Es histórico. Tras siglo y medio en el que el centro y la derecha se han alternado en el poder, por primera vez en la historia de Colombia, un candidato de la izquierda ha ganado las elecciones presidenciales. El exguerrillero del M19 y ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro ha conquistado el Palacio de Nariño, aupado por un largo sendero de lucha y rebelión popular en Colombia, que tuvo su eclosión en las masivas y persistentes movilizaciones de 2019 contra el reaccionario y uribista gobierno de Iván Duque. Sin embargo, no todos en la izquierda colombiana están igual de entusiasmados ante este triunfo electoral. ¿Qué políticas económicas y sociales defiende Gustavo Petro? ¿Y qué alineamiento internacional?
El Pacto Histórico encabezado por Petro y su vicepresidenta Francia Márquez -una afrodescendiente de origen pobre- es una coalición progresista donde conviven formaciones socialdemócratas y de centroizquierda -como la propia Colombia Humana de la que viene Petro, u otros como Unidad Democrática- con otras más a la izquierda -como el Polo Democrático Alternativo, la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano, el MAIS, o el Partido del Trabajo de Colombia- así como con organizaciones ambientalistas y de carácter indígena.
El programa del Pacto Histórico es esencialmente socialdemócrata, con elementos de redistribución de la riqueza. Algunos -sobre todo los portavoces de la ultraderecha uribista- lo han tildado de extremadamente ambicioso, incluso de extremista. Y otros lo acusan de ser demasiado moderado, y de renunciar a transformar los cimientos de las grandes desigualdades de clase que recorren Colombia, o de rehusar enfrentarse a los vínculos, intervenciones e intereses de EEUU en el país. Pero sea como sea, tras años de uribismo represor y ultrareaccionario, el gobierno de Petro crea mejores condiciones para que puedan avanzar los intereses de las clases populares y trabajadoras.
¿Cuáles son los ejes del proyecto de Petro para Colombia?
Economía
Una de las principales banderas de Gustavo Petro -que es economista- es la transformación del actual modelo económico colombiano -basado en la extracción de materias primas (minerales o agropecuarias) baratas para la exportación, al servicio de las multinacionales extranjeras- y su sustitución gradual por un modelo fundamentado en la economía productiva. Las reformas estructurales que defiende prometen «corregir las desigualdades y busca un crecimiento más amigable con el medio ambiente».
Petro propone medidas como detener la explotación petrolera, algo que levanta controversias. El petróleo es la principal fuente exportadora de Colombia, y el sector de los hidrocarburos aporta aproximadamente el 3,3% del PIB colombiano. Pero el líder de Pacto Histórico considera fundamental diversificar la economía, acabando con la dependencia de la exportación de crudo a la vez que se potencia el paso a energías más limpias. Como motores alternativos, Petro ha mencionado la promoción del turismo, algo que depende de consolidar la paz en muchos territorios, y de embridar la pobreza y la delincuencia.
En términos arancelarios, Petro defiende un enfoque proteccionista: aumentar los aranceles para favorecer la industria nacional, y la soberanía alimentaria: que los colombianos se alimenten de lo que la propia Colombia produce; algo que implica revisar los Tratados de Libre Comercio (establecidos principalmente con EEUU), y de promover la reforma agraria contemplada en los Acuerdos de Paz con las FARC -que Petro se ha comprometido a cumplir punto por punto-, distribuyendo las tierras ociosas entre los campesinos y ayudándoles a mejorar su producción.
Otro eje de su programa es la política fiscal. Petro postula una reforma tributaria para aumentar los ingresos en un 5% del PIB, unos 14.000 millones de dólares. La mitad de estos ingresos irían a reducir el déficit público (una medida acordada con el FMI) y la otra mitad iría a financiar nuevas políticas económicas y sociales.
Un mayor gasto social financiado por aumento indirecto de impuestos. Petro ha prometido no incrementar el Impuesto de Sociedades, pero sí reducir las numerosas exenciones fiscales que el uribismo les ha regalado durante años.
El encargado de dirigir este programa económico sería José Antonio Ocampo, un reputado exministro de Hacienda, profesor de la Universidad de Columbia y ex secretario ejecutivo del brazo de Naciones Unidas para el desarrollo de América Latina y el Caribe (Cepal), un cercano colaborador del rival de Petro en la izquierda, Sergio Fajardo.
Políticas sociales
El programa del Pacto Histórico propone regularizar a millones de trabajadores colombianos que se encuentran en la economía sumergida, y plantea un papel protagonista de las políticas públicas de empleo. Petro instauraría un salario básico -un subsidio de desempleo- para los parados que estén buscando trabajo, y un ingreso mínimo vital para mayores sin pensión y madres cabeza de familia.
Otro de los puntos estrella de Petro son las pensiones. Propone pasar del actual sistema mixto de pensiones (con un gran predominio de lo privado) a un sistema público, contributivo y de cotización obligatoria para más del 90% de los trabajadores formales. Los trabajadores que ganan hasta cuatro veces el salario mínimo deberán cotizar a Colpensiones, el sistema público.
En Sanidad, Petro se ha comprometido a establecer un sistema único, público y universal que no dependa de la capacidad de pago, financiado con impuestos progresivos y cotizaciones sociales. Y a garantizar el acceso a medicamentos esenciales, fomentando la reindustralización del sector farmacéutico y limitando las patentes de las farmacéuticas. Además, es un firme partidario de promover los anticonceptivos, la salud sexual y reproductiva, y de despenalizar el derecho al aborto.
En Educación, el programa de Petro es también ambicioso. Ha prometido la educación pública, de calidad y gratuita desde la primera infancia (0 a 3 años) hasta la Universidad, algo que existe en muy pocos países del mundo. Propone un programa para la búsqueda activa de niños desescolarizados, y su integración a través de ayudas. Además, se ha comprometido a liberar de deudas a todos los estudiantes endeudados con el sistema de préstamos educativos ICETEX.
Política internacional
En las anteriores elecciones, Petro hizo numerosos guiños a los gobiernos y líderes más antiimperialistas de América Latina (Venezuela, Cuba, Maduro o Chávez), guiños que el Petro de 2022, mucho más moderado, no ha repetido. La guerrilla en la que militó en su juventud -el M19- fue democrática, nacionalista y supo ganarse a amplios sectores de la intelectualidad urbana, nada que ver con el socialfascismo de las FARC.
En lo exterior, además de renegociar los Tratados de Libre Comercio, Petro se ha comprometido a restablecer relaciones diplomáticas plenas con la Venezuela de Maduro, y a la no intervención en los asuntos internos de otros países, lo que es un cambio drástico respecto al uribismo.
Pero a diferencia de otras candidaturas, Petro parece cuidarse muy mucho de enfrentarse con los EEUU de Biden, incluso parece hacer guiños a la administración demócrata. Se ha encargado de publicitar que su propuesta económica ha recibido los elogios ni más ni menos que del Bank of America, uno de los principales conglomerados de Wall Street, que dicen que «Petro no tiene intenciones de cambiar la Constitución, ni tendría motivos»; y que «el exalcalde de Bogotá se habría comprometido con el Fondo Monetario Internacional a que Colombia reduzca su déficit público».