Las declaraciones del vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, que representa a la nueva generación de nuevas caras del PP, en un programa de Onda Cero nos ponen sobre la pista de lo que significa el acuerdo al que han llegado el PSOE y Ciudadanos. «El acuerdo presentado es bastante decepcionante por parte de Ciudadanos porque borra todas las propuestas liberales que habían presentado en campaña… Han presentando un proyecto nuevo de «liberalismo socialdemócrata»… que a nosotros, desde nuestros principios y nuestro programa, no nos gusta… Lo peor de todo es que el acuerdo lo que engloba es una derogación de toda nuestra política…, la reforma laboral, la ley de Seguridad Ciudadana, la reforma educativa… Es un trágala que nuestros afiliados y votantes no entenderían.»
Los participantes en la mesa donde el PSOE negociaba con la izquierda, Podemos, IU y Compromis lo denuncian por todo lo contrario. Porque según Podemos “es una claudicación del programa del PSOE ante un Rivera que mira al PP” y no permite ningún punto de encuentro para “las fuerzas del cambio”.
Mientras, con una participación del 52%, el 79% de los afiliados del PSOE han votado que Sí al acuerdo que puede ser un punto de partida para avanzar hacia un gobierno nacional contra los recortes y por la regeneración democrática.
¿Quién tiene razón? ¿Los 75.000 afiliados socialistas que lo han apoyado como un primer paso? ¿O es un acuerdo que “no permite ningún punto de encuentro para las fuerzas del cambio?
Una mirada a los puntos especialmente sensibles señalados por las nuevas caras del PP, y que también están entre las criticas de Podemos, puede empezar a darnos la respuesta. «Votar la investidura de Sánchez con este acuerdo es la mejor opción para seguir avanzando en la lucha contra los recortes y que pone más dificultades a quienes los imponen»
La reforma laboralPara Pablo Casado uno de los pilares de la política del PP que anula un acuerdo “socialdemócrata”. Y podemos lo incluye como uno de los siete puntos fundamentales que rechaza del acuerdo.
Según Podemos el acuerdo no sólo no deroga las reformas laborales de Zapatero y Rajoy, sino que la inclusión de un nuevo tipo de contrato temporal “progresivo” supone una “tercera reforma laboral” que abaratará aún más el despido.
Es cierto que el acuerdo no recoge explícitamente la derogación de las reformas laborales. Sin embargo, una lectura atenta del acuerdo deja claro, en primer lugar, que Ciudadanos ha abandonado su propuesta de reducir la contratación a un contrato único y se simplifican los tipos de contratos a tres modelos: indefinido, temporal y de formación.
Segundo, que la contratación indefinida se mantiene como está ahora, con indemnizaciones por despido de 20 días por año para los despidos procedentes y 33 días para los improcedentes.
Tercero, respecto a la contratación temporal -que pasa a llamarse contrato estable y progresivo-, se mantiene limitada a dos años, pero no se abarata el coste del despido, sino que se incrementa la indemnización por despido procedente de 12 a 16 días en el segundo año y a 20 días a partir del tercero cuando tendrá que convertirse en indefinido. En caso de despido improcedente sí hay una escala diferente que abarata el despido, se proponen 20 días el primer año, 25 el segundo y sólo en el tercero se alcanzarían los 33 días por año que propone la normativa actual.Y cuarto, se mejoran los incentivos para que los contratos temporales se conviertan en indefinidos, con bonificaciones para las empresas y penalizaciones para las empresas que “abusen de la rotación laboral”.
Además se propone la aprobación en un año de “un nuevo Estatuto de los Trabajadores negociado con los agentes sociales”.
No parece que, en lo principal, se puedan calificar estas propuestas como una “tercera reforma laboral para abaratar el despido”. Además la propuesta de un nuevo Estatuto de los Trabajadores negociado con los sindicatos abre la puerta a que la negociación del nuevo Estatuto suponga en los hechos la derogación de las últimas reformas laborales, un objetivo en el que los diputados “por el cambio”, junto con los sindicatos, podrían tener un papel fundamental.
La “Ley Mordaza”El PSOE prometió derogar la Ley de Seguridad Ciudadana, la conocida como “Ley Mordaza”, con la que el gobierno de Rajoy pretende criminalizar las luchas populares contra sus políticas de saqueo y recortes en el ejercicio de los derechos de expresión, reunión y manifestación.
Y en el acuerdo se propone una reforma para “revisar los preceptos recurridos ante el Tribunal Constitucional y aquellos que reconocen facultades excesivas de intervención de las fuerzas de seguridad”.
Para Casado esa reforma supone borrar las políticas del PP. Y para los dirigentes de Podemos es una de sus razones para no apoyar la investidura de Sánchez, exigiendo la derogación completa de la ley.Evidentemente se propone una reforma limitada. Pero, junto con la propuesta de derogación -aquí sí- del artículo 315.3 del Código Penal sobre el ejercicio del derecho de huelga (que mantiene a más de 300 sindicalistas procesados) serían un golpe a las leyes represivas del gobierno de Rajoy y su intento de maniatar las luchas populares.
Reforma EducativaLa reforma Educativa es otro de los pilares especialmente sensibles en los que el PP siente atacada su política.El acuerdo empieza por establecer un Pacto Social y Político por la Educación a partir del derecho a una educación universal y gratuita. Otro Pacto por la Ciencia. Y la paralización inmediata de la implantación de la LOMCE.
Así mismo se propone otra serie de medidas como: Configurar la beca como derecho subjetivo, revisar los precios de las matrículas universitarias o universalizar de manera progresiva la educación de 0 a 3 años.
Lucha contra la pobreza y la exclusión socialLa exigencia de un Plan de Urgencia Social es uno de los puntos más sensibles que recogen todos los planes de las fuerzas de izquierda.
Es también uno de los pilares del acuerdo PSOE-Ciudadanos, que entre otras cosas propone: Un plan de Emergencia Social de 7.000 millones de euros; garantizar un Ingreso Mínimo Vital; una Ley contra la pobreza energética o facilitar viviendas de alquiler social a personas desahuciadas.
Se recuperan derechos sociales eliminados por los recortes: Restablecer la universalidad de la cobertura del Sistema Nacional de Salud; recuperar la Ley de Dependencia; y garantizar la sostenibilidad y suficiencia del sistema público de pensiones.
Y se proponen medidas contra contra la desigualdad como hacer efectivo la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Aunque otras, como la Subida del Salario Mínimo del 1% en 2016, o la ambigüedad respecto al copago en Sanidad, están lejos de las demandas sociales.
Un acuerdo para avanzarEvidentemente el acuerdo PSOE-Ciudadanos no es un plan integral contra los recortes de la Troika, pero sí contra una parte sustancial de las políticas de recortes y reformas de Rajoy.
Sánchez ha tenido que retroceder introduciendo en su programa exigencias de los 16,5 millones de votantes que el 20-D votaron contra los recortes y por la unidad, lo que hemos llamado el viento popular, el mismo viento que ha modulado las propuestas de Ciudadanos. Y aún así podemos encontrar muchas diferencias.
Pero hoy lo que nos jugamos en el país no es sobre si el acuerdo es de “derechas” o de “izquierdas”. Nada garantiza que un Gobierno con Sánchez de presidente no claudique en sus compromisos.
Lo que tenemos que decidir, es si este acuerdo sirve para dar un primer paso en la formación de un gobierno que permita avanzar en la lucha contra los recortes y, al mismo tiempo, cree mayores dificultades a los proyectos que desde fuera (el FMI y Bruselas) y desde dentro del país (los principales centros del Ibex-35 y la oligarquía financiera) quieren seguir imponiendo sus políticas de ajuste duro y recortes.
O se avanza en la formación de ese gobierno o se deja que los partidarios de la “gran coalición” apadrinada por la Troika y el Ibex-35 recuperen terreno perdido.
Sánchez ofrece otro pacto a la izquierda para ser investido presidente. Y hoy lo que más sirve para hacer avanzar un gobierno de unidad contra los recortes es sentarse a fraguar ese pacto sin líneas rojas que lo hagan imposible o expulsen a Ciudadanos. Y apoyar la investidura que permita la formación de ese gobierno de “reformista y de progreso”. Otro tanto hay que exigir a Ciudadanos, seguir trabajando sin excluir a las fuerzas de izquierda que pueden apoyar el gobierno.
El acuerdo de partida de PSOE-Ciudadanos tiene suficientes líneas de unidad para dar el voto al gobierno que lo propone.
Porque no sólo crearía más dificultades a la Troika y sus agentes, sino ahora es la mejor opción para seguir avanzando en la lucha contra los recortes y acumulando fuerzas en el campo del pueblo para dar nuevos pasos en el camino de la Redistribución de la Riqueza, la ampliación de la Democracia y la defensa de la Soberanía Nacional.