«La literatura si no es desobediencia no es. La literatura, como el periodismo, son centralmente actos de transgresión, maneras de mirar un poco más allá de tus límites, de tus narices. Todo lo que he escrito en la vida son actos de búsqueda de libertad. Nada me daba más placer -cuando publicaba mis primeros artículos en La Gaceta de Tucumán- que mi madre le dijera a mis hermanas: «Tenemos que ir a misa a rezar por el alma de Tomás, que está totalmente perdida». Tomás Eloy Martínez.
Tomás Eloy Martínez nació en la rovincia argentina de Tucumán en 1934. Hermano menor del torrente creativo de los García Márquez & Cia, se ha convertido en un extraordinario buscador de la verdad, un incansable periodista, escritor, ensayista y defensor de la libertad. Su pérdida deja un prolífico trabajo de cirujano de la realidad y del pasado, sin el que no se puede comprender el presente Escribía para La Nación, The New York Times, El País, Panorama y Primera Plana. Fundó nuevos medios como EL Nacional o El Diario de Caracas durante su exilio en Venezuela. En 1991 participó en la creación del periódico Siglo XXI en Guadalajara (México) y del suplemento Primer Plano en Página 12. También fue profesor en la universidad Rutgerts de Nueva Jersey, a cargo de un programa de Estudios Latinoamericanos, y tuvo un papel central en la creación de la fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por Gabriel García Márquez; escribió guiones para cine y televisión, y es autor de obras como "Santa Evita", traducida a más de 30 idiomas, "La novela de Perón", en las que estructura ficción y realidad con fragmentos de las vidas del ex presidente argentino, "El cantor de tango", "La mano del amo","Purgatorio", la colección de relatos "Lugar común la muerte", la historia periodística "La pasión según Trelew" y "El vuelo de la reina" (Premio Alfaguara 2002), que se han convertido en clásicos contemporáneos. En el 2009 fue premiado con el Ortega y Gasset de periodismo. Tomás Eloy Martínez fue perseguido por hacerse una misma pregunta sin descanso, ¿por qué, teniéndolo todo, la Argentina acaba teniendo nada?. Así lo homenajea Carlos Fuentes, como los cientos de plumas y voces que han querido quitarse el sombrero y rendirse al maestro retratador, y por esa razón transcurrió parte de su vida huyendo de la dictadura, o más bien, persiguiendo la verdad y la libertad. "Lo que me sigue apasionando es el proceso de investigación, sin el que no creo posible ningún tipo de narración". Literatura y periodismo como gemelos siameses ensangrentados de tanto golpe, pero incapaces de separarse. "Argentina se ha ido tornando impredecible, un enigma ante el que se estrellan todas las respuestas. ¿Cómo imaginar el futuro inmediato entre las brumas de un país a la deriva? (…) Siempre se creyó que Argentina estaba en un sitio distinto del que le había adjudicado la geografía, el azar o la historia. Pero nunca hubo tanto divorcio entre la realidad y los deseos como en estos últimos seis años". Así se interrogaba en el último artículo escrito para El País, aún sin encontrar respuestas o errarlas, Tomás Eloy Martínez diseccionaba deleitando, con la mirada honesta del que solo tiene que huir del terror, pero nunca de la verdad. “Argentina no estaba, entonces, en América Latina sino en ninguna parte: ni en el continente al que pertenecía por afinidad geográfica ni en la Europa a la que creía pertenecer por razones de destino. Estaba, como quien dice, en el aire. Lo peor es que cuando tenga que bajar, no sabrá dónde.”