SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Rajoy podrá hacer ajustes sin que le hunda la deuda

EL CONSEJO Europeo que terminó ayer en Bruselas se había considerado clave para el futuro del euro. Así ha sido y los resultados conseguidos parecen invitar al optimismo. Hay que alegrarse, fundamentalmente, porque la moneda única ha salido fortalecida. Si nadie duda de que una cumbre sin acuerdos hubiera supuesto iniciar el proceso de defunción del euro, el esfuerzo conjunto por conseguirlos demuestra que todos los países mantienen su confianza en este proyecto común. Por ejemplo, seis meses para que el BCE pueda estar en condiciones de supervisar a la banca europea es un plazo muy corto para los tiempos comunitarios y, sin embargo, así se ha acordado en el Consejo.La cumbre ha sido especialmente positiva para España. Rajoy ha logrado lo esencial de sus reivindicaciones. Los fondos para recapitalizar la banca española irán directamente a las entidades cuando estén bajo la tutela del supervisor único, por lo que ese préstamo no engrosará al final la deuda pública. Además, tampoco se considerará deuda senior, con preferencia sobre el resto en caso de impago, eliminando así una de las incertidumbres que habían encarecido hasta niveles críticos nuestra prima de riesgo. España e Italia han logrado también que, con una celeridad impropia en la UE, los fondos de rescate se adecuen legalmente para comprar bonos de los países miembros. Se trata de una especie de red de seguridad cuya mera existencia será disuasoria para los especuladores. De ahí que Rajoy declarara ayer que no piensa recurrir a ese mecanismo que llevaría aparejadas nuevas condiciones por parte de la UE.

Rajoy abandona Bruselas, sí, con un colchón de seguridad otorgado por sus socios, pero también plenamente consciente de que debe acometer sin demora los deberes que ya tenía impuestos. Si hemos llegado a finales de junio en estas precarias condiciones no ha sido sólo por el ataque de los mercados o por la intransigencia alemana. Se ha debido también a que el Gobierno se ha quedado corto en las reformas que necesitaba el país, y la mejor muestra la tenemos en que el Gobierno apenas ha podido reducir hasta mayo el déficit público respecto a 2011, a pesar de haber emprendido el mayor ajuste de la historia democrática.Desde el punto de vista español, el resumen de este trascendental Consejo Europeo es que Rajoy, que llegó a la cumbre en una situación límite, consigue una segunda oportunidad para recortar el déficit sin ser ahogado por la deuda. La Troika no aterrizará en España pero, si vale la imagen, los hombres de negro que decía Montoro se van a situar en lo alto de los Pirineos para escrutar todo lo que hagamos.Si se consigue que España e Italia dejen de ser un problema, el euro se reforzará aún más. Por eso los analistas hablaban ayer de un cambio de tono en los mercados. De hecho las bolsas europeas ganaron entre el 4% y el 6% -el Ibex registró la mayor subida en dos años- y las primas de riesgo se relajaron considerablemente: la española bajó de 540 a 474 puntos básicos. Muy alta todavía, pero es mejor que Rajoy pueda emprender el nuevo ajuste sin la angustia de la rentabilidad del bono situada en niveles de intervención.

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