El Ministerio para la Transición Ecológica ha decidido paralizar el permiso de construcción del cementerio nuclear de Cuenca previsto para guardar los residuos de todas las centrales nucleares.
Adjudicado durante el Gobierno del PP, el cementerio nuclear ha generado numerosas protestas en los últimos años en la comunidad autónoma. La empresa de ingeniería URS, subcontratada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para supervisar el proyecto, emitió un informe en el que se alertaba de que partiendo de la información suministrada por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos Enresa, promotora del almacén, el emplazamiento previsto era inadecuado. Pero los análisis de los suelos fueron declarados confidenciales por el Consejo de Seguridad Nuclear provocando las protestas de los trabajadores del CSN que exigían «transparencia» e «independencia» al órgano supervisor
Las movilizaciones durante años de los vecinos y las medidas del gobierno autómico paralizaron durante años la construcción del cementerio nuclear que debía haberse construido en el 2010.
Enresa, la empresa pública que gestiona los residuos radioactivos en España, es la que está encargada de la construcción de este silo, pensado para albergar los residuos de alta intensidad que generan las centrales nucleares del país. La presión sobre Enresa de las electricas propietarias de las centrales nucleares convierten a la empresa pública en un airete de los intereses del monopolio electrico .El verdadero peligro nuclear son las electricas. Los propietarios de Garoña, por ejemplo, son, a un 50% cada uno, Endesa e Iberdrola, los dos principales monopolios eléctricos del país.
Actualmente hay cinco almacenes nucleares en España. El almacén de El Cambril en Córdoba alberga materiales radioactivos con una vida de más de trescientos años. La falta de transparencia sobre el transporte sin medidas de seguridad por vía terrestre y los residuos de centrales nucleares como Garoña hace temer lo peor