Se ha conocido el proyecto de un libro de estilo redactado por el Consell de la Corporació Catalana de Mitjans de Comunicació. El documento estaría ya en fase avanzada de borrador y podría estar terminado este mismo mes. Aparentemente se trataría de preservar la identidad nacional catalana mediante el control del lenguaje que utilizan los medios de comunicación. En realidad, se trata de delimitar los dominios de la burguesía burocrática catalana.
El control del lenguaje consistiría en obligar a que los términos como, entre otros, país, nación, nacional, gobierno y Parlamento, a secas, sólo se usaran en referencia implícita a Cataluña, es decir, por antonomasia. La idea de nación va ligada para la burguesía, en este caso la catalana, a la delimitación de su propiedad, sobre la que se realiza la unificación política, lingüística y cultural. La nación marca los límites de sus posesiones y de sus dominios. Por ello, este control del lenguaje que afectaría directamente a los medios que engloba la Corporació, que son TV3, Catalunya Ràdio, la Agéncia Catalana de Notìcies y otras entidades multimedia, se extendería a la expresión “Países Catalanes” que se referiría al conjunto de territorios de habla catalana desde el punto de vista histórico, lingüístico o cultural. Porque, en el intento de ampliación de sus dominios, el catalanismo es el gran negocio de la burguesía burocrática catalana. O mejor, es la expresión lingüística y cultural de los negocios de la burguesía burocrática catalana, de sus propiedades presentes y de sus proyectos de posesiones futuras.