Desde que se conocieron los resultados de las elecciones generales del 20-D se abrió una nueva batalla política, la de los pactos que permitan la formación de gobierno. Todas las fuerzas que han impuesto el saqueo contra la población intentan a toda costa y contra el sentir mayoritario expresado en las urnas, imponer un gobierno que garantice la continuidad de los recortes. La mayoría de la población debemos empeñarnos en que la mayoría social que expresó el 20-D se traduzca en un nuevo gobierno que detenga los recortes y permita hacer realidad lo que los ciudadanos han demandado con su voto.
“Desastre” para unos… alegría para otros
El corresponsal del Frankfurter Allgemeine Zeintung, portavoz de los sectores más duros de la gran burguesía alemana, describía los resultados del 20-D como “el desastre español”, poniendo el foco en “el riesgo de que se vayan al traste las reformas”, es decir el programa de recortes.
El 20-D, tras siete años de ejecución del atraco contra la mayoría de la población, ha supuesto un salto cualitativo del viento popular contra los recortes. «Pretenden ocultar que el 20-D ofreció una mayoría absoluta de votos enfrentados a nuevos recortes»
Mucho más allá incluso del carácter de las diferentes candidaturas, o de las diferencias que puedan tenerse con sus propuestas, una marea de ciudadanos que supera ampliamente los 16 millones de votos se ha movilizado para apoyar el 20-D a las fuerzas que, de una u otra manera, se han enfrentado a la política de recortes ejecutada por el gobierno de Rajoy. Representando casi el 70% de los votos emitidos.
La Comisión Europea ya irrumpió en plena campaña electoral para “advertir” que el nuevo gobierno debía dar una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral o enfrentar ajustes por valor de 9.000 millones de euros para cumplir los objetivos de reducción del déficit. Y el último informe del FMI anunciaba que el nuevo gobierno surgido de las urnas debía impulsar una nueva reforma que permitiera rebajar todavía más los salarios, ejecutar una mayor subida del IVA o implantar más copagos en sanidad o educación.
Washington y Berlín, o la oligarquía española, pretenden perpetuar el saqueo contra la población a golpe de nuevos recortes. Pero la mayoría de los votos en las generales se han movilizado precisamente para cerrar el paso a nuevos recortes.
Ese es el “desastre español” para unos pocos… y la alegría para una inmensa mayoría.
Imponer como sea un nuevo gobierno de la troika
Tras el 20-D se han intensificado las presiones para hacer posible un “nuevo gobierno de la troika”, venciendo las resistencias de una mayoría social enfrentada a los recortes.
Bajo la forma de lo que Enric Juliana, corresponsal de La Vanguardia en Madrid y uno de los analistas políticos más lúcidos, define como “una gran coalición al estilo alemán (PP-PSOE-Ciudadanos) que gustaría mucho en Bruselas y Berlín y contaría con el decidido aplauso del Ibex-35”.
Así se han expresado desde la UE a círculos de la gran banca y de la gran empresa tan importantes como el Consejo Empresarial de la Competitividad o el Círculo de Empresarios, que para ello promete movilizar «todos sus recursos y capacidades para influir en los poderes públicos”..
Es el objetivo ya planteado públicamente por Rajoy, al postularse para encabezar un nuevo gobierno “con amplio apoyo parlamentario, a poder ser con más de 200 escaños”. Reafirmada por Luis de Guindos, al declararse “partidario de una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos”. Añadiendo que “sería un gobierno con una enorme estabilidad” y advirtiendo que impediría otras propuestas “que ponen claramente de manifiesto que hay que revertir las reformas [eufemismo que debe traducirse por recortes]”.
Este sería un gobierno que, a pesar de la complejidad de los resultados del 20-D y el aumento del rechazo a los recortes, permitiría la “estabilidad” necesaria para seguir ejecutando lo principal del programa que exige la troika o la gran banca.
Algunos de los principales movimientos en la escena política caminan en el sentido de abrir paso a esta opción. La “tormenta perfecta” desatada en el PSOE tras el 20-D, con la rebelión de los barones encabezados por Susana Díaz, solo puede explicarse desde las presiones del hegemonismo y la oligarquía para crear las condiciones políticas de esa “gran coalición”. Aún a costa de sacrificar el liderazgo de Pedro Sánchez o las expectativas del PSOE.
Incluso empiezan a circular, en círculos muy bien informados, las alternativas que, para propiciar esa “gran coalición”, contemplan la posibilidad de prescindir de las actuales direcciones tanto del PSOE como del PP, y recurrir a la alternativa de un “gobierno tecnocrático”, ajustando al caso español la fórmula ya ensayada en Italia, con Monti, o en Grecia con Papadimos.
Literalmente, lo que haga falta para propiciar, en las nuevas condiciones surgidas del 20-D, un nuevo gobierno de la troika en España.
La “peor posibilidad” para ellos… y la mejor para nosotros
Desde el FMI, el BCE o la gran banca española tienen claro cual es su mejor opción de gobierno… y también cual es la peor para sus intereses.
The Wall Street Journal, uno de los principales portavoces de los grandes nódulos de la burguesía norteamericana, desde antes de las elecciones -y sigue haciéndolo tras el 20-D- afirma que “la peor posibilidad para un gobierno resultante tras las elecciones en España sería que Ciudadanos formase un bloque con Podemos y el PSOE, lo que provocaría una alarma en los mercados internacionales”.
Ese mismo medio constata que “todas las fuerzas políticas españolas garantizan la ejecución de los compromisos internacionales, como el pago de la deuda”. Añadiendo que “incluso Podemos ha moderado su discurso”.
Sin embargo, más allá de los programas de esas fuerzas o de la disposición de las direcciones de los partidos más votados, esa es una posibilidad que provoca “alarmas” en Washington, en Berlín, o en la oligarquía española.
Porque un gobierno como este, perfectamente posible según la aritmética parlamentaria, permitiría la expresión política de la mayoría social contra los recortes que se ha manifestado el 20-D. Y crearía muchas mejores condiciones para enfrentar el proyecto de saqueo contra el 90% ejecutado durante los últimos años a golpe de los mandatos de la troika.
Muchos de los movimientos políticos aparentemente contradictorios parecen conjugarse para evitar o dificultar esta posibilidad. Desde la agudización de las tensiones en el PSOE, expresadas en la pugna entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Hasta la posición de En Comú Podem, colocando la exigencia de un referéndum en Cataluña al mismo nivel, o incluso por encima, de la lucha contra los recortes. Algo que impide cualquier posibilidad de una mayoría progresista en el conjunto de España. «Quieren borrar la posibilidad de un gobierno que sea la expresión política de la mayoría social contra los recortes manifestada el 20-D»
Debemos evitar un nuevo gobierno presidido por Rajoy o por una “gran coalición” que persista en el programa de recortes. Todas las fuerzas políticas que lo permitan, por activa o por pasiva, estarán traicionando la voluntad de sus votantes.
Pero frente a la minoría que representa el PP, en el parlamento existe una amplia mayoría de diputados de las fuerzas que se han pronunciado contra los recortes ejecutados por el gobierno de Rajoy.
Y que permitirían formar un nuevo gobierno en torno a unos puntos mínimos:
Detener los recortes.
Subida de salarios y protección de las pensiones públicas. Derogación de la reforma laboral y subida del salario mínimo a 1.000 euros. Blindaje de las pensiones públicas en la Constitución, prohibiendo que puedan recortarse o privatizarse.
Reversión de los recortes en sanidad, educación, ciencia y cultura, recuperando en un plazo de dos años los niveles de inversión pública previos al inicio de la crisis.
Plan de urgencia y solidaridad social contra los efectos de la crisis. Con una renta social para las familias sin ingresos equivalente al salario mínimo. Combatiendo la pobreza energética, garantizando luz y agua en todos los hogares. Y paralizando los desahucios.
Defensa de la soberanía nacional frente a la troika
Renegocación de los plazos de reducción del déficit público impuestos por la UE que imponen la ejecución de nuevos recortes.
Reforma del artículo 135 de la Constitución para someter la prioridad en el pago de la deuda a la financiación de los servicios básicos y las necesidades de la economía nacional.
Defensa de la unidad del conjunto del pueblo trabajador de toda España en la lucha contra los recortes.
Es una opción de gobierno que todos parecen empeñados en ocultar y “sacar fuera” del debate político, pero que se correspondería con el sentir mayoritario de los votos expresados el 20-D.
Y que permitiría que, frente a las presiones de Washington, Berlín o la oligarquía española por perpetuar el saqueo contra la población, avanzara la voluntad cada vez más mayoritaria en la sociedad española de rechazo a los recortes y apuesta por la redistribución de la riqueza.