Días pasados, el presidente de la Liga, ministro del Interior y líder in péctore de The Moviment (la internacional reaccionaria organizada por Bannon en Europa para exportar al viejo continente la línea Trump), Matteo Salvini, realizaba una visita a Washington para refrendar su lealtad al Emperador, criticar desde el púlpito americano a Bruselas y, sin duda, coordinar las nuevas actuaciones de cara a seguir torpedeando la UE.
Salvini, a quien Bannon y, detrás de él, el propio Trump, han elegido como cabecilla de su estrategia de desestabilización europea, no desentonó en ningún momento de su papel. Elogió hasta la desmesura la política migratoria de Trump, pero también su política económica “que ha creado millones de puestos de trabajo”, gracias “a la bajada de impuestos”. También su defensa de las empresas americanas y, por supuesto, su estrategia militar. Salvini se propuso para ser el defensor de los intereses de EEUU en una Europa que mira con recelo la política militar de Trump.
Y al tiempo que se deshacía en elogios de la nueva Administración americana y sus políticas, Salvini lanzada dardos envenenados contra Bruselas. Y dejaba pendiendo una amenaza: “Nos gustaría quedarnos en Europa”, dijo, “pero Bruselas nos trata de una manera injusta y no nos respeta”. Salvini recordó la reciente amenaza de Bruselas de imponer una multa a Italia si no disminuye en déficit, por la vía de subir impuestos. “No somos segundos de nadie, no somos esclavos”, dijo refiriéndose a los actuales líderes de la UE.
Salvini reiteró que Italia aspira a ser “el mejor aliado y el socio más importante” de EEUU en la Europa continental
Salvini, que se entrevistó con el secretario de Estado, Mike Pompeo (exdirector de la CIA), y con el vicepresidente Pence, señaló que Italia aspira a ser “el mejor aliado y el socio más importante” de EEUU en la Europa continental, ahora que las relaciones de Washington con Berlín y París están en sus horas más bajas.
Salvini, que ya actuó en las pasadas elecciones europeas como cabeza visible y coordinador de la red de fuerzas de ultraderecha con las que Trump intentó “tomar desde dentro” Europa, fracasando en el intento, es sin embargo el líder trumpista que cosechó un mayor éxito en dichos comicios, aupándose en vencedor con el 35% de los votos. De hecho, ya es el líder más popular en Italia y un serio candidato a la presidencia del gobierno. Además, sigue compartiendo con sus actuales aliados, el Movimiento 5 Estrellas, un alto grado de euroescepticismo, lo que convierte al actual gobierno italiano en una pieza clave para los proyectos de desestabilización europea que impulsa la actual administración americana, y que bien podrían pasar por la salida del euro (en Italia ya se ha comenzado a hablar de una “nueva” moneda) o incluso por un referéndum para la salida o permanencia en la UE (el llamado “Italexit”).
De momento, Salvini afirma que “les gustaría quedarse” (en la UE), pero es claro que esa forma de hablar indica que en cualquier momento podrían decidir irse, para lo que Italia contaría, sin duda, con el apoyo y el aliento de Trump. Una amenaza que ni siquiera es preciso que se materialice para actuar como un detonante que puede paralizar la UE. Porque, después del Brexit, ¿podría la UE sobrevivir a la marcha de Italia?
Se desconoce lo que Salvini ha tratado con Pompeo y con Pence, pero no nos equivocaríamos mucho si pensáramos lo peor.