Mientras el país se inunda de movilizaciones de la Marea Blanca una enorme masa de profesionales se ven obligados emigrar
Son datos de la Organización Médica Colegial (OMC), que es la que se encarga de expedir los certificados que permiten a los médicos trabajar en el extranjero. Para hacernos una idea, estos 3.525 médicos representan más de la mitad de los médicos que cursan el MIR cada año. Y advierten que, desde 2011, han solicitado dicho certificado para trabajar en el extranjero más de 23.500 médicos.
Eso no significa que todos acaben yéndose. Pero sí que muestra una tendencia continua de fuga de profesionales y revela también el profundo malestar que existe entre los médicos españoles -especialmente los que se incorporan a la profesión- con respecto a las condiciones laborales que se les otorga en España.
Los jóvenes médicos se van porque los salarios son bajos y la precariedad les obliga a una sobrecarga excesiva de trabajo. Y el hecho de que se vayan reduce la plantilla aquí en España, aumentando todavía más la sobrecarga de trabajo de los que se quedan. Una pescadilla que se muerde la cola.
¿Sobran o faltan médicos?
¿Hacen falta más médicos?. En apariencia, parece que no. Según la OCDE, España se encuentra por encima de la media en cuanto a ratio entre médicos y habitantes. De hecho, según el Eurostat, nuestro país se encuentra en segundo lugar dentro de la Unión Europea en médicos especialistas en Urgencias, solo por debajo de Bulgaria. Y el quinto lugar si nos vamos a especialistas en UCI y Anestesia. En estas áreas nuestra sanidad se encuentra bien abastecida, no hay un problema de capital humano, y -según las asociaciones de profesionales- las deficiencias pueden resolverse con una mejor reestructuración más eficiente del personal.
Sin embargo, la situación cambia drásticamente si dirigimos la mirada hacia los médicos de Atención Primaria. En esta categoría concreta -de la que depende de forma esencial la calidad de la sanidad para los pacientes- los españoles somos los quintos… por la cola. En concreto, según el Eurostat, España tiene un total de 74’78 médicos de Atención Primaria por cada 100.000 habitantes. Mientras que países de nuestro entorno duplican o hasta triplican esa cantidad: 240 en Portugal, 184 en Irlanda, 170 en Alemania o 165 en Austria.
Según la OMC, harían falta más de 2.200 médicos de Atención Primaria solo para poder alcanzar el cupo medio de la OCDE. No es de extrañar que hayan sido los médicos de Atención Primaria los que se han movilizado más en 2018. Son ellos los que sufren más la sobrecarga de trabajo por falta de personal.
La escasez de profesionales en Atención Primaria afecta drásticamente en la calidad misma del servicio. Depende de cada comunidad autónoma, pero cuando se registran situaciones como tener que atender a 60 pacientes en un día, o tener que hacer 36 horas de guardia, es inevitable la saturación y un decrecimiento de la calidad. Téngase en cuenta que el 80% de las necesidades médicas de la población española la resuelven directamente los médicos de cabecera.
Y existe otro problema mayor. Debido al envejecimiento de la población, en los próximos cinco años se van a jubilar 45.000 médicos. Hace falta revertir de inmediato los recortes en la Sanidad, atajando con la precariedad del personal sanitario (médicos, enfermeros, celadores, etc…)para acabar con la fuga de profesionales, y generar nuevas plazas para la Atención Primaria.