Se está creando un clima de opinión favorable a la aceptación de la utilización de las centrales nucleares como alternativa energética. Pero no de forma abierta: unos criterios contra otros, igualdad de espacios, otorgando la misma credibilidad profesional y científica de quienes los defienden…
Es una camaña basada en la negación u ocultación de los problemas estructurales y de fondo. Esos no se plantean.No se habla de la dependencia tecnológica que supone hoy la construcción de centrales nucleares. Ni la dependencia de los escasos países del mundo que proporcionan los materiales radioactivos necesarios.Tampoco de la seguridad. En las instalaciones, en el transporte de los combustibles, y en el transporte de los residuos.Tampoco de los problemas del almacenaje de los residuos y del propio enterramiento de la central una vez terminado su ciclo vital.Si estas cuatro cuestiones no son consideradas, abordadas y dadas las soluciones adecuadas, los problemas de seguridad serán un obstáculo que impedirá que se pueda llevar a delante una política energética para nuestro país.Otro de los aspectos defectuosos de este debate es que para defender la energía nuclear se atacan como deficitarias e inútiles las energías renovables y limpias como la eólica, solar y mareo motriz, y por supuesto la de los biocombustibles.Las críticas son fáciles y directas: son sistemas no continuos de obtención de energía.Se elimina la complementariedad industrial, esto es, la utilización masiva de este “combinado de energías” ¿Cómo se está haciendo esta campaña?Por demolición. Publicación de una serie de libros de profesionales con largo currículum, todo en positivo, es decir, cada aspecto conflictivo de la utilización de la energía nuclear, es limpia, es continua… Hay argumentos detallados y profusos para defenderla… y atacando el resto de las alternativas posibles.Es evidente que se está preparando a la ciudadanía para propuestas drásticas sobre la utilización de la energía nuclear.