Pérdida de soberaní­a, el peaje para el incumplidor

Europa afronta su próxima cumbre de jefes de Estado acuciada por los renovados ataques a la deuda soberana española y con cinco de los diecisiete países del euro rescatados, después de que España y Chipre formalizaran esta semana sus peticiones de auxilio financiero.En este convulso escenario, los líderes comunitarios, conscientes de la necesidad de apuntalar el agrietado edificio del euro, acudirán a la reunión con un amplio portfolio de propuestas. Entre ellas, algunas tan ambiciosas como la creación de un marco fiscal integrado en el que Bruselas tendría poder de veto sobre los presupuestos nacionales, así como capacidad para restringir las emisiones de deuda, y de un supervisor bancario europeo que, en el ámbito de una unión financiera, tendría preeminencia sobre los reguladores nacionales y podría actuar incluso de forma preventiva.El documento, elaborado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, junto a Durao Barroso, Juncker y Draghi, propone más solidaridad a cambio de la cesión de relevantes cuotas de soberanía. Es condición sine qua non para que una escéptica Alemania consienta mayores dosis de generosidad, que, no obstante, siempre serán limitadas a la luz de las palabras de ayer de Merkel, quien aseguró que los eurobonos no verán la luz mientras ella viva. En cualquier caso, del dicho al hecho suele haber un largo trecho. Y más en Europa, donde la pérdida de soberanía puede ser asumible para las economías más dañadas, como España e Italia, pero quizás no tanto para quienes, como Francia, son celosos guardianes de su independencia presupuestaria.