Así actúa el Govern. Con el curso empezado, tal como ocurriera recientemente con las becas Erasmus, y después de que este verano el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) denunciara que hasta 50.000 alumnos catalanes sufren privaciones alimentarias en Catalunya, las becas concedidas no llegan a las 25.000.
Es decir, no alcanzan ni al 10% de los escolares en riesgo de exclusión social, que según la FAPAC (Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos), de una población de 1.185.272 niños entre los 0 y 16 años, suman casi 317 mil. Las becas de comedor sólo protegen a uno de cada catorce niños con dicho riesgo.Los Consejos comarcales han endurecido las condiciones para acceder a las becas. Una mujer parada de la comarca del Vallés explica que la familia se sustenta con los 900 euros que gana su marido. Una gran parte, 500 euros, se van para pagar el alquiler, así que lo que queda “no llega para pagar las facturas, la comida, la ropa…”. Sin la beca, Tatiana no puede asumir los 130 euros mensuales que le cuesta el comedor. El hecho que su hijo no pueda quedarse en el colegio a comer complica sus horarios y la posibilidad de buscar trabajo.A mediados de noviembre hasta 17.403 alumnos se habían quedado sin beca comedor pese a haberla pedido. Mientras tanto, el socio de Mas y líder de ERC, Oriol Junqueras, amenaza desde Bruselas con paralizar la economía catalana durante una semana para conseguir la consulta independentista.En ningún momento la ha propuesto para revocar los recortes en sanidad o educación, ni por los cambios en el PIRMI, ni por la malnutrición infantil, contra el despilfarro público o la corrupción instalada en la administración catalana. Antes “salvar a la Catalunya nacionalista que preocuparse por los ciudadanos de Catalunya”. Si Companys levantara la cabeza.