El juez de la Audiencia Nacional que lleva el caso Bankia, Fernando Andreu, ha llamado a declarar a Luis De Guindos, actual ministro de Economía. La implicación del ministro en el hundimiento de Bankia abre demasiadas sospechas. Y cada una de ellas es más grave que la anterior.
El requerimiento presentado por UPyD, que el juez finalmente ha aceptado, consideraba “absolutamente imprescindible” que De Guindos explicara por qué se colocó por encima del Banco de España, “interfiriendo en la labor de supervisión del organismo”.» De Guindos ha sido el ariete de Washington y Berlín para imponer los recortes en españa. Ya es hora de hacerle pagar por ello»
La dirección de Bankia, todavía presidida por Rodrigo Rato, y el Banco de España, había acordado un plan de saneamiento que arrojaba beneficios por valor de 309 millones de euros.
Tras reunirse en Bruselas con el presidente del BCE y con el comisario económico, Luis De Guindos impuso una reforma financiera que obligaba a la banca española a un nivel de provisiones que hubieran hundido a los bancos alemanes.
Entonces, los “beneficios” de Bankia se transformaron en 2.979 millones de pérdidas, e inmediatamente el gobierno, con De Guindos como brazo ejecutor, intervino la entidad.
Pero la cosa no termina aquí. El requerimiento también menciona que “se debería dilucidar si el informe del FMI conocido el 25 de abril, en el que señalaba como primordial el saneamiento de la banca y veía posible que el sector necesitara financiación pública, tuvo alguna influencia en su actuación”, refiriéndose al repentino cambio de actitud de Luis De Guindos frente a Bankia.
Es decir, si el ministro de Economía español actuó en connivencia con el FMI para hundir a la banca española.Y termina estableciendo como elemento “capital” conocer por qué la auditora de Bankia (Deloitte, en manos del gran capital norteamericano) congeló el informe sobre las cuentas de 2011, que había aprobado previamente, generando así un clima de sospecha.
El asunto es demasiado grave para que se diluya. En definitiva, saber si el ministro de Economía español actuó en connivencia con poderes extranjeros –el FMI y el BCE o la Comisión Europea, es decir Berlín- para hundir a la banca española.
En el derecho español existe un delito de “traición”, que actúa contra todas aquellas conductas que “de algún modo afectan a la soberanía y con ello la independencia del Estado y a su necesaria defensa frente a las agresiones de otros Estados”.
¿Acaso Luis De Guindos no merece ser acusado de traición?