Desde hace varios años, una gran movilización popular, en la que participan colectivos rurales, ecologistas y conservacionistas, y montañistas, se ha ganado el corazón de grandes sectores de la opinión pública de Aragón.
Con la archiconocida vaca “Anayeta” como emblema, y con consignas como “¡el Pirineo no se vende!”, la plataforma Salvemos Canal Roya lucha por salvar el valle del mismo nombre, de enorme valor paisajístico y sentimental para miles de aragoneses y amantes de la alta montaña de un macroproyecto depredador, la Unión de Estaciones, que significaría un impacto irreparable sobre este enclave natural.
Entrevistamos a José Luis Martínez, uno de los portavoces de la plataforma.
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Para que todo el mundo lo sepa, ¿qué valor tiene el valle pirenaico de Canal Roya y qué amenaza pende sobre él?
Su valor en primer lugar viene de su ubicación. El valle de Canal Roya, en su vertiente norte, limita con el Parc National des Pyrénées de Francia. Es un espectacular valle glaciar que está a los pies de uno de los picos más conocidos y queridos del Pirineo aragonés, el Anayet (2.545 m) que es un tesoro geológico porque es un volcán extinto.
Se trata de un enclave dentro de un espacio natural más amplio y de gran valor, que se denomina Anayet-Partacua, que es una zona de alta montaña prácticamente virgen. El único asentamiento humano en la zona son unos yacimientos megalíticos de 5000 años de antigüedad -lo cual añade valor arqueológico- y actualmente alguna presencia de ganado vacuno y muy esporádicamente el paso de rebaños de ovejas.
A este valor geológico y paisajístico de primer nivel hay que sumarle su flora y su fauna de alta montaña, y que Canal Roya actúa de corredor biológico con el Parque Nacional de los Pirineos francés, es un espacio de unión entre el Valle de Tena y el del río Aragón. Y sobre todo es una zona muy conocida y muy querida en el mundo de los montañistas, no sólo aragoneses sino de toda España.
¿Qué amenaza pende sobre Canal Roya? Pues históricamente ha habido una voluntad por parte de ciertos sectores económicos de construir la llamada Unión de Estaciones, una intercomunicación entre dos importantes estaciones de esquí que flanquean Canal Roya, que son las de Formigal y la de Astún.
Hace más de un año el gobierno de Aragón comprometió con el Ministerio de Industria la construcción de una telecabina entre estas dos estaciones, una obra que pasa por el canal Roya. La construcción de esta infraestructura suponen una serie de obras sobre el valle que implican un total destrozo. Hay que construir y anclar las torres para poder colgar los cables de tracción del telecabina, lo cual supone dinamitar parte de las laderas y el valle. Necesita de la construcción de una carretera para el paso de camiones, grúas y maquinaria pesada, carretera que se quedaría en el valle como una vía de servicio o evacuación del telecabina.
Y esto sin entrar a que seguramente tendrían que construir estaciones intermedias. En definitiva, la Unión de Estaciones se cargaría el paisaje virgen y natural que hoy es Canal Roya, con un impacto ecológico inasumible. Afortunadamente este proyecto hoy está paralizado, pero la intención sigue ahí.
¿Qué intereses económicos hay detrás del proyecto de la Unión de Estaciones? ¿Qué grupos financieros, empresariales o inmobiliarios?
Inicialmente hay una predisposición de un sector de los valles de la zona a la construcción de este tipo de infraestructuras, porque se piensa que puede crear empleo y dinamizar a un sector de los deportes de invierno que está en un brete, en una situación cada vez más complicada por el cambio climático, que hace que cada vez nieve menos, más tarde, o que ni siquiera lo haga. Pero además nosotros tenemos evidencias de que a ambos lados de Canal Roya, en torno a las dos estaciones de esquí, hay proyectos urbanísticos muy potentes que configurarían una oferta inmobiliaria de elevado precio.
Por ejemplo, en torno a Astún hay una remodelación del plan urbanístico que implica la construcción de 800 apartamentos próximos a la Estación. Un proyecto urbanístico que además implica una revalorización del precio del suelo -que es muy limitado en estos valles- muy importante. En el otro valle, en el de Tena, en la zona de la Estación de Formigal, hay proyectos que están bloqueados en este momento por cuestiones jurídico-administrativas, pero que si salen adelante también podrían modificar el precio del suelo.
Y además de estos intereses, y de la especulación que conllevan, hay importantes intereses en torno a las estaciones de esquí, que son privadas. Estas empresas esperan que la inyección económica que supondría la Unión de Estaciones mejoraría sustancialmente el precio de sus acciones, de cara también incluso a un posible trueque de títulos con Aramón, que es una entidad semipública.
La Unión de Estaciones se cargaría el paisaje natural
Frente a la propaganda que se ha hecho en los medios, de que la Unión de Estaciones contribuiría a mejorar el problema de la despoblación en estos valles, en nuestra opinión es que este proyecto que destrozaría Canal Roya esconde grandes intereses inmobiliarios.
La movilización popular logró detener este proyecto en una primera etapa, pero la amenaza persiste. En recientes declaraciones, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha evitado aclarar si el gobierno de PP-Vox sigue apostando por la polémica unión de estaciones. ¿Qué pensáis?
Bueno, por una parte lo que es el tema de la financiación europea está bloqueado, y se han reasignado a otras partidas. Hace un año logramos que Bruselas manifestara al Gobierno de España sus dudas sobre que fondos europeos se destinaran a un proyecto que no tenía informe de impacto ambiental. Y los 26 millones que inicialmente el Ministerio de Industria había asignado a este proyecto también han cambiado de destino, y en estos momentos el supuesto proyecto -porque no existe un proyecto formalizado, de ingeniería, ni de financiación en los planes del Gobierno de Aragón- está paralizado.
Pero los partidos siguen realizando declaraciones acerca de que querrían acometer la Unión de Estaciones, que sería una obra esencial para el mantenimiento del empleo en las estaciones de esquí y en los valles, y posiciones así.
Nosotros tenemos claro que el mantenimiento del empleo en estos valles no está en absoluto condicionado a esta obra, y que estas posiciones lo que tienen es el interés de adjudicar los 40-50 millones de euros que costaría el proyecto, que supondrían un beneficio añadido al de la venta de apartamentos que hemos dicho antes.
¿Cómo se puede evaluar el peligro de que se reactive el proyecto de la Unión de Estaciones y que hayan nuevos intentos de construcción de esas infraestructuras? Nosotros preferimos no conjeturar nada al respecto, y hemos optado por mantener alto el nivel de movilizaciones y lanzar iniciativas que mantengan fuerte el «músculo» de la respuesta ciudadana.
Al mismo tiempo que a nivel institucional lanzamos propuestas y gestiones que buscan la protección legal de Canal Roya, declarándolo Parque Natural y creando un espacio protegido en el Anayet-Partacua. Y mantenemos una comunicación constante con Comisarías de la Unión Europea, informándoles de todos los elementos que hay alrededor de este caso.
Salvemos Canal Roya ha generado una gran simpatía
De hecho grupos como Aragón Existe ya han formalizado una Proposición no de Ley (PNL) en las Cortes de Aragón para declarar este enclave como Parque Natural. ¿Cuales son los pasos para lograr este objetivo?
Las gestiones para declarar este entorno como espacio natural protegido ya comenzaron hace años, pero fueron bloqueadas por estos intereses económicos que hemos dicho antes. Llevamos mucho tiempo luchando por lograr el Parque Natural Anayet-Partacua, y vamos a seguir. Pero hay más mecanismos -a nivel del gobierno central o las instituciones europeas- para la protección de la zona, y son las que también impulsamos a través de las organizaciones ecologistas amigas de Canal Roya. No descartamos ninguna de las vías legales, son complementarias.
Acabáis de realizar un gran festival benéfico de música -el Canal Roya Fest- para impulsar esta causa, con la actuación de una docena de grupos, algunos tan «de la tierra» como Ixo Rai! o la Ronda de Boltaña, también con Jesús Cifuentes (Celtas Cortos) o Aurora Beltrán (Tahúres Zurdos), y con éxito y llenazo de varios miles de personas de público. ¿Cómo valoráis esta iniciativa?
Estamos muy satisfechos. Quiero contar, para que lo sepan en otras regiones, que el movimiento en defensa de este valle tiene pocos antecedentes en lo que es la defensa medioambiental y del paisaje en Aragón. Salvemos Canal Roya ha generado una gran simpatía y una participación popular muy ilusionante.
En ese sentido el éxito del festival Canal Roya Fest forma parte de una cadena de movilizaciones que se inició con una gran manifestación que reunió a más de 10.000 personas en Zaragoza en mayo de 2023. Y vamos a continuar nuestra agenda de iniciativas con una gran marcha a Canal Roya, que se desarrollará en este mes de mayo. Es una caminata popular, con distintas columnas desde Huesca y distintas comarcas pirenaicas, que irán confluyendo hasta el valle glaciar, y a la que emplazamos a participar a las distintas candidaturas que se presentan a las elecciones europeas, para que se comprometan a proteger el Pirineo no sólo como paisaje y espacio natural, sino para defender el futuro, el empleo y la vida en los valles.
Muchas veces por oportunismo de algunas formaciones políticas, por ir al beneficio inmediato despreciando una visión de futuro y a largo plazo, se pone la vida de las poblaciones del Pirineo en un brete. El verdadero tesoro que tiene el Pirineo es su paisaje, su naturaleza. Eso es lo que verdaderamente hay que proteger como elemento sustancial para construir una propuesta que haga posible un turismo sostenible no sólo en el aspecto medioambiental sino en el económico.
Otro tipo de turismo en la montaña es posible
Vosotros insistís en que es posible y deseable compatibilizar el turismo de esquí, que tiene detrás muchos puestos de trabajo, con otro turismo activo y respetuoso con el medio ambiente, que no sea una amenaza constante para la conservación del patrimonio natural y cultural.
Hay que ser conscientes de que el avance del cambio climático ya está teniendo importantes efectos en la vida económica de los valles. Por eso es imprescindible girar hacia otro tipo de turismo en la montaña.
La masificación del turismo de nieve y esquí, que es muy estacional, no sólo afecta al paisaje y tiene un impacto en la conservación del medio natural del Pirineo, sino que afecta en muchos casos a los propios habitantes de la zona. Por ejemplo, el fin de semana pasado, la carretera que subía a la estación de Astún estaba bloqueada no por la nieve, sino por los vehículos. Entonces, hace falta un proyecto que racionalice y desestacionalice este turismo. Porque no puede ser un modelo que significa una gran inyección económica unas pocas semanas al año, pero ¿y el resto del tiempo?
Igual pasa con los alojamientos, cuyos precios se disparan en temporada alta. Hay trabajadores de las estaciones o de los hoteles de montaña que no encuentran otro sitio para dormir que no sea una furgoneta, una caravana o en tiendas de campaña. Y en contraste, los pueblos de alta montaña el resto del año son pueblos fantasma.
Hay que cambiar la mentalidad, que la montaña no sea un espacio supersaturado pocas semanas al año, sino que cree empleo y posibilidades para los habitantes y los trabajadores. Y hay que afrontar el desafío de lo que viene con el cambio climático. Por ejemplo, la estación de Castanesa aún no ha abierto al público este año por falta de nieve, y a estas alturas seguramente ya no lo va a hacer.
No podemos seguir dando patadas a la pelota hacia delante. Tenemos que parar el balón y reflexionar, para encontrar un modelo compatible con la protección del medio ambiente, y que pueda ofrecer condiciones de vida adecuadas a los trabajadores y a los habitantes del Pirineo.