Más de 400 trabajadores/as humanitarios y 1.200 trabajadores/as de la salud han sido asesinados, 300 han sido secuestrados, 15 trabajadores/as humanitarios de la Cruz Roja fueron encontrados en una fosa común después de ser abatidos por los disparos del Ejército Israelí, el 41% de los pacientes con fallo renal ha muerto desde el comienzo de esta guerra por falta de tratamiento, y miles de bebés presentan una desnutrición aguda y están en riesgo de muerte según la ONU.
El 95% de los hospitales y centros sanitarios en Gaza están gravemente dañados o totalmente destruidos según la OMS. No son daños colaterales. Su destrucción es sistemática y premeditada. El hospital de Al Awda ha sufrido 28 ataques directos y ha sido invadido 2 veces.
Desde el 2 de marzo Israel ha vetado completamente la entrada de comida, agua, medicamentos y combustible. Las consecuencias de este bloqueo de ayuda humanitaria son dramáticas en los hospitales: no hay jabón, ni gasas para curar a los quemados, ni anestesia para las amputaciones, y aún en estas condiciones siguen luchando infatigablemente por salvar vidas.
Los hechos hablan por sí solos.
El 11 de julio, Almudena Ariza nos hace llegar un mensaje que ya circula por las redes y que un médico español, Raúl Inciertis, le ha hecho llegar. Es un mensaje de los equipos médicos del Complejo Médico Nasser, de Gaza:

‘Estamos trabajando en medio de la muerte ahora, y los tanques están a solo unos metros de distancia… Estamos más cerca del final que de la vida. Los soldados no distinguen entre un niño o un anciano, entre un médico o una enfermera. Pero nos quedamos, no porque no tengamos miedo, sino porque nuestra humanidad no nos permite irnos. Nos quedamos porque elegimos ser humanos antes que nada, y porque nuestra misión es más importante que la supervivencia individual.
Y si estos cuervos nos llevan, no nos dejen ahogarnos en la oscuridad de los números. Recuérdennos como personas que amaban la vida, que tenían sueños, hijos que los esperaban y esposas a quienes amaban profundamente. No somos superhéroes, solo entendimos de verdad lo que significa ser humano.
Cuéntenle al mundo sobre nosotros. Díganles que fuimos más humanos que aquellos que pretendían serlo. Díganles que elegimos morir antes que traicionar nuestro juramento humanitario. No nos elogien, no nos otorguen medallas de heroísmo… solo digan la verdad: “Estos entendieron el verdadero significado de la misericordia”.
Fue un honor para nosotros estar con ustedes, trabajar para ustedes, tratar de curar sus dolores. Perdónennos si fallamos. Pero por favor… no nos olviden. No somos números. Somos los equipos médicos del Complejo Médico Nasser – Gaza’.
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Texto leído por Manuel de la Rocha, presidente de Movimiento por la Paz en la concentración celebrada el sábado 12 de julio en la Plaza de Callao de la plataforma PararLaGuerra,es
El ejército israelí ha asesinado a cerca de 300 trabajadores y voluntarios de UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo. Todo el mundo sabe ya que se han convertido en un objetivo dentro del Genocidio de Trump y Netanyahu. Por eso queremos trasladar todo nuestro apoyo, en primer lugar a la UNRWA, que necesitan todo el respaldo que seamos capaces de darles. El futuro de Palestina depende en gran parte de la UNRWA.

Pero queremos extender el reconocimiento a todo el personal, voluntarios y voluntarias de las organizaciones humanitarias. Gaza ha pasado a convertirse en el desastre humanitario más desgarrador de nuestro tiempo, y seis organizaciones internacionales, como Médicos Sin Fronteras, Movimiento por la Paz, Oxfam Intermón, Save the Children, UNICEF España y UNRWA España) han promovido el Manifiesto urgente por Gaza, en el que exigen:
– Un alto el fuego inmediato y definitivo.
– La protección efectiva de la población civil, conforme al Derecho Internacional Humanitario.
– La apertura total y sostenida de todos los pasos fronterizos para garantizar la entrada masiva de ayuda humanitaria, sin condiciones políticas.
– El respeto y restablecimiento pleno del mandato de UNRWA y de todas las agencias humanitarias, sin criminalización ni obstrucciones políticas.
– La suspensión de los castigos colectivos como arma de guerra, como el uso del hambre y el desplazamiento forzado.
Todo el apoyo. Todo el reconocimiento. Toda la sociedad está con vosotras y con vuestra gente en Gaza.

