La firma del Acuerdo Social y Económico (ASE) por el gobierno, la patronal y los sindicatos Comisiones y UGT, que tiene como centro la reforma de las pensiones para alargar la edad de jubilación y rebajarlas, no sólo no cierra el capítulo de los ajustes draconianos sino que abre la puerta a una tercera fase de medidas contra el 90% de la población, impuestas por Washington y Berlín.
En mayo Obama llamó a Zaatero para dictarle el primer paquete que supuso la congelación de las pensiones, el recorte salarial a los funcionarios, la subida del IVA y la reforma laboral. En diciembre, obedeciendo a las nuevas exigencias de Merkel y Sarkozy, Zapatero anunciaba la supresión de la ayuda de los 426 euros a los parados, la subida de impuestos especiales, la privatización de AENA y Loterías del Estado y ponía fecha inmediata para la reforma del sistema de pensiones.Con la firma del Pacto Social, ASE, que impone la reforma del sistema de pensiones, basada en el retraso a 67 años de la edad de jubilación y el aumento de 15 a 25 años del periodo para calcular la cuantía de la pensión, y la visita de la canciller alemana Ángela Merkel se abre la tercera fase de las medidas de ajuste. Ofensiva contra los salarios Como decimos en el editorial, Merkel no ha venido a España a revisar los “deberes ya echos”, sino a imponer nuevos dictados que han de estar listos para la cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado de la Eurozona del 24 de marzo.La imposición de la rebaja salarial permanente está en el centro de los nuevos ajustes. Merkel ha colocado una bomba de relojería en el corazón de la negociación colectiva: la necesidad de desvincular los salarios de la inflación.La negociación sobre la reforma de los convenios que llevan patronal y los sindicatos CCOO y UGT ha quedado prácticamente dinamitada. Zapatero no ha dudado en aceptar la nueva situación declarando su “firme apoyo” al Plan de Competitividad de Merkel para la UE, (uno de cuyos ejes centrales es la desvinculación de los salarios de las subidas del IPC); y su disposición a “un modelo flexible” de negociación colectiva que ligue los salarios a “las circunstancias de la economía”. El Banco de España se suma a las tesis alemanas de “vincular salarios y productividad”. Y Botín, el jefe de la oligarquía financiera española, ya avisa de que hay que “mantener el ritmo y avanzar en la reforma de la negociación colectiva”.Si con el modelo actual ya nos han recortado más de un 10% los salarios desde que empezó la crisis, con el nuevo modelo, con el IPC colocado ya en el 3% y subiendo, más la pérdida de poder adquisitivo que suponen las subidas de tarifas, impuestos y recortes de los gastos sociales, vamos camino de un recorte salarial acumulado superior al 30% o 40% en los próximos años. Eso es lo que quieren con las nuevas medidas de ajuste. Los nuevos ajustes que nos están preparando -Reforma de la negociación colectiva. Desintegrar la negociación colectiva reduciendo el papel de los convenios generales de sector o territoriales para reducirlos a convenios de empresa. Desvincular los salarios del IPC. Eliminar las cláusulas de revisión salarial automática de los convenios. Eliminar la ultraactividad, o sea la renovación automática de los convenios cuando no haya acuerdos entre la patronal y los sindicatos.-Endurecer las condiciones para acceder a la prestación por desempleo y al subsidio de paro. El gobierno ya los ha anunciado así como más castigos con la pérdida de las ayudas. Vinculándolos a la búsqueda activa de trabajo, la obligatoriedad de cursillos y la aceptación de ofertas de trabajo independientemente de la adecuación profesional.-Recortes sociales. “Copago” sanitario. Merkel quiere imponer por ley un techo al gasto, que aprueba Zapatero. Las autonomías lo van a trasladar como un recorte de los gastos y servicios sociales, como ya estamos viendo en Murcia o en Cataluña, donde el nuevo gobierno de CiU anuncia recorte de 1.850 millones de euros en Sanidad. Andalucía y Cataluña ya han empezado a aplicar la “factura virtual”, en la que se informa a los usuarios del coste de los servicios utilizados, como paso previo a la implantación del “copago”.