SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Rubalcaba y López pierden las riendas del partido

El socialismo se revuelve contra la cúpula. Catalanes, gallegos y ahora leoneses, cada cual campa a su libre albedrío. El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su secretario de Organización, Óscar López, han perdido las riendas de un partido que, todavía hoy, mantiene sin cerrar las heridas del congreso de Sevilla. El pacto de Ponferrada, en virtud del cual los socialistas, con el beneplácito del número tres y, por elevación, con el consentimiento del número uno, aspiraban a desbancar al PP de la Alcaldía con el voto de un concejal condenado por acoso sexual, ha terminado en auténtico descalabro para todo el PSOE y ha puesto en evidencia el desconcierto que existe en sus filas. Los socialistas leoneses no encuentran argumentos para disculpar el escándalo. Señalan a Ferraz y ponen en la diana al secretario de Organización. Reprochan a Rubalcaba no haber atendido sus avisos, pero responsabilizan directamente a Óscar López, ante quien también expresaron, días antes de que el pacto se llevara a cabo, su rechazo al mismo. Pese a ello, ayer a última hora, en la dirección federal intentaban arropar a López y descartaban su dimisión aun reconociendo que había cometido un «error muy grave».Fue el lunes 4 de marzo, cuatro días antes de que se votara la moción de censura de los socialistas de Ponferrada, con el apoyo de Ismael Álvarez, condenado por acoso sexual a Nevenka Fernández, cuando la Ejecutiva de la Agrupación Municipal de León se reunió de manera extraordinaria para abordar el asunto. De dicho encuentro surgió un acuerdo: oponerse tajantemente a una moción que conllevaba apoyos que consideraban inasumibles, y dar cuenta de ello con términos duros al secretario de Organización, Óscar López. En el texto que le remitieron aclaraban que lo que cuestionaban de la maniobra era precisamente «el acompañamiento» que implicaba, por no responder a sus «valores éticos» y «perjudicar al PSOE en su conjunto». Y añadían: «Le guste o no le guste a quienes tienen más sentido de propiedad de las siglas que de pertenencia a las mismas». También expresaban su malestar porque la moción no hubiera sido «debatida ni aprobada en ningún organismo del PSOE previamente a su presentación» y consideraban conculcados sus derechos estatutarios. «Esto», decían, «genera una total inseguridad jurídica y rompe con una larga tradición democrática socialista que genera desconfianza en nuestra organización».En el texto remitido a López no ponían paños calientes: «Nos cuesta mucho explicar», decían, «que nuestros diputados y diputadas firmen la petición de dimisión de Toni Cantó (…) y el mismo día tengan que tragar esta moción de censura, es decir, condenando las palabras y no los hechos».

Anoche, la Comisión Permanente de la Ejecutiva municipal leonesa volvió a reunirse y emitió un comunicado en la que señalan que «en el PSOE, los errores de este calibre se subsanan con dimisiones».

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