Desde estas páginas apoyamos todas las medidas que refuercen la capacidad de las CCAA de hacer frente a la pandemia, incluida la construcción de nuevos hospitales e instalaciones. Pero queremos dar voz a los sindicatos de los sanitarios madrileños, que afrontan la tercera ola en condiciones precarias, con falta de personal y espacios, y con una excesiva carga de trabajo, situación que les ha llevado a un aumento de estrés y cuadros de ansiedad.
A esto hay que sumarle la puesta en marcha del Hospital de pandemias Isabel Zendal, un centro sin recursos y con personal trasladado de hospitales públicos en contra de su voluntad. En agradecimiento a su labor fundamental en pandemia, la Comunidad de Madrid premia con sanciones a los trabajadores sanitarios que se nieguen a trabajar allí.
Estamos en la tercera ola, con un preocupante aumento de casos. ¿Qué condiciones tenéis los sanitarios? ¿Son las adecuadas para poder hacer frente a esto?
Las condiciones se asemejan a la primera ola, los casos se están disparando debido a unas malas políticas por parte de la Comunidad de Madrid y del Gobierno central. No se han llevado a cabo las medidas que la comunidad científica ha estado recomendando, como confinamientos más duros, y se ha priorizado la actividad económica frente a la salud, como el ejemplo de las navidades. Los sanitarios estamos muy desmotivados y psicológicamente al límite por la carga de trabajo, va a hacer casi un año de desgaste y vemos que la curva de la tercera ola no baja. Podemos llegar al nivel de estrés psíquico de la primera ola y empezar a ver gente muriendo en pasillos.
Respecto a las condiciones laborales, la precariedad en la Comunidad de Madrid es enorme. Se han suspendido derechos tan básicos como la conciliación familiar. Teníamos jornadas semanales de 35 horas que en 2012 aumentaron a 37,5 horas y estamos acusando el desgaste con condiciones tan duras. Son tales, que los trabajadores que vinieron de otras comunidades autónomas a ayudar han decidido volverse a sus respectivos lugares de origen por mejores condiciones laborales, porque aquí se les ha tratado muy mal. Medios materiales sí que tenemos más acopio que en la primera ola.
¿Qué consecuencias están teniendo los traslados de sanitarios al Zendal?
Por los traslados de profesionales al Zendal, los hospitales públicos estamos en la tercera ola con menos profesionales que en la primera. Están quitando profesionales para llevarlos allí y la precariedad es tal que no permite la contratación de más profesionales. Al quitar trabajadores de los hospitales públicos para llevarlos al Zendal y no contratar a más con unas buenas condiciones, se han tenido que cerrar zonas en los hospitales públicos por falta de profesionales. Además, se mantienen cerradas otras zonas de hospitales públicos mientras se abre un hospital nuevo. Los cinco principales hospitales públicos de Madrid han cerrado 1.200 camas y en el Hospital Infanta Sofía hay una torre entera con 16 camas UCI cerradas en plena pandemia. Estamos abriendo hasta segundas, terceras y preparando cuartas unidades de cuidados intensivos en los hospitales por falta de espacios. En una tercera ola no se puede entender que tengamos que habilitar bibliotecas y gimnasios.
Respecto a los sanitarios, están obligando a abandonar sus puestos en los centros de salud a los sanitarios para ir al Zendal, con riesgo de sanción si se niegan. Se han pedido nombres y datos de los trabajadores y no se les contrata si han renunciado al nombramiento de un contrato covid. Se están aprovechando de la precariedad y llevan allí a trabajar a gente joven que no se queja para que les puedan volver a contratar, y a personas más mayores que no tiene otra opción.
¿Cómo son las condiciones en el Hospital Zendal?
No hay conciliación laboral, sabemos que no hay materiales, ni recursos, ni planificación, están todos los pacientes en una zona común. No tiene quirófanos, en una complicación de coronavirus se puede morir un paciente. En el siglo XXI no es concebible eso desde un punto de vista sanitario. Nadie quiere trabajar en un hospital en el que la comida está adjudicada a una empresa, Eurest, que ha cobrado un millón de euros y sirven comida con moho. Es una situación horrible, los trabajadores salen llorando del caos y el desorden que hay allí.
Es la táctica del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que lleva trece años desmantelando la sanidad pública. Se está utilizando un Hospital para hacer negocio con empresas, es una forma de privatizar la Sanidad. La gestión del temporal en Madrid, igual que el de la pandemia, privatizaciones y mala planificación.
El Gobierno de Ayuso dice que se ha quedado sin vacunas para los sanitarios de primera línea. ¿Qué ha ocurrido?
En la vacunación en Madrid ha habido muchos errores. El primero, de nuevo, es la planificación. No se han tenido en cuenta unas recomendaciones que se hicieron en noviembre de 2020 de que para la vacuna de Pfizer había que usar jeringas de 1 ml para aprovechar todas las dosis. En Madrid, de las 130.000 dosis administradas, se han dejado de administrar 20.000 dosis, se ha desaprovechado una parte por no usar las jeringas adecuadas. Es un tema muy grave. En la Comunidad Valenciana sí que se ha hecho más acopio de estas jeringas, 4 millones para 5 millones de habitantes. En cambio, en Madrid solo hemos contado con 280.000 para 6,8 millones de habitantes.
En las residencias, que son los lugares prioritarios, aún no se ha terminado de vacunar, y tampoco sabemos a cuántos de los trabajadores de las residencias se ha vacunado. Todo esto unido a que Madrid capital tiene 18 centros municipales de salud, los cuales el Gobierno de la Comunidad ha rechazado usar para la vacunación, otra vez por la privatización. Han preferido contratar a la Cruz Roja, lo que supone un 72% de sobrecoste más que una vacunación pública. Se ha suspendido la vacunación en muchos centros de salud y se han quedado muchos compañeros sin vacunar.
La dinámica del Gobierno de la Comunidad de Madrid es deteriorar un servicio público para justificar la privatización y hacer negocio con empresas privadas para que puedan llevarse beneficios, las cuales son siempre menos eficientes, económicamente y en términos de salud de la población.