Tras anunciar el reconocimiento a la independencia de Donetsk y Lugansk, las regiones separatistas y rusófilas del este de Ucrania, la Rusia de Putin ha desplegado tropas en el Donbás, lo cual es ya una invasión de facto del territorio ucraniano. Este hecho, que viola los acuerdos de Minsk, coloca la crisis en un escenario prebélico, mucho más cerca del desencadenamiento de una guerra cuyas consecuencias para la paz y la estabilidad europeas pueden ser gravísimas.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado la entrada de sus tropas en las zonas separatistas del este de Ucrania. Días antes, los lideres separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk llamaban a su población civil a desalojar la zona de conflicto y a refugiarse al otro lado de la frontera, en territorio ruso. Todo parece indicar que la crisis en el este de Ucrania ha entrado en una nueva fase en el que en cualquier momento pueden empezar los combates entre el ejército ruso -apoyadas por las milicias separatistas- y las fuerzas armadas ucranianas. Esto ya no es un farol, ni maniobras militares intimidatorias. Es una invasión, una especie de guerra híbrida para trocear Ucrania y arrancarle pedazos más o menos grandes.
Ucrania, ya en estado de excepción, se prepara para el peor escenario, aunque casi todos los expertos descartan que Rusia vaya a emprender una invasión total del territorio ucraniano, no es inverosímil que emprendan un castigo militar contra la capital, Kiev. Lo que ya se da por hecho es que, al igual que ocurrió en 2014 con la anexión de Crimea, Moscú va a ocupar militarmente las provincias del Donbás -al menos las zonas controladas por los separatistas- y probablemente incorporarlas a su territorio. Moscú podría hacer esto, como lo hizo en Crimea, sin entrar en guerra abierta.
Pero podría ir más allá. El Kremlin ha reconocido repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk dentro de sus “fronteras constitucionales”. Los secesionistas prorrusos reclaman con esa delimitación el total de las dos regiones, incluidas las principales ciudades controladas por el Gobierno, como la importante portuaria Mariúpol, a orillas del Mar de Azov. Emprender esta aventura militar implicaría necesariamente una cantidad trágica de muertos.
Sea exagerada por la propaganda o no, el Pentágono habla de la posibilidad de 50.000 muertes y más de cinco millones de desplazados ucranianos -en lo más crudo del invierno- si finalmente hay un conflicto abierto. Polonia, Rumanía y Eslovaquia ya están organizando albergues, alojamientos, campamentos o instalaciones deportivas ante la posibilidad de que el recrudecimiento del conflicto empuje a la población civil a huir
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Primeras sanciones
En el otro lado de la ecuación, Washington aprovecha la escalada de tensión para acelerar el encuadramiento de sus vasallos europeos de la OTAN, que comienzan a imponer sanciones, aunque todavía limitadas.
La UE ha tomado represalias económicas contra buena parte del gabinete ruso, contra la cúpula del Ejército ruso y contra figuras prominentes de círculo empresarial más próximo a Putin. También contra tres entidades financieras vinculadas al Estado ruso y contra medios de comunicación del Kremlin. Todos ellos tendrán prohibida la entrada en la UE y los Estados miembros deberán congelar los activos de que dispongan en sus territorios.
Cediendo por fin a las presiones norteamericanas, Alemania ha anunciado su decisión de detener el proyecto del gasoducto Nord Stream 2, con el que el país germano se iba a abastecer de gas natural ruso. Una decisión que tiene unas implicaciones importantes a nivel geopolítico pero también a nivel energético.
Por su parte, mediante una orden ejecutiva, Biden ha prohibido cualquier nueva inversión, comercio o financiación por parte de personas estadounidenses hacia, desde o dentro de estas regiones prorrusas. Además, Washington ha anunciado represalias contra dos entidades financieras rusas, un «bloqueo total» ontra la Corporación Estatal de Desarrollo de Rusia (VEB) y su banco militar. EEUU prepara sanciones que podrían ser más contundentes, pero deben pasar por el Congreso y el Senado.
Es muy posible que EEUU, Reino Unido y la UE emprendan sanciones más duras, como suspender las transferencias de activos de cinco entidades financieras rusas con claros vínculos crediticios con la industria armamentística del Kremlin, entre ellas el Banco Rossiya o el Promsvyazbank, por parte británica. La UE ha sumado otro banco, VEB.RF.
Carlos dice:
Os dejo un vídeo de entrenamiento de los spetnaz o fuerzas especiales rusas
https://youtu.be/LhF3DQmzhBU
Ya se sabe que Rambo los liquidaba con un dedo, jojojo
Carlos dice:
Bueno, se ha cumplido lo que dijo Putin hace una semana «vamos a invadir Ucrania» y éste halcón no se anda con faroles.
Parece ser que la oligarquía financiera rusa tiene el proyecto de reconstituir el viejo imperio ruso. Los gringos? Nada, no tienen el poder de enfrentarse abiertamente al ejército de Putin. Si, mucha sanción a Rossiya, etc, pero poco más