La cuestión de la lengua en Galicia, la comunidad en la que más se habla el idioma propio, había pasado a un plano de confrontación política y social fruto de las diferentes normativas que había impuesto el bipartito.
La rincipal crítica es a la consulta misma, ya que los educadores sostienen que son los Gobiernos los que deben legislar y no someter esta a la opinión de los padres. Para la Consellería de Educación esta encuesta será el nuevo punto de partida del nuevo decreto.Este rechazo es casi unánime por parte de colectivos como los sindicatos, movimientos de renovación pedagógica, asociaciones de directores, equipos de normalización lingüística y APA de centros públicos.No deja de ser curiosa la argumentación. El problema de la lengua es un problema si se quiere que lo sea. Si se quiere usar como un arma de división y más si reincidimos en la observación de que Galicia de todas las comunidades bilingües es donde más uso se da a la lengua propia y donde menos políticas lingüísticas se habían llevado adelante.Por lo tanto el que una cuestión como esta haya pasado a politizarse, que ha dejado de ser ya una mera cuestión de educación como argumentan estos colectivos, es una valiente decisión querer llevar adelante una reforma al respecto apoyándose en la opinión de los padres. Una consulta que salga lo que salga se va a hacer pública.Tan sólo queda sospechar que estos organismos están copados por intereses políticos y por una supuesta aura de progresismo basado en acaparar para ellos lo que es políticamente correcto y lo que no como representantes del pensar general.Si la gente no aparece, siempre podrán hablar en nombre de ella. En nombre del pueblo pero sin el pueblo. O en otras palabras “con mis ideas y con vuestro trabajo”. Eso es de lo que se trata en los hechos. Un precepto reaccionario que se le supone propio de la derecha más rancia, pero que en Galicia se cambian las tornas.Que el Gobierno de Feijóo puede ya tener suficiente legitimidad para hacer las reformas necesarias en materia de educación, ya se la han dado las urnas. Pero que un tema como este en el último tiempo ha sido de gran confrontación trate de generar un consenso que parta da misma ciudadanía, es un acierto. Como ellos mismos plantean se trata “de recuperar el consenso fragmentado” así como superar el conflicto creado.Estas organizaciones previsiblemente copadas por voces cantantes y dirigentes del BNG y del partido socialista gallego se han de preguntar porque tienen tanto miedo a que los padres opinen.