Música

Sargento Garcí­a: La Transfiguración Chamán

¿Serí­a posible concebir al sargento Demetrio López Garcí­a y a don Diego de la Vega – el Zorro – fusionados en una misma persona?; el incompetente sargento que guardaba un muslo debajo de la almohada como alter ego de la audacia representada por el espadachí­n enmascarado. Pues ahí­ está Bruno Garcí­a dispuesto a resolver la incógnita.

Conocido como el Sargento García, Bruno que lleva cuatro años residiendo en Valencia, anunció el octubre asado la apertura de un estudio de grabación en la capital del Turia – dicen que aquel concierto de cierre de su gira europea en la sala “El loco Mateo” fue irrepetible… imperdonable no haber estado -. “Salsamuffin” es como el Sargento denomina al estilo que ha ido fraguando a lo largo de cinco memorables discos – “Viva el Sargento”, “Un Poquito Quema´o”, “Sin Fronteras”, “La Semilla Escondida” y “Máscaras” -. El reagge, el raga, el ska, la salsa, el son, el changüí… son algunas de las fuentes que bañan el sonido de este francés de origen español que irrumpió con fuerza en España por las sendas que antes Mano Negra había abierto para lo que se empezó llamando fusión o mestizaje, así a lo bestia; cuando se desbrozan los caminos la gente se encuentra por ellos, se “arrejunta” y se desmadra, eso es todo lo que pasa. El Sargento empezó con un grupo de punk, Ludwig Von 88, lo que no solo justifica el ímpetu de sus actuaciones si no que abre un tremendo interrogante casi por curiosidad, ¿cómo el rock sencillo, de corto recorrido melódico, sucias distorsiones y desarreglado de Bruno García, se transforma en la calma chamán del Sargento? Lo que está claro es que buscaba la rebeldía: “hay tantos problemas que son los músicos los que están al frente de todas esas luchas” – en una entrevista en el Colours of Ostrava para Andrea Fajkusová -. Todos los caminos conducen… Desde Radio Timbo Soundsystem – actualmente su propia emisora – hasta Iyé Ifé – en torno al que giran más de 25 artistas -, el Sargento se ha hecho acompañar por músicos de toda raíz, creando colectivos de artistas que generan arte como vida. Producido por Tony Hernández de “Control Machete” – el más reconocido grupo de hip hop mexicano –, Bruno ha decorado cada pieza con un trocito de tierra de “vete tú a saber dónde”. Desde la cumbia al rocksteady – ska a tempo lento -, del mambo al reagge roots, este músico franco español ha sembrado todo un camino de ritmo caderoso y “blancofundenegro”. Los últimos temas trepanan el afro-beat y el funky sin más pudor que el disfrute de relajo de rabia transfigurada de un punky que encontró en algún rincón la voz de un chamán. Esperemos que algún día pueda explicarnos el fenómeno.

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