Un informe de Amnistía Internacional concluye que Israel comete genocidio en Gaza

Por enésima vez: se llama GENOCIDIO

Lo atestigua la ONU, lo denuncia la Corte Penal Internacional, lo corrobora Amnistía Internacional... pero sobre todo lo gritan miles y miles y miles de hechos y evidencias. Lo que está ocurriendo en Gaza se llama genocidio

Lo que lleva ocurriendo desde hace catorce meses en Gaza no se puede llamar de otra manera que no sea con una palabra: genocidio.

Lo dijo en marzo la relatora especial de la ONU para Palestina, Francesca Albanese en su extenso y detallado informe «anatomía de un genocidio». Lo afirmó en mayo la sentencia del Corte Internacional de Justicia, cuando ordenó (infructuosamente) a Israel detener su ofensiva «como parte de medidas cautelares destinadas a impedir la crimen de genocidio en el territorio palestino».

Ahora lo concluye -de manera documentada y exhaustiva- una investigación que Amnistía Internacional ha presentado en La Haya, haciendo un llamamiento tanto al Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ) como al Tribunal Penal Internacional (TPI) para que persigan a los dirigentes israelíes por el delito de genocidio.

Israel está cometiendo “sin pudor, de forma continuada y con absoluta impunidad” un genocidio en Gaza, “con la intención específica de destruir a la población palestina de la Franja” y “siendo plenamente consciente” de estar causando “daño irreparable”. Esta es la conclusión de un informe “sin precedentes” de la ONG más famosa del mundo en la defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional (AI).

Puede pensarse que AI llega catorce meses tarde a esta conclusión. No es así. La ONG ha tildado de genocidio la ofensiva militar en Gaza desde el primer momento, pero reunir y recabar pruebas documentales que demuestren la intencionalidad criminal de los máximos responsables del gobierno y del ejército israelí requiere tiempo y sobre todo, mucho, mucho rigor. Se enfrentan a un Estado de Israel -respaldado por la superpotencia norteamericana- blindados de impunidad, y que cuentan con colosales equipos legales y mediáticos para bloquear las acusaciones. Demostrar la intención genocida -muy difícil de probar- es indispensable para imputar este crimen.

Por eso, en los últimos 14 meses, consultores de la organización han recabado testimonios e informes médicos; han tomado fotos sobre el terreno y estudiado imágenes de satélite. Todo para elaborar un análisis jurídico de la situación de más de 300 páginas. Lo han hecho partiendo cuidadosamente de la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio (1948) -creada justamente para impedir que se pudiera repetir el holocausto que los nazis perpetraron contra los judíos-, y de la jurisprudencia de tribunales como los de la Antigua Yugoslavia y Ruanda.

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Hechos que no pueden ocultarse

El informe de AI señala varios aspectos por los que considera que sin lugar a dudas el Estado de Israel está llevando a cabo un auténtico genocidio en la Franja de Gaza.

El primero es la matanza sistemática y premeditada «de los integrantes de la población civil palestina», una masacre que ya acumula más de 44.500 muertes constatadas (aunque se sabe que hay muchos miles de cadáveres bajo las 42 millones de toneladas de escombros de la Franja), el 70% de los cuales son mujeres y niños.

Los expertos de AI han investigado, entre otros hechos, 15 ataques aéreos israelíes llevados a cabo en un periodo de nueve meses entre 2023 y 2024, que consideran dirigidos contra civiles o bien indiscriminados.

El segundo es el daño grave a su integridad física o mental, bombardeando hospitales, escuelas de la ONU o campos de refugiados. Y el tercero, el sometimiento intencional de la población palestina “a condiciones de existencia que habrían de acarrear su destrucción física”, total o parcial, tales como la privación permanente e intencional de agua, alimentos y ayuda humanitaria.

AI demuestra con todo tipo de pruebas que “se ha sometido a desplazamiento forzado, en muchos casos múltiples veces, al 90% de los 2,2 millones de habitantes de Gaza”. Además, cálculos provisionales del Banco Mundial, la Unión Europea y la ONU indican que en enero de 2024 ya habían sido dañadas o destruidas el 84% de las instalaciones sanitarias y el 57% de la infraestructura de abastecimiento de agua de toda Gaza.

Entre los alentadores del genocidio figuran el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, contra los que el TPI ha dictado órdenes de arresto

Israel no sólo ejerce un bloqueo total en la entrada de ayuda en zonas como el norte de Gaza, sino que a veces se permite bromas macabras como enviar a los palestinos latas de comida… llenas de arena, como se ha podido ver en un reciente video, hecho viral.

Estos tres puntos, descritos en la Convención de Genocidio, “han sido y continúan siendo practicados por el Ejército israelí”, que, “mes tras mes, ha tratado a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano”, ha explicado en una rueda de prensa en La Haya la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. “Después de considerar todos los objetivos militares de Israel en su lucha contra Hamás, hemos comprobado que no hay otra justificación para la destrucción perpetrada que la intención genocida de erradicar y destruir físicamente a la población”, concluye.

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Presos de sus hechos… y de sus palabras

Pero hay muchas más pruebas, ya que los verdugos sionistas, ebrios de impunidad, no se han molestado en ocultar sus hechos o sus intenciones genocidas. Así, los expertos de AI han reunido gran cantidad de documentos que atestiguan el uso de “una retórica deshumanizadora, racista y despectiva contra las personas palestinas por parte de las autoridades israelíes”

Tras el 7 de octubre, “los actos ilícitos de Israel eran con frecuencia anunciados, promovidos y alentados por miembros de los gabinetes de guerra y seguridad”. En 22 casos concretos se pedía, escribe Amnistía, “la destrucción de la población palestina en Gaza”.

Entre los alentadores más constantes del genocidio figuran el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, contra los que el Tribunal Penal Internacional ha dictado órdenes de arresto por su presunta responsabilidad en crímenes de guerra y contra la humanidad.

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