensificado hoy. También en la deuda se ha dejado notar con fuerza el incremento de las dudas sobre el final de una crisis que se supera a medida que avanza el tiempo. Mientras, en el mercado de divisas, el euro ha caído a 1,34 dólares y ha marcado su valor más bajo frente a la divisa estadounidense de los últimos nueve meses (…) La Bolsa de referencia que ha sufrido el mayor correctivo ha sido Fráncfort con un 5% por el peso de sus valores industriales ya que este sector ha tomado el relevo a la banca al frente de los números rojos generalizados en todos los valores que cotizan en los parqués del Viejo Continente. Así, mientras, pesos pesados del índice Dax de Fráncfort como Salzgitter, Daimler o Thyssen han registrado pérdidas de entre el 9,4% al 7,7%. Más castigo a la banca francesa A continuación de Fráncfort se ha situado el Cac 40 parisino, que ha perdido un 4,9%. En su caso, junto a las empresas industriales, la banca ha vuelto a centrar buena parte del correctivo por la exposición de las grandes entidades financieras del país a una eventual quiebra de Grecia. En concreto, la muy castigada Société Générale se ha dejado un 9,6% y Credit Agricole un 9,5%. El mayor banco francés, el BNP Paribas, ha registrado unos números rojos del 5,7% tras anunciar que recortará plantilla en su división de banca de inversión ante la reducción de su cartera de activos en un 10%. Por encima de todos ellos la entidad financiera Dexia ha perdido más de un 11%. En Londres, los números rojos se iban al 4,67% mientras Lisboa se destacaba del resto también con un descenso superior al 5%. Mientras, en España, el selectivo Ibex 35 ha cerrado con una caída ligeramente inferior del 4,62% tras dejar atrás la cota psicológica de los 8.000 puntos y mañana abrirá en 7.830 enteros. En cualquier caso, supone su cuarta mayor caída en lo que va de año, dos de las cuales han tenido lugar este mismo septiembre, y acumula una pérdida de valor del 20% desde enero. Entre tanto pesimismo, tampoco logra poner tierra de por medio con el mínimo anual al cierre que marcó el pasado día 12 (7.640). Entre sus grandes valores, Telefónica se ha depreciado un 4,7% y BBVA o Santander han cedido un 5,46% y un 5%, respectivamente. Entre los industriales, Arcelor Mittal ha perdido un 8,9%, Abengoa un 7,3% e Indra un 7,2%. En el peor momento de la sesión, el principal índice del parqué madrileño ha llegado a ceder un 5,35%. Recortes de calificaciones en Italia Milán, por su parte, ha bajado un 3,6%. La jornada en el principal parqué italiano ha estado marcada por la decisión de Standard & Poor’s de rebajar la nota de solvencia de siete bancos del país, entre ellos el Intensa Sanpaolo y Mediobanca. No obstante, la reacción de los inversores al tijeretazo no ha sido muy negativa y sus acciones han logrado librarse del correctivo al conjunto del sector europeo dado que ya lo había descontado. La razón, que era previsible después de que esta agencia rebajase la calificación de la deuda del Estado en un escalón el martes. En Nueva York, Wall Street ha abierto a la baja y el índice Dow Jones de Industriales descendía un 2,28% minutos después de comenzar las contrataciones. A medida que avanzaba la jornada, sin embargo, aumentaba el recorte al 3,20%. Antes de la apertura en el Viejo Continente y tras los recortes de ayer, los principales parqués asiáticos han sufrido fuertes recortes en torno al 2% en el Nikkei de Tokio o del 0,08% en el Hang Seng de Hong Kong. En China, precisamente, se han disparado las alarmas al conocer el dato PMI del sector manufacturero del país, que lleva tres meses consecutivos por debajo de la frontera de los 50 puntos que marca la diferencia entre el crecimiento y la contracción. Más malas noticias que se suman al augurio de la Fed. Sin rastro del Q3 en la Fed El instituto emisor estadounidense advirtió tras su esperada reunión de dos días que los riesgos a la baja para el crecimiento son significativos. Asimismo, aunque, tal y como se esperaba anunció medidas para favorecer una política de tipos de interés bajos, lo que debería estimular a la estancada economía de la primera potencia mundial, nada dijo sobre una eventual recuperación de la compra masiva de deuda (Q3). Esta omisión ha decepcionado a los inversores, que aunque no contaban con esta medida de forma inmediata, si confiaban en que la Reserva Federal diese alguna señal de que está en la recámara ante el más que probable parón económico que está por llegar (…) La prima de riesgo española, estable En la deuda, por su parte, también domina el pesimismo. Tras las paulatinas subidas en la presión contra los periféricos del euro, sobre todo contra España e Italia, que copan ahora la atención de los inversores, hoy ha tocado volver a sufrir, sobre todo a los títulos del Tesoro italiano. Así, en los primeros minutos de la sesión, la prima de riesgo de Italia, que es el diferencial entre sus bonos a 10 años frente a los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha rozado durante unos instantes el que hasta ahora sigue siendo su máximo histórico: los 416 puntos básicos que marcó el 8 de agosto antes de que el Banco Central Europeo reactivase su programa de compra de bonos. No obstante, tras llegar a subir a 413 puntos básicos en la apertura, el indicador ha moderado su escalada al entorno de los 400 puntos básicos, un nivel que en cualquier caso es inadmisible, según los expertos, para un país cuya deuda pública asciende al 117% y, por tanto, tiene muchos intereses que pagar. Para España, su prima de riesgo, que es el mejor termómetro de la confianza en sus finanzas y que fija las condiciones de financiación de un determinado país, ha repuntado a 374, su nivel más alto desde agosto. Sin embargo, luego también se ha frenado y se ha reducido levemente frente a los 363 puntos básicos que alcanzó ayer. EL PAÍS. 22-9-2011 Opinión. Público ¿Existe lucha de clases? Vicenç Navarro Warren Buffet es uno de los ricos más superricos de EEUU y del mundo. Se caracteriza por ser inteligente, por conocer muy bien la realidad que le rodea y por hablar muy claro, frecuentemente en contra de la clase social a la que pertenece. Es, como The Wall Street Journal lo define, un “traidor a su clase”. Entre sus declaraciones, la más citada por los no ricos es aquella en la que indicó que, en contra de aquellos que creen que ya no hay clases sociales en EEUU (y que, por lo tanto, asumen que el concepto de lucha de clases es anticuado e irrelevante), la realidad que él conoce es que sí que hay clases sociales y que también existe una lucha entre ellas en la que su clase –los superricos– gana cada día a costa de los intereses de la mayoría de la población, que consigue sus rentas a partir del trabajo en lugar del capital. Tal señor escribió recientemente un artículo en The New York Times, Stop Coddling the Super-Rich (Basta de mimar a los superricos, 15-08-11), en el que explicaba los impuestos que él paga comparándolos con los que pagan los empleados de su compañía (él es un inversor financiero). Señala que pagó este año en impuestos 6.938.744 dólares, lo cual, señala, es una cifra más que respetable. Pero tal cantidad es menos del 17% de sus ingresos anuales, un porcentaje mucho menor que el de sus empleados, cuyo porcentaje varía desde el 33% al 41%, con un promedio (de los empleados de su despacho) de un 36%. Considera, con razón, que ello no es justo. Y subraya que los superricos no están contribuyendo al sacrificio general que el Gobierno federal de EEUU está pidiendo de todos los ciudadanos para salir de la crisis. A ninguno de los superricos se le ha pedido hasta recientemente que haga ningún sacrificio, y ello a pesar de que –tal como señala Buffet– la crisis les ha ido muy bien a los superricos. ¿Y cómo puede ser que paguen mucho menos en impuestos que la clase trabajadora y que las clases medias? Buffet lo dice claramente. La mayoría de su renta deriva de los beneficios que consigue de sus inversiones (la mayoría inversiones financieras). Es decir, es dinero de lo que antes se llamaba el capital financiero. Subraya Buffet que los impuestos sobre las rentas del capital (como el Impuesto de Sociedades) gravan mucho menos que las rentas del trabajo, lo cual le parece una profunda injusticia. Según él, todas las rentas, tanto las derivadas del capital como las derivadas del trabajo, deberían gravarse por igual, sin privilegios (como ocurre ahora) a las rentas del capital, que se gravan mucho menos. En realidad, no sólo gravan menos, sino que incluso han ido descendiendo más y más, bajo el argumento de que disminuir tales impuestos al capital facilita la creación de puestos de trabajo. La sabiduría convencional en el conocimiento económico –que, en general, está sesgado a favor de las rentas del capital– promueve políticas que favorecen estas últimas a costa de las rentas del trabajo, argumentando que es necesario incentivarlas para conseguir más inversión y más empleo. Pero, como Buffet señala en su artículo en The New York Times, los ingresos derivados del capital han crecido astronómicamente para los superricos, a la vez que los impuestos sobre tales rentas han ido disminuyendo y, sin embargo, la creación de puestos de trabajo en EEUU ha sido menor que antes (de 1950 a 1980) cuando las rentas del capital se gravaban mucho más que ahora. En realidad, las políticas fiscales que definen quién paga impuestos y en qué cantidad no vienen definidas por factores económicos, sino por factores políticos, lo cual quiere decir por el poder e influencia que distintos colectivos de personas tienen en nuestras sociedades sobre las instituciones políticas (y mediáticas). Y de estos colectivos, los ricos y superricos (lo que solía llamarse la clase capitalista o burguesa, términos hoy abandonados por considerárseles anticuados) son los más influyentes. El hecho de que no se hable de clases sociales y lucha de clases en España se debe precisamente a su enorme poder sobre las instituciones políticas y mediáticas. Como consecuencia, la versión convencional de la estructura social de nuestros países afirma que las clases sociales básicamente han desaparecido, puesto que la mayoría de ciudadanos pertenece a la clase media, aceptando que por encima están los ricos –la clase alta– y por debajo los pobres –la clase baja–. Por lo demás, hablar de clase capitalista o burguesía, pequeña burguesía, clase media y clase trabajadora (la mayoría de la población) se considera ser muy anticuado. Las ciencias sociales, sin embargo, son ciencias. Y la clase social es una categoría científica. Y en ciencia no debe confundirse antiguo con anticuado. La ley de la gravedad es muy antigua, pero no es anticuada. Si lo duda, salte de un cuarto piso y lo verá. Y esto es lo que está ocurriendo a gran parte de las izquierdas gobernantes. Están saltando del cuarto piso y están cayendo en picado. El famoso dicho del presidente Zapatero de que “bajar impuestos es de izquierdas”, continuando unas políticas iniciadas en España por el Partido Popular, ha favorecido enormemente a la clase capitalista (es decir, aquel colectivo que deriva sus rentas del capital), que como bien dice Buffet, existe. Y los datos de la Agencia Tributaria española así lo documentan. Mientras que los ingresos al Estado derivados de la gravación a las rentas del trabajo han ido aumentando desde 2006 (pasando de representar 430.428 millones de euros en 2006 a 494.431 millones de euros en 2010), las derivadas del capital han descendido considerablemente, pasando de 75.027 millones de euros a 53.455 millones de euros, y ello en gran parte, como consecuencia de las bajadas de impuestos, sobre todo a las rentas superiores y del Impuesto de Sociedades. ¿Dónde está la versión española de Buffet? PÚBLICO. 22-9-2011 Economía. La Vanguardia ¿Funcionarios y jubilados sin cobrar? Manel Pérez Un editorial ayer del Financial Times, el diario de la City londinense, instaba a los acreedores públicos de Grecia, la UE, el FMI y el BCE, a no aportar el nuevo tramo de dinero que el país necesita para hacer frente a sus obligaciones inmediatas, los 8.000 millones de euros. Según el rotativo, ahora las víctimas no serían los mercados de bonos, no hay vencimientos inmediatos, sino los funcionarios y los pensionistas griegos, que se quedarían sin cobrar. "La penuria de la clase media griega no desencadenará el derrumbe del mercado financiero, pero podría finalmente forzar a la clase política griega a encarar la verdad", rezaba el salmón económico. Muchos, no sólo en Grecia, no ven las cosas de la misma forma que los editorialistas del FT, los cuales creen que un accidente así ayudaría a solucionar los problemas. La mayoría opina que puede ser la vía más rápida hacia la cruenta desintegración del país. Las presiones sobre Grecia han subido de tono en los últimos días, a medida que Papandreu y sus cada vez más escuálidas fuerzas siente el vértigo del impago de sus funcionarios. Por eso, el Gobierno griego firma todo lo que le pongan por delante: despidos de empleados públicos, rebajas de pensiones… El problema es que esas escenas recuerdan al desesperado dispuesto a asumir cualquier condición para recibir un crédito con el que aplazar el reconocimiento de su ruina pese a que sabe que no lo podrá devolver. En realidad, todos compran tiempo. Tres meses, hasta que vuelvan los vencimientos de bonos. Papandreu aplaza el inevitable reconocimiento de que su país no podrá devolver su monumental deuda. La UE y el FMI dan más tiempo a Alemania y Francia para poner en orden sus bancos, es decir para afrontar la posible capitalización de entidades a que obligaría la suspensión de pagos. Pero claro, nadie asegura que los daños se limiten a la deuda comprometida por Atenas. El contagio a países como Italia y España sigue siendo el talón de Aquiles de todos los esquemas que de momento se han puesto sobre la mesa. Según los más críticos, sólo un Fondo europeo gigante que cubra cualquier posible contingencia, entre 2 y 3 billones de euros. Se trata de una cifra políticamente indefendible en cualquier parlamento europeo y con un coste insostenible. En último término, los Smith de Alemania, los DuPont de Francia, o los Verhoeven de Holanda deberán escoger entre gastarse el dinero en salvar a los países en dificultades o a sus propios bancos. La única solución es poner más dinero. En cualquier caso, Grecia avanza con cada acuerdo un paso más hacia el abismo y Papandreu acabará viviendo fuera de su país. LA VANGUARDIA. 22-9-2011